lunes, 13 de enero de 2020

Tony Taylor, un pelotero brillante


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Cuanto mayor es la dificultad, mayor es la gloria
Cicerón
Por Esteban Romero
Nuevamente hablo aquí sobre un pelotero matancero, una verdadera Estrella de la liga profesional cubana, hombre que fildeaba, bateaba y corría como el mejor en las temporadas que jugó en la liga profesional, y que igualmente supo imponerse en el circuito de las Grandes Ligas a lo largo de casi dos décadas. Ese pelotero es Antonio Nemesio Taylor Sánchez, conocido por los aficionados de mi generación como Tony Taylor.
Tony nació el 19 de diciembre de 1935 en el Central Alava, luego rebautizado como Central Méjico, que se halla en la llanura de Colón de la provincia de Matanzas, hijo presumiblemente de padre de origen jamaicano, algo que se puede afirmar por su apellido, y que desde temprana edad comenzó a jugar pelota. Primero lo hizo con el equipo de la escuela del Central y luego saltó a jugar con las Estrellas de Colón de la Liga Amateur Pedro Betancourt.
Con solo 19 años Taylor saltó al profesionalismo al ser firmado por el equipo Texas City, que jugaba en la Liga Evangelina (clase C). Previamente el matancero se había estrenado patrullando el jardín central en un equipo independiente en 1953. Sin embargo, no existen estadísticas defensivas de su desempeño en aquella época como jardinero. Su debut con el Texas City fue por todo lo alto al batear para promedio ofensivo de .314. Dicho equipo cambió de sede y se movió para Thibodaux en Louisiana a mediados de temporada. Taylor cuenta que en ese año pasó mucho trabajo, ya que inglés no sabía, se entendía por mímica a la hora de pedir de comer en restoranes para negros, y lo peor era que no ganaba mucho y cuando quiso regresar a Cuba, el dinero no le alcanzaba.
Su debut en la pelota cubana fue con los Tigres de Marianao en la temporada de 1953-54, donde permaneció jugando la antesala por toda la siguiente temporada. El Almendares tenía en ese entonces dos torpederos, el gran Willie Miranda y el matancero José Valdivielso, los que alternaban alrededor de la segunda base, incluso Willie jugó alguna que otra vez en 1955-56 la segunda base y Valdivielso el SS. Héctor Rodríguez comenzaba a envejecer y los alacranes decidieron entrar en varios canjes, uno de ellos fue el de Valdivielso por Tony Taylor. El Almendares tenía el propósito de utilizar a Taylor en la antesala sustituyendo al gran Héctor Rodríguez ya canjeado al equipo Habana previo al comienzo de la temporada de 1956-57.
TonyTaylor con el Almendares
TonyTaylor con el Almendares
Recuerdo de aquellos tiempos que Tony Taylor era de los que rezaba antes de consumir su turno al bate, se paraba muy próximo al home para batear, algo que le proporcionó unos cuantos pelotazos en su carrera, aunque mucho menos de los que recibió su coterráneo Miñoso. En poco tiempo Taylor se convirtió en todo un ídolo de la fanaticada almendarista por su juego caliente sea fildeando, bateando o corriendo. Jugaba con mucho temperamento su partido diario.
En el béisbol profesional Tony fue escogido en sorteo por los Gigantes de Nueva York, organización que lo ubicó a jugar en el St Cloud Rox de la Liga Septentrional (clase C) en 1955, en la que bateó 136 hits, incluido 19 dobles, 10 triples, 5 jonrones y 38 bases robadas. De ahí saltó a jugar en la Liga Carolina con las Hojas de Danville (clase B) en 1956, luego jugó con las Águilas Dallas de la Liga Texas (Clase AA) en 1957, donde su promedio ofensivo decayó bastante. Bateó solo para .217.
No obstante, en Cuba tuvo una buena temporada en 1957-58 al batear para promedio de .311, producto de 83 hits (líder) en 267 veces al bate, incluido 8 dobles, 7 triples (líder), 5 jonrones e impulsar 28 carreras. El manager del Almendares era en esa temporada Bobby Bragan, hombre relacionado con los Indios, quien sugirió a esta organización contratar a Taylor, lo que no se llegó a materializar pues los Cachorros de Chicago llegaron primero a tomarlo del sorteo del mes de diciembre cuando se aplica la llamada regla 5 que evita que los equipos de las Mayores acumulen muchos peloteros jóvenes en su plantilla. Así Taylor pasó de la organización de los Gigantes a la de los Cachorros.
Tony Taylor vistiendo la franela de los Cachorros
Tony Taylor vistiendo la franela de los Cachorros
El 15 de abril de 1958 Tony Taylor debutó con los Cachorros para convertirse en el pelotero cubano número 72 que jugaba en las Mayores. En esa temporada llegó a jugar 140 partidos en esa temporada, 137 de ellos como segunda base. Su promedio ofensivo fue bajo, pero logró robar 21 bases. En ese equipo no había cubano ni latino, así que a Tony le tocó jugar en un ambiente puramente anglo. Para su suerte, según él mismo le contó a Ángel Torres, Ernie Banks, el gran slugger y defensor del campo corto del equipo, uno de los últimos provenientes de las Ligas Negro, se interesó en ayudar al cubano y casi aprende español. Tony relata que Ernie se convirtió en compañero y amigo en el tiempo que estuvieron jugando juntos.
En el desarrollo del cubano, tanto en el orden defensivo como ofensivo, mucho tuvo que ver ese grande de todos los tiempos que fue Roger Hornsby, quien en aquella época trabajaba como instructor dentro de las filas de los Cachorros. Hornsby consideraba que Tony era de baja estatura, unos 174 cm, pero tenía suficiente musculatura para convertirse en un slugger. Para Hornsby el problema era que Tony no era halador de bola, gustaba mucho batear con fuerza por la zona del derecho. De haber aprendido a halar más bolas, habría tenido más jonrones en su carrera.
En Cuba tuvo una excelente temporada con los campeones del Almendares en la temporada de 1958-59, al quedar como líder de bateo con .303 de promedio y en hits conectados con 88. Igualmente pudo participar por única vez en una Serie del Caribe, efectuada en Caracas, Venezuela, donde su equipo logró la corona, a la que contribuyó al batear para .346 producto de 9 hits en 26 veces al bate, incluido un jonrón y 4 carreras impulsadas.
En las Mayores jugó nuevamente con los Cachorros en 1959 elevando su promedio a .285 con 30 dobles, 8 triples y 8 jonrones, a la vez que robaba 23 bases, y logrando un OPS de .724, todo esto en 150 juegos, 149 como segunda base. En esa temporada también fue líder en asistencias como segunda base (456) y primero en factor de rango (5.42) en esa posición en la Liga Nacional. No obstante, este equipo tenía otros propósitos, y al inicio de la temporada de 1960, pasados los primeros 19 juegos de la temporada, canjearon al cubano con el receptor Cal Neeman a los Filis por el inicialista Ed Bouchee y el lanzador derecho Don Cardwell. El pase de Tony a los Filis significó un mejor ambiente para el cubano, ya que la inicial de ese equipo la defendía el cubano Panchón Herrera, mientras que el campo corto era defendido por el mexicano Rubén Amaro, hijo del cubano Santos Amaro, y a mitad de temporada llegaba a jugar en los jardines otro cubano, Tony “Haitiano” González. Los Filis antes de adquirir a Tony habían intentado con Panchón cubriendo la segunda base, incluso la llegó a jugar en algunos partidos de inicio de esa temporada, la llegada de Tony fue una solución a un problema en el equipo alrededor del segundo saco.
Tony Taylor con el equipo de su carrera, los Filis
Tony Taylor con el equipo de su carrera, los Filis
Tony dijo que su amistad con Panchón se hizo fuerte con los años. Estaban ambos muy estrechamente unidos. Se sabe que el día que Panchón murió Tony lo lloró a gritos.
En el equipo de los Filis, Tony se mantuvo hasta 1971 y fue el segunda base regular hasta 1964. La llegada del habanero Octavio “Cookie” Rojas obligó a mover a Taylor a jugar otras posiciones, sea como torpedero, antesalista o jardinero, algo que supo hacer cada vez que se le exigió. Realmente un par de pelotazos recibidos en su antebrazo de parte del lanzador Don Cardwell le abrieron las puertas a Cookie Rojas para ocupar la defensa del segundo cojín de los Filis en 1965. El habanero resultó ser defensivamente algo mejor que Tony y se mantuvo en la posición a lo largo de otras temporadas, a veces alternando con el matancero.
La temporada de 1960 fue una de las mejores de Tony Taylor, lo que se evidencia al ser escogido para jugar en los dos juegos de estrellas de esa temporada. Entonces bateó para .284 y robó 26 bases.
En las dos últimas temporadas de la liga profesional cubana, Tony siguió destacándose, siempre defendiendo la segunda base. En la temporada de 1959-60, su promedio descendió significativamente, .236, pero logró disparar 8 dobles, 5 triples (líder) y 10 jonrones. En la última en 1960-61 fue co-líder en triples, con 6, empatado con José Tartabull, y líder en bases robadas con 22, a la vez que bateaba para .280. Taylor quedó de por vida como co-líder en triples conectados en la liga profesional, con 33, empatado con el gran inicialista Regino Otero.
En las Grandes Ligas tuvo dos temporadas ofensivas buenas con los Filis, una fue en 1963 cuando bateó para .281. En la temporada de 1964 fue líder de la Liga Nacional en pelotazos recibidos con 13, temporada en la cual preservó el juego perfecto lanzado por Jim Bunning contra los Mets de Nueva York dirigidos por el legendario Casey Stengel. El único batazo sólido de ese juego, disputado un día de los padres, fue del receptor Jesse Gonder de los Mets. Según el mismo Bunning cuenta fue un batazo sobre un cambio, el único que lanzó en todo el juego, y Tony hizo un fildeo espectacular al parar la línea y luego tirar a primera para realizar el segundo out del quinto inning.
Los peloteros profesionales cubanos se vieron imposibilitados durante un buen tiempo de jugar pelota invernal. Existía una regulación emitida por el comisionado Ford Frick, el cual permitía a los peloteros extranjeros jugar en el invierno pero solo en la liga profesional de su país. Los cubanos, al no tener liga, tenían que conformarse con descansar durante el invierno. Por suerte, gracias a la gestión del cubano Bobby Maduro, entonces coordinador de asuntos de latinos en la MLB, esta regulación fue derogada en 1966 y los cubanos pudieron volver a jugar en ligas invernales. Tony se fue a jugar a Puerto Rico, lo hizo con los Senadores de San Juan en la temporada de 1967-68, en la que ganó el título de campeón de bateo, con promedio de .341.
En 1968, por primera vez en las Mayores, Tony defendió la antesala de su equipo durante casi toda la temporada. Jugó esa posición en 138 juegos. La situación se presentó cuando a Dikck Allen lo movieron a jugar los jardines de los Filis. En 1969 defendió esa posición en 71 juegos, pero luego continuó como utility de los Filis.
En 1970 Tony logró batear sobre los .300 por primera vez en su carrera en la MLB. Sin embargo, en junio del año siguiente Taylor fue canjeado a los Tigres de Detroit a cambio de dos lanzadores de Ligas Menores.
Con los Tigres logró batear para .287 en 1971 participando en 55 juegos, y al año siguiente volvió a batear sobre los .300 en 78 juegos, temporada en la que se le vio jugar por única vez en los play off. En 1973 su ofensiva se redujo y los Tigres lo liberaron a principios de diciembre de ese año, pero dos semanas después los Filis lo volvieron a firmar, equipo con el que concluyó su carrera deportiva en 1976. En esa temporada Tony estuvo fuera de juego por lesión a lo largo de cuatro meses.
A su retiro sirvió por tres décadas para los organizaciones de los Filis, los Gigantes y los Marlins como coach o manager de equipos de Ligas Menores. En 1982 dirigió el equipo de Oklahoma City de la Asociación Americana (AAA), en ese mismo año el Spantanburg de la Liga Sudatlántica (clase A), en 1983 los Pilotos de Península de la Liga Carolina (Clase A), en 1985 los Filis de Reading de la Liga Oriental (Clase AA), y en 1986-87 el Utica de la Liga Nueva York-Pensilvania (Clase A), todos ellos sucursales de los Filis. Su porcentaje de ganados y perdidos fue de .407.
Tony igualmente logró dirigir equipos de liga invernal, lo cual hizo en Venezuela. Allí fue manager del Zulia, y en la temporada de 1978-79, llevó a este equipo a la final de los play off.
Tony sirvió en la organización de los Gigantes de San Francisco a partir de 1990, en los que fue coach durante dos temporadas de un equipo de AA y en otra de un equipo de AAA. Posteriormente pudo involucrarse con los nuevos Marlins de Florida y desde 1998 fue instructor de bateo de este equipo, luego auxiliar para el cuadro y los lanzadores.
Tony Taylor como entrenador de los Marlins
Tony Taylor como entrenador de los Marlins
Tony Taylor es uno de los cuatro cubanos que han logrado batear más de 2000 hits en su carrera en las Mayores. El matancero conectó 2007 hits y es el cuarto cubano de todos los tempos, superado por el habanero Rafael Palmeiro, el avileño Tany Pérez y el matancero Bert Campaneris.
Como defensor de la segunda base, tuvo la oportunidad de jugar con buenos torpederos, entres ellos Rubén Amaro, Bobby Wine, Larry Bowa, Ernie Banks. Sin embargo, él consideraba que el mejor de todos esos fue su compatriota Willie Miranda, quien a la defensiva era increíble, según Tony mismo declaró.
La mayoría de los managers que le dirigieron, siempre tuvieron palabras de elogios para el cubano. El manager Frank Lucchesi de los Filis, en una occasion dijo que Tony era uno de los peloteros más subestimados en la Liga Nacional. Su valor radicaba en su versatilidad y la fuerza que ponía para jugar cada partido.
Así y todo, Tony tuvo grandes honores en su vida professional. En 1963 y 1970 se organizaron el Día de Tony Taylor en el Estadio Connie Mack Stadium. En 1981 fue selecto al Salón de la Fama del Béisbol cubano radicado en Miami, y los Filis añadieron el nombre del cubano a su Mural de la Fama en 2002. El periodista Milton Richman de la UPI declaró que Tony Taylor era tan Filis como Ernie Banks de los Cachorros.
En el orden personal, casi toda su familia emigró a EEUU y tuvo un hermano, Jorge, que llegó a jugar pelota para el Palatka de la Liga Estatal de Florida (clase D) sucursal de los Patirrojos de Cincinnati en 1960.
Bibliografía consultada
Baseball- reference.com. Tony Taylor. http://www.baseball-reference.com/players/t/tayloto02.shtml
Figueredo, Jorge S. Cuban Baseball: A Statistical History, 1878-1961. McFarland & Company, Inc. Publishers, Jefferson-North Carolina-London. 544 p.
Rory C. y J. Ramírez. Tony Taylor. http://sabr.org/bioproj/person/bc362446#sdendnote58sym
Torres, Ángel. 1997. La leyenda del béisbol cubano: 1878-1991. Angel Torres Publishing Company. 308 p.
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