Jim Sundberg me dijo no hace mucho que Reggie Jackson era el bateador más inteligente con el que había jugado, desde su prespectiva como catcher. Ahora bien, es verdad que Reggie Jackson estaba junto a nosotro cuando Sundberg lo dijo, Reggie asintió a sabiendas, pero Sundberg dijo lo mismo en otras ocasiones. Explicó cómo Jackson solía anticipar los lanzamientos, cómo solía incitar a los lanzadores a desafiarlo, cómo bateaba lanzamientos externos como Sundberg nunca lo había visto hacer a nadie más.
«¿Nunca se le reconoció por eso?» Dijo Sundberg. «Este tipo fue el bateador más inteligente que he visto».
Déjame decir algo: me encanta este jugador. Reggie Jackson fue llamado casi de todo durante su tumultuosa carrera, brillante, franco, difícil y, a menudo maravilloso. ¿Bateador Inteligente? Estoy bastante seguro de que esa nunca fue una de las descripciones.
Hay razones obvias por las cuales Reggie Jackson no fue considerado un bateador inteligente durante su carrera. Se ponchó más veces que cualquier otro bateador en la historia del béisbol, incluso Jim Thome, mientras alargaba su gloriosa carrera, no pudo lograr el total de ponches de Reggie. Jackson, que en realidad tuvo más ponches (2,597) que hits (2,584) lo cual es un logro bastante sorprendente. Sigue siendo el único jugador con más de 2.500 ponches y 2.500 hits.
Hoy en día, debo agregar, no es un logro sorprendente tener más ponches que hits.
Aquí os dejo una lista parcial de jugadores activos con más ponches que hits (mínimo de 1,000 ponches):
5. B.J. Upton, 982 hits, 1,171 Ks, menos-189.
4. Ryan Howard, 1.176 hits, 1.401 Ks, menos-225
3. Carlos Peña, 1.138 hits, 1.401 Ks, menos-428
2. Mark Reynolds, 797 hits, 1,276 Ks, menos-479
1. Adam Dunn, 1.537 hits, 2.220 Ks, menos-683
Tales números habrían sido imposibles antes de esta era de «swing for the fences.» Entonces, podría argumentarse que Reggie Jackson, más que nadie, marcó el comienzo de esta era de «swing for the fences.» (Modo de jugar que busca más conseguir un contacto poderoso que el mismo contacto, se podría resumir en más Home Runs por menos Hits.)
De todos modos, a Jackson lo poncharon una tonelada de veces. Y en un momento en el que el promedio de bateo era el modo esencial de cómo se juzgaban las habilidades de un jugador de béisbol, y su perspicacia para golpear, Jackson solo tocó .300 una vez (incluso entonces, en 1980, su promedio fue en realidad .2996). Y así, mientras que la carrera de Reggie Jackson ciertamente no carecía de elogios espléndidos, «bateador inteligente», no fue una descripción utilizada. ¿Qué inteligente serías hoy en día si no bateas .300?
Pero creo que la línea Sundberg es una nueva forma de ver a Reggie Jackson. Y cuanto más lo pienso, sí, Reggie era un bateador extraordinariamente inteligente. Reggie Jackson inventó una personalidad completa. Tomó los regalos y fallos que tenía – era un ex jugador de fútbol fuerte y rápido con un agujero gigantesco en su swing – e inventó «Mr. Octubre ? y el canto «Reg-gie, Reg-gie». Se convirtió en uno de los mejores jugadores de béisbol de todos los tiempos. Pero fue más que eso. Él, quizás más que cualquier jugador de su tiempo, se esforzó por volverse heroico, célebre y más grande que la vida, y en gran parte lo consiguió. Había una barrita de chocolate que llevaba su nombre.
Jackson siempre dice que fue mejor jugador de fútbol que jugador de béisbol. Se ha escrito en muchas ocasiones -también en el libro de Dayn Perry sobre Reggie- que Reggie Jackson era un jugador de fútbol americano tan bueno que fue reclutado tanto por Georgia como por Alabama.
* El propio Jackson no cuenta eso, y debo admitir que soy escéptico a la hora de creer que hubiera sido reclutado por estas Universidades.
En el Día de Martin Luther King, es bueno recordar dónde estaba Estados Unidos en 1964, cuando Reggie Jackson se graduó de una escuela secundaria de Pensilvania, la Universidad de Georgia había terminado con la segregación racial hacía tres años. Solo un año antes, el gobernador de Alabama George Wallace se había plantado en la puerta de un auditorio de Alabama para bloquear simbólicamente el ingreso de dos estudiantes negros. El discurso de Martin Luther King de «Tengo un sueño» había sido pronunciada unos meses antes. La idea de que estaban reclutando a Reggie Jackson en 1964 para romper la barrera del color del fútbol en Georgia o Alabama, siete años antes de que las dos Universidades realmente se integraran, parece bastante exagerada. Supongo que podría haber sido contactado extraoficialmente por equipos en Georgia y Alabama, pero nunca habría llegado muy lejos.
* De hecho, leerás en muchos lugares que Oklahoma también lo reclutó para romper su barrera de color, pero esto no es cierto: Prentice Gautt jugó al fútbol en Oklahoma de 1956 a 1959, antes de que Reggie Jackson estuviera en la escuela secundaria.
Estas historias de fútbol de Reggie Jackson, sin embargo, hacen un buen trabajo para explicar lo bueno que era como jugador de fútbol americano. Perry dice que promedió ocho yardas por carrera como corredor en la escuela secundaria. Jackson dice que fue reclutado por Syracuse y Penn State entre muchas otras Universidades. Eventualmente firmó para jugar al fútbol en Arizona State con la esperanza de poder jugar un poco en el equipo de béisbol. Tenía poderes sobrenaturales como bateador. Su prueba de béisbol en Arizona State se convirtió en leyenda, tres o cuatro Home Runs en siete u ocho lanzamientos, y después de abandonar el fútbol * se convirtió en jugador de béisbol, fue All-American en su segundo año y estableció el récord escolar de Home runs.
* Que Reggie Jackson renunciara al fútbol del estado de Arizona era inevitable, si tenemos en cuenta que el entrenador de fútbol de Arizona era el legendario y estricto Frank Kush. Jackson, sin embargo, no tiene más que palabras amables para Kush.
Algo más sucedió en Arizona State, algo que Perry expresa bien. Reggie escuchó a la multitud. Reggie Jackson había escuchado a la gente antes, por supuesto, muchas veces, en el fútbol, en el baloncesto y en el béisbol, pero fue en Tempe donde se dio cuenta de que los aplausos nunca eran tan fuertes, tan concentrados, tan personales como cuando bateaba un Home Run.» Perry escribió, «también era adorado de maneras poco común.» Reggie Jackson, más que nada en el mundo, quería ser adorado.
Fue la segunda selección del draft de 1967: los Mets se llevaron a Steve Chilcott con su primera elección. Jackson aún cree que los Mets cogieron a Chilcott por motivos raciales, específicamente que no les gustaba que Reggie Jackson saliera con una mujer mexicana. Los Mets lo negaron durante años, y sus oportunidades perdidas en los primeros años en el draft respaldan su versión. En 1965, cogieron un catcher llamado Randolph Kohn 14 selecciones antes de que los Reds pillaran un receptor llamado Johnny Bench. En 1966, cogieron a Chilcott por Reggie. Los Mets aún ganaron la Serie Mundial de 1969 y el banderín de 1973. Pero podrían haber conseguido aún más.
De todos modos, el equipo de Kansas City Athletics se llevó a Reggie con la segunda selección y estuvo en las grandes ligas el año siguiente. En 1969, su segunda temporada completa, tuvo un año brutal. Golpeó 47 Home Runs (y estuvo durante un tiempo en el camino de romper el récord de Home Runs durante una temporada de Roger Maris), caminó 114 veces, anotó 123 carreras y empujó 118. Lo hizo en una liga dominada por el pitcheo y en un estadio local que favorecía a los pitchers. Siempre es instructivo y divertido convertir esos números en, por ejemplo, el béisbol de los 90. Probemos con 1996.
Los números de Reggie Jackson convertidos en números de 1996:
1969: .320 / .462 / .703, 58 jonrones, 165 impulsadas, 172 carreras.
1970: .273 / .. 403 / .519, 27 jonrones, 88 impulsadas, 76 carreras
1971: .324 / .405 / .591, 40 jonrones, 116 impulsadas, 125 carreras.
1972: .329 / .423 / .. 588, 35 jonrones, 129 impulsadas, 124 carreras.
1973: .341 / .437 / .616, 40 jonrones, 166 impulsadas, 141 carreras.
1974: 345 / .456 / .615, 38 jonrones, 140 impulsadas, 136 carreras.
Y así. Ajustado a 1996, Reggie Jackson batea para .304, con 704 Home Runs. Esto es, obviamente, un ejemplo extremo, pero a veces vale la pena usar ejemplos extremos para llegar al punto que queremos. Los números fuertes de Jackson son los de su tiempo. En otro momento de la historia, sus números habrían sido más impresionantes.
En cualquier caso, Reggie Jackson llegó al estadio para pegar vuelacercas. Antes de que él apareciera, era una vergüenza recibir 120 Strike Outs por temporada sin importar cuántos Home Runs bateabas. Antes de 1960, los únicos jugadores que se poncharon 120 veces o más fueron Mickey Mantle (tres veces), Vince DiMaggio y Jim Lemon (dos veces cada uno).
Reggie Jackson se ponchó 120 veces o más durante la temporada TRECE VECES entre 1968 y 1985.
Esto no fue hecho accidental. Jackson había hecho sus cálculos. Si se movía con fuerza, y NADIE se balanceaba más fuerte que Reggie, a veces se balanceaba tan fuerte que sus piernas se colapsaban, batearía muchas veces. Esto fue verdad. También alcanzaría Home Runs titánicos que todos recordarían para siempre. Esto fue verdad. Golpeó el transformador del techo de Detroit en el All-Star Game. Su tercer Home Runs en el Partido 6 de la Serie Mundial de 1977 fue una explosión majestuosa, se estimó que llegó a volar 475 pies (145 metros). Bueno, consiguió un montón de explosiones majestuosas. Si fueras al estadio las suficientes veces, probablemente verías uno.
Y para llegar a muchos de esos tipos de Home Runs, no basta con hacer grandes cambios y esperar lo mejor. Sundberg dice que Reggie desafiaría a los pitchers, les daría oportunidades, se los llevaría a su terreno y mostraría debilidades que no eran debilidades en absoluto. «Y aprendió de pitch a pitch,» dijo Sundberg. En la Serie Mundial de 1978, los Dodgers lideraban a los Yankees por una carrera en la parte baja de la novena entrada. Los Yankees pusieron a dos hombres en base, y Jackson fue al plate para enfrentar a la joven estrella de los Dodgers Bob Welch.
Si tienes edad suficiente, recordarás cómo se representó la escena en la televisión, no era diferente de la escena final de The Natural. El brillante lanzador joven. El gran Slugger. La cámara se centraba en la cara de Welch, luego en la de Reggie. El conteo se llenó. Los corredores se movían mucho, Reggie siempre diría que eso le desconcentró. Giró. Falló. Golpeó su bate, y se rompió en sus manos. El Dodger Stadium estalló.
En el Juego 4, Welch se enfrentó nuevamente a Reggie Jackson, anotó el empate, Roy White estaba en la primera base. Esta vez, Jackson consiguió un sencillo y el siguiente bateador, Lou Piniella, ganó el juego con otro sencillo.
En el Juego 6, se enfrentaron una vez más. Esta vez el juego no estaba empatado. Los Yankees ya tenían una ventaja de 5-2. Pero el enfrentamiento fue tan selecto, tan perfecto, que una vez más la televisión creó el drama. El joven lanzador. El gran Slugging. Pero esta vez no hubo drama. Reggie Jackson había descubierto a Bob Welch. Había girado y retorcido el Cubo de Rubik y lo había resuelto. En su última autobiografía, compararía a Welch con una taza de café.
«Lanzaba duro cada vez, pero la primera vez que lo vi estaba fresco como una margarita. La última vez, ya sabes, el café había estado en la estufa un poco. Y olí el aroma lo suficiente como para poder entender el sabor.»
¿No es genial? Reggie siempre tuvo una buena relación con las palabras. Reggie Jackson subió al plato para conectar un Home Run contra Bob Welch. Solía decir que sabía que iba a pegar un Home Run. Y bateó un Home Run. No señaló la valla, pero ese era el lugar designado. Él decía que a menudo veía esos batazos en su mente.
¿Qué quería Reggie Jackson? Tenía un gran brazo y, en su juventud, era un atleta abrumador, pero no era un gran jardinero, a menudo ni siquiera era bueno. No fue un jugador especialmente útil en los últimos cinco años de su carrera, mientras consiguió algunos de los números mágicos. Su OBP de por vida fue de .356 es bueno, pero no excelente. Las carreteras están repletas de personas que lo han dicho que era un jugador sobrevalorado.
Pero ese no era el punto con Reggie. ¿Que queria él? Él quería ser tradeado. Él quería ser animado. Él quería ser respetado. Él quería ser amado. Él quería que lo dejaran en paz. Quería que Billy Martin se callara. Él quería más dinero. Él quería y quería y quería ser Míster Octubre. Él quería ser recordado.
Reggie Jackson llegó a entrar 31 veces en el plato durante un Partido de Estrellas. Golpeó solo un Home Run en el All-Star Game: este golpeó en el techo en Detroit. Pero uno fue suficiente. Nadie que lo haya visto lo olvidará jamás.
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