lunes, 10 de enero de 2022

¡Cae otra barrera! Una mujer será manager de los Yanquis en Clase A


Los aficionados de los Yanquis de Nueva York y de todo el beisbol tienen que aprenderse el nombre de Rachel Balkovec. Porque esta joven nacida hace 33 años se está acostumbrando a hacer historia.

Balkovec viene derribando barreras de género en los diamantes desde 2014. Y ahora se convertirá en la primera mujer manager en el sistema de Ligas Menores de la MLB.

Los Yanquis han decidido darle las riendas de los Sábalos de Tampa, la sucursal de esa divisa en Clase A baja.

El próximo 8 de abril, en Lakeland, un piloto de sexo femenino dirigirá por primera vez en el beisbol organizado.

La periodista Lindsey Adler reportó la novedad este domingo, dejando caer la noticia en Twitter, antes de redactar su reporte para el sitio The Athletic.

Es un paso más en la notabe carrera de Balkovec, una antigua receptora en el sistema universitario de Estados Unidos, que ha obtenido dos maestrías en el área deportiva y que ha llegado a trabajar con la selección nacional de los Países Bajos.

Oriunda de Omaha, en el estado de Nebraska, ya tiene dos años como parte del cuerpo técnico en las granjas de los Yanquis.

Su ascenso ocurre al cerrar una semana en la que otra chica, Genevieve Beacom, hizo su propio aporte para derribar barreras de género en el beisbol.

Beacom, una adolescente con 17 años de edad, se convirtió en la primera mujer en ver acción en la Australia Baseball League, el circuito profesional de ese país.

DEL MONTÍCULO A LA JAULA DE BATEO

Beacom no está sola en la búsqueda de su sueño. La mexicana Rosy María del Castillo también escribió un capítulo notable en esta saga, cuando en mayo dio su salto al campo rentado.

Del Castillo tiene una brillante hoja de servicios con el Tri, la selección nacional de beisbol de su país, y fue contratada por el equipo VP El Fuerte, de la Liga Clemente Grijalba, en el estado de Sinaloa.

Su debut ocurrió como serpentinera abridora y fue una sensación en los medios deportivos mexicanos.

Mientras las lanzadoras emprenden la difícil tarea de lucir sobre la lomita, varias mujeres ya trabajan como coaches en el sistema de MLB.

Alyssa Nakken, incluso, ya tiene un lugar en el Salón de la Fama de Cooperstown. El uniforme que usó en 2021 en su primer día como coach de los Gigantes de San Francisco fue reclamado por el célebre museo, para ser exhibido allí.

Los Piratas de Pittsburgh anunciaron en diciembre la contratación de Caitlyn Callaghan como coach de desarrollo. Trabajará en Brandenton, la sede primaveral de los bucaneros.

La firma de Callaghan y este anuncio de los Yanquis responde a un interés claro de la propia MLB, que hace un lustro creó el programa Take the Field, para incentivar la incorporación de personal femenino a distintas áreas del negocio, desde la gerencia hasta el terreno.

Un total de 23 damas comenzaron la temporada pasada como coaches en las distintas categorías del beisbol de Grandes Ligas. Entre ellas estaba Bianca Smith, en las filiales de los Medias Rojas de Boston, como primera afroamericana que cruza la barrera.

Balkovec es la pionera de ese contingente, incluso antes de la creación de Take the Field. Y cuando toma un bate entre sus manos, todavía luce.

En 2014 se convirtió en la primera mujer contratada a tiempo completo como coach de acondicionamiento físico en el beisbol organizado, con los Cardenales de San Luis. Fue asignada a los Cardenales de Johnson City.

De la Liga de los Apalaches, en categoría Novatos, Balkovec saltó a los Astros de Houston en 2016. Con los texanos se convirtió en la primera mujer contratada para ser coordinadora de fortalecimiento y condición física para América Latina. Allí mostró otra de sus aptitudes: para cumplir mejor su labor, aprendió a hablar español.

En 2018 fue asignada a los Garfios de Corpus Christi, la sucursal Doble A de los Astros. Pero en 2019 volvió a marcar un hito, al pasar a los Yanquis y convertirse en la primera mujer contratada para ser coach asistente de bateo, una de sus pasiones.

Ahora Balkovec hará historia –una vez más– como manager en Tampa.

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«Desde que estás en la universidad, los deportes femeninos normalmente no siguen la misma ruta que los deportes masculinos», contó en un reportaje que en 2019 le dedicó la cadena ESPN. «Pero yo quería trabajar en el beisbol».

«Un día recibí una llamada», relató. «Y (el ejecutivo) me dijo: ‘Yo quiero contratarte. Pero no hay manera de que mi organización contrate a una mujer’. Cambié mi currículo. Borré que fui catcher de softbol femenino en la División 1 de la universidad y puse solo que fui catcher en la División 1 de la universidad. En vez de mi nombre Rachel puse Rae. Me puse de un género neutro. Y las llamadas empezaron a llegar».

Con la organización de Nueva York ganó aún más respeto. Por eso sigue rompiendo barreras. Y por eso se ha hecho un nombre que todos debemos aprender. 

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