domingo, 3 de octubre de 2021

¿Regresará el gran Albert Pujols para buscar los 700 cuadrangulares?



 Este año beisbolero comenzó con el sorpresivo anuncio de Deidre Pujols, asegurando en su cuenta de Instagram que esta sería la última temporada de su marido en la MLB.

La justa llega a su final con el gran Albert Pujols todavía a las puertas de los 700 jonrones y en total silencio sobre su destino. Pero hay más. Y eso incluye la posibilidad de que todavía no haya llegado la hora del adiós.

Pujols ya es una leyenda y la idea sobre cuál será su anuncio definitivo anticipa polémica y debate, sea que se va o sea que se quede.

Pero ojo, que hay razones que fundamentan la posibilidad de seguir al menos un año más. Y no, no son esas metas que tiene relativamente al alcance de sus manos.

El ya legendario dominicano está a las puertas de los 700 jonrones. Es una cifra que únicamente han alcanzado Babe Ruth, Hank Aaron y más recientemente Barry Bonds.

Tiene, además, 2.150 impulsadas en 21 torneos que ha disputado en las Grandes Ligas. En el conteo de todos los tiempos, está cada vez más cerca del primer lugar.

Esas estadísticas y el deseo de seguir haciendo lo que tanto ama pudieran ser dos formidables acicates que empujen su decisión. Pero el motivo crucial para una posición favorable a continuar es otro, aún más poderoso.

Pujols ha demostrado con los Dodgers de Los Ángeles que todavía puede batear.

Lo dicen con voz no muy alta sus números globales. El quisqueyano tiene, desde que se puso el uniforme de los azules, su mejor average (.258) desde 2016; su mejor promedio de embasado (.303) desde 2019; su mejor slugging (.468) desde 2015.

Es cierto que esos registros se esconden detrás de la maleza que quedó tras su pésimo comienzo de torneo con los Ángeles de Los Ángeles. Pero no hay que buscar muy lejos para encontrar el oro verdadero al fondo de esta actuación.

El manager Dave Roberts ha encontrado un nuevo rol para el estelar paleador. No juega todos los días, pero casi nunca falta cuando un pitcher zurdo asoma en el bando rival. Y el nativo de Santo Domingo está demostrando que puede aprovechar con creces ese filón.

Pujols cierra 2021 con promedios contra lanzadores siniestros que recuerdan sus viejos, grandes tiempos con el madero.

Ante ellos batea para .301/.343/.617 en 143 viajes al plato. Y eso incluye su mal inicio en Anaheim. Tiene .959 de OPS, un registro que mejora su excelente marca de por vida contra todo tipo de monticulistas (.919).

Sí, los totales contra derechos han sido más que discretos y el orgullo de Quisqueya ya casi no juega contra ellos. Pero ha demostrado, a sus 41 años de edad, que puede perfectamente ser un jugador de rol.

Roberts alaba su actitud en el clubhouse, su liderazgo con los más jóvenes. Le hace daño como el que más a los contrincantes de la mano equivocada. ¿Podría ser una posibilidad, eso de verle volver para dar profundidad a algún equipo contendor?

¿Y qué tal si ese club fueran sus queridos Cardenales de San Luis, para la eventualidad de un adiós en grande, con un recorrido de aplausos por todos los estadios de la Gran Carpa en 2022? ¿Qué tal si los 15 bateadores designados del presente se convierten en 30, cuando el comisionado de las Grandes Ligas y la Asociación de Peloteros discutan ese punto al finalizar la zafra?

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Pujols comenzó la pretemporada diciendo que no era cierto lo del retiro. La propia Deidre corrigió su post, para dar matices y dejar abierta la puerta para cualquier posibilidad. El astro ha subrayado una y otra vez que esperará al último out de la campaña para tomar su decisión.

Los 700 jonrones y acercarse todavía más a las 2.297 impulsadas del inolvidable Aaron son motivos de peso para quedarse. Lo sería todavía más su amor por el juego. Pero es todavía mejor el argumento que él mismo ha escrito con el madero, al maltratar a los zurdos de los elencos rivales.

Pujols todavía puede hacer daño. Y ese pudiera ser un argumento que compren no solo familiares y fanáticos con vistas al próimo torneo, sino los propios gerentes del Big Show.

Por Ignacio Serrano

Publicado en El Tiempo Latino, de Washington, y El Planeta, de Boston, el viernes 2 de octubre de 2021. Aquí el original.

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