Las molestías en la rodilla derecha podrían evitar que juegue la campaña 2023, en la que planeaba despedirse
Acostumbrado a ser el caballo de las mil batallas, Miguel Cabrera se ha dedicado los últimos años a luchar con las lesiones y dosificar su juego para poder mantenerse activo. Esa batalla podría llegar a su fin este año.
Varios periodistas estadounidenses informaron este jueves que el venezolano estaría considerando su retiro para 2023.
“No me siento bien ahora mismo. Estoy tratando de hacer todo lo que pueda para salir y jugar, pero no me siento muy bien”, expresó el venezolano en unas declaraciones reseñadas por el periodista Evan Petzold.
Cabrera tendría planeado hablar con su agente y el director general de los Tigres, Al Ávila, para definir su futuro.
«Tengo que hablar con mi agente. Tengo que hablar con el gerente general (Al Ávila). Tengo que hablar con todo el mundo», señaló Cabrera, citado por Evan Woodbery.
Mientras estudia sus posibilidades, los Tigres de Detroit le darán más tiempo de descanso en la segunda mitad de campaña.
El plan, según Woodbery, es que Cabrera juegue todos los juegos durante esta estadía en casa y a partir de ahí tomar una decisión. Ir a la lista de lesionados podría ser una opción.
Una vieja lucha
Molestías en la espalda, la ruptura del biceps (2018) y constantes dolencias en su rodilla derecha han acortado su tiempo de juego durante las últimas contiendas. Pero sería el último de estos malestares el que aceleraría su despedida.
Desde 2019 Cabrera sufre dolores crónicos en la rodilla y ha intentado minimizarlos bajando de peso y ajustando su swing. No obstante, en las últimas semanas el dolor se ha intensificado afectado su producción.
«Miggy», que disputa su campaña número 20, tuvo un impresionante comienzo de campaña, superando los .300 de average en mayo y junio. Pero eso cambio radicalmente en el transcurso del mes de julio.
De hecho, antes del Juego de las Estrellas tuvo un promedio de .287 y luego del clásico su average es de apenas .143.
Ahora mismo batea .271 con 87 inatrapables, incluidos cuatro jonrones, y 36 remolques.
Tras alcanzar sus 500 jonrones y 3000 hits, Cabrera había manifestado su deseo de jugar hasta 2023. Esa sería la última campaña garantizada que le queda del contrato por ocho años y 248 millones de dólares que firmó en 2014.
Cumplir esa meta vale 32 millones.
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