PETE ROSE HASTA SIEMPRE
Cuando hablamos de injusticia en el deporte no podemos dejar de lado a un hombre cuyo nombre es sinónimo de la palabra Béisbol hablo de Pete Rose quien nació un 14 de abril de 1941, Pete Rose comenzó a jugar béisbol a los ocho años, se convirtió en bateador ambidiestro poco después y firmó con los Cincinnati Reds de la Liga Nacional (NL) a los 18 años. Apodado "Charlie Hustle" por su estilo feroz y su determinación en el campo, Rose atrajo a prácticamente todos los fanáticos del deporte, particularmente a la clase trabajadora, debido a su incansable ética de trabajo y pasión por el juego. Rose se consolidó como un rostro del deporte durante los años 60, 70 y 80, lo que lo convirtió en uno de los atletas más reconocibles y animados de la nación.
A lo largo de su ilustre carrera de 24 temporadas, que se extendió de 1963 a 1986, Rose se consolidó como uno de los mejores jugadores que jamás hayan pisado un diamante de las Grandes Ligas. Fue dos veces ganador del Guante de Oro, Jugador Más Valioso (MVP) de la Serie Mundial y tres veces campeón de bateo, lo que significa que lideró la liga en promedios de bateo.
Además, fue All-Star 18 veces y recibió varios otros galardones, incluido el premio al Novato del Año de la Liga Nacional en 1963 y el MVP de la Liga Nacional en 1973.
El impacto de Rose se extendió más allá de los elogios individuales. Como miembro clave de la legendaria "Big Red Machine", ayudó a llevar a los Cincinnati Reds a múltiples títulos de división y campeonatos de la Serie Mundial en 1975 y 1976. Su estilo agresivo de correr las bases y su versatilidad (jugando en la segunda base, el jardín izquierdo, el jardín derecho, la tercera base y la primera base) lo convirtieron en una fuerza a tener en cuenta en el campo.
Sin embargo, el extraordinario legado de Pete Rose se ha visto muy empañado por la controversia. En 1989, las Grandes Ligas de Béisbol lo suspendieron de por vida debido a acusaciones de apuestas, incluidas las supuestas apuestas en partidos de béisbol, cuando dirigía a sus propios Cincinnati Reds. Curiosamente, el acuerdo de 1989 entre el entonces comisionado A. Bartlett Giamatti y Rose fue que, a cambio de una prohibición de por vida del béisbol, Rose no haría una determinación formal sobre si había apostado o no en el juego. A pesar de negar inicialmente todas las acusaciones de apuestas, Rose finalmente admitió que las acusaciones eran ciertas en su libro de 2004, "Mi prisión sin rejas". Esta prohibición se extendió a la elegibilidad para el Salón de la Fama, lo que impidió que Rose fuera considerado para la inducción. A pesar de múltiples solicitudes, Rose volvió a presentar solicitudes ante varios otros comisionados sin éxito.
"Para mí, la emoción no tenía que ver con las probabilidades. Me involucré porque estaba alentando a mis equipos; no, creía en mis equipos. Aposté a que los Rojos ganarían cada vez. Aposté a que los Filis ganarían a pesar de que eran claramente los menos favorecidos y estaban en una racha de derrotas", escribió Rose en 2004. "No era la forma inteligente de apostar. Pero era mi instinto… y siempre aposté con mi hombre. Nunca, nunca, aposté en contra de mis equipos. Si lo hubiera hecho, estaría dudando de todo en lo que creía. Y, diablos, a mi modo de pensar, íbamos a ganar todas las noches. No puedes ser un competidor y pensar lo contrario".
Hoy MLB tuvo un capítulo controversial en el cual se vio involucrado una estrella llegado del béisbol Nipón claramente involucrado en apuestas y vimos la protección o alcahuetería de MLB en no solo buscar cualquier vericueto para desvincular al ídolo japones Othani sino en limpiar su nombre echando el muerto sobre un supuesto empleado que manejaba las cuentas personales del ídolo Nipón en apuestas mientras esté no se dio jamás por enterado , un cuento que nadie se come ,mientras suspendian al venezolano Tucupita Marcano de por vida, será porque no tenía un super contrato.
Aterrizando en el objetivo central que es de si Pete Rose debe ser incluido o no en el Salón de la Fama no se trata simplemente de los increíbles números que Rose produjo a lo largo de los principios fundamentales del perdón, la redención y la celebración de la historia del béisbol. A pesar de sus transgresiones fuera del campo, los logros de Rose en el campo hablan por sí solos. Sus 4.256 hits, un récord, siguen siendo inigualables, un testimonio de su habilidad, resistencia y dedicación al deporte mientras el bateaba tenía en frente 8 jugadores que deseaban impedir que sus batazos no cayeran en terreno de nadie eso nada tiene que ver con apuesta alguna, bateo 4256 Hits de pir vida.
Es tarde porque el mejor bateador ha muerto, pero injustamente es hora de reevaluar el legado de Pete Rose.
El Salón de la Fama debería reflejar la totalidad de la historia del béisbol, reconociendo tanto los triunfos como las controversias. Seguir excluyendo a Rose niega a los fanáticos del béisbol la oportunidad de honrar a uno de los mejores jugadores del juego y apreciar su impacto en el deporte.
Además, con la legalización de las apuestas deportivas en 33 estados de EUA después de la decisión de la Corte Suprema de 2018, las apuestas deportivas han experimentado un auge en todo Estados Unidos, y prácticamente todos los deportes profesionales del país las respaldan de una forma u otra, ya sea ética o no. Sin embargo, la MLB ha promovido abiertamente las apuestas deportivas, incluida una asociación con DraftKings en el verano de 2021.
En pocas palabras, Pete Rose merece un lugar en el Salón de la Fama y los fanátics exigimos su ingreso. Su exclusión no sólo pasa por alto su talento excepcional, sino que también menoscaba la integridad del máximo honor del béisbol. A diferencia de otros grandes jugadores que han sido excluidos del Salón de la Fama por utilizar sustancias para mejorar el rendimiento, Rose nunca hizo nada en el campo que mejorara al jugador excepcional que ya era. Dicho de otro modo, no se puede contar la historia del béisbol sin Pete Rose, y cada día que pase sin que él esté en Cooperstown seguirá haciendo un grave flaco favor al juego.
Deberían ser más acuciosos en el caso Othani si hombres como el gran Pete Rose no está en el Salón de la Fama, podríamos decir entonces que MLB aplica la justicia al beneficio de quienes desean.
Cuando Pete se retiró como jugador activo en 1986, tenía un récord de carrera total de 4.256 hits, además de otros récords incluyen la mayor cantidad de juegos jugados, 3.562; la mayor cantidad de veces al bate, 14.053; y la mayor cantidad de temporadas con 200 hits o más, 10 (igualado por Ichiro Suzuki en 2010). Su promedio de bateo de por vida fue de . 303.
Un fenómeno como Pete Rose no debe estar fuera de Cooperstown, hoy ese gran beisbolista dijo adiós físicamente y su nombre y legado perdurará hasta que algun astro con el bate logré quebrar su récord, pero exigimos que su nombre este en un nicho entre los inmortales de este gran deporte.
Hasta Siempre al Rey del Hit.
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