UN LADRÓN QUE NACIÓ EN NAVIDAD
por Héctor Bencomo
Nadie tiene más bases robadas. Nadie ha anotado más carreras. Nadie ha dado más jonrones abriendo juegos, ni los ha celebrado con tanto sabor.
Es mejor primer bat en la historia de las Grandes Ligas. Y el mejor regalo de Navidad para los fanáticos del beisbol.
Rickey Henderson nació en Chicago el Día de Navidad en 1958, y el mundo del beisbol no tenía idea en ese momento – no podía tenerla – del regalo que acababan de recibir.
Resumamos varias formas en las que Rickey nos trajo alegría a lo largo de una carrera que se extendió por un cuarto de siglo y lo llevó al Salón de la Fama.
La base robada fue la marca de fábrica de Henderson. Se robó su primer cojín en su primer partido de Grandes Ligas, el primer encuentro de una doble cartelera entre los Atléticos y los Rangers el 24 de junio de 1979 en el Coliseo de Oakland, a menos de 10 millas de la escuela en la que estudió y de donde lo eligieron los Atléticos en el Draft, Oakland Technical High School.
La última estafada de Henderson llegó 24 años después (muy adecuado, porque jugó casi toda su carrera con el número 24), cuando se robó la segunda base por los Dodgers en el tercer inning de un encuentro ante los Rockies en el Dodger Stadium el 29 de agosto del 2003. En total, se robó mil 406 bases.
Henderson encabezó la Liga Americana en bases robadas 12 veces y lideró las Mayores en seis de esos años. Sumó más de 100 robos en una campaña en tres ocasiones, incluyendo un récord de 130 en 1982 con Oakland.
En 1991, cuando se estafó la tercera en un partido contra los Yanquis en el Coliseo, el primero de mayo, Henderson rompió el récord de Lou Brock con su base robada número 939 de por vida. Luego siguió aumentando y aumentando la diferencia. Brock sigue en el segundo lugar, a 468 robos de Rickey.
SUS JONRONES
Henderson conectó 297 cuadrangulares durante su carrera, incluyendo un tope personal de 28 en 1986 con los Yanquis y también en 1990 cuando fue el JMV de la Liga Americana con los Atléticos. Marcó la pauta para el puesto de primer bate de cualquier forma imaginable y eso incluye el poder: Disparó 81 jonrones iniciando juegos, un récord.
Y cuando de admirar sus bambinazos se trataba, Rickey era inimitable. Se daba un golpecito en el casco, jalaba su collar, daba un amplio giro cuando pasaba por la primera base y, por supuesto, estaban sus clásicos "bat flips".
Henderson recibió más bases por bolas en su carrera que Babe Ruth. Por eso, entre otras cosas, terminó con porcentaje de embasarse de .401. Hasta que Barry Bonds le rompió la marca en el 2006, Henderson tenía el registro de más pasaportes de por vida, con 2 mil 190. Henderson sigue teniendo la marca de más boletos no intencionales, con 2 mil 129.
Henderson es quizás más reverenciado por esa capacidad de dominar el juego cada vez que entraba al diamante. Si le dabas una base por bolas para abrir el encuentro, solía decirse, ya estabas abajo por una carrera.
La demostración más clara de esto ocurrió durante la Serie de Campeonato de la Liga Americana de 1989 entre los Atléticos y los Azulejos, cuando Henderson fue nombrado JMV de la serie al batear .400 con un doble, un triple, dos cuadrangulares, ocho bases robadas y ocho carreras anotadas en cinco choques. Fue al plato 23 veces y se embasó en 14 ocasiones (porcentaje de embasarse de .609). Y no lo sacaron en intento de robo ni una vez.
Nunca habrá otro Rickey Henderson. Siempre es divertido ver el pasado y recordar su ilustre carrera, pues nos permite quedar maravillados nuevamente ante todas las cosas que hizo y que nadie había hecho antes, ni nadie ha hecho después. Entonces, como nunca es un mal momento para ver videos de Rickey, es muy bueno que su cumpleaños sea tan fácil de recordar.
Él es, después de todo, uno de los grandes regalos de Navidad que el beisbol haya recibido jamás.
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