POR Mari Montes
«No creo que pueda jugar de otra manera que no sea con todo. Disfruto mucho el juego porque le doy todo”.
George Brett.
Miguel Cabrera recibió de manos de George Brett un cuadro con fotografías del día que ganó oficialmente la Triple Corona de Bateo, porque eso sucedió en Kansas City.
Brett es el vice presidente de operaciones del equipo de toda su vida.
Entre los regalos que le han dado a Miguel, la composición con imágenes de ese día inolvidable en la historia del béisbol y su carrera , tuvo como detalle adicional el hecho de que le fuese entregado por Brett, quien fue el encargado de descubrir el velo del montaje y que fascinó al maracayero.
El capitán de los Royals, Salvador Pérez, encabezó la delegación de venezolanos (el coach José Alguacil y los jugadores Maikel García, Freddy Fermín, Carlos Hernández y Edward Olivares) que acompañó a Brett a hacer entrega del esmerado presente.
La imagen de Brett entregándole el regalo y la conversación, sin duda grata, evidenció el respeto mutuo que existe entre ellos. Cuando Brett se retiró como jugador activo, en 1993, Miguel era un niño de 10 años que jugaba pelota en La Pedrera, Maracay.
Con un doble, en jornada de 4 imparables, Miguel lo superó en la lista histórica para quedarse en el puesto 17.
George Brett dejó una huella imborrable en el beisbol de Grandes Ligas, no solo en Kansas City, donde será un monarca por siempre, también para el béisbol.
Brett ha sido mentor de Salvador Pérez, fue él quien le anunció al careta venezolano, que había sido designado Capitán de la Realeza.
Como Miguel Cabrera, jugó 21 temporadas; se convirtió en uno de los mejores bateadores de su generación y de todos los tiempos. Terminó su carrera con 3.154 hits, más que cualquier tercera base en la historia. Es el único jugador con un título de Campeón Bate en tres décadas diferentes (.333 en 1976; .390 en 1980 y .329 en 1990).
Resalta en el portal del Salón de la Fama: “Durante tres décadas, fue el estándar por el cual se juzgaba a otros bateadores”.
George Brett nació el 15 de mayo de 1953 en Glen Dale, Virginia, antes de que la familia se mudara a El Segundo, California, cuando él tenía 2 años de edad.
Cuenta la biografía escrita por Russell Bertgold para la web de la Sociedad Americana de Investigación de Béisbol, que su padre, “Jack Brett, era un residente de Brooklyn que animaba a los Yankees de Nueva York. Aunque provenía de una buena familia (su padre trabajaba en Wall Street), abandonó la escuela secundaria para laborar en una fábrica. A los 18 años se alistó en el ejército estadounidense y luchó en la Segunda Guerra Mundial. Su período de servicio terminó cuando recibió un disparo en la pierna, en una batalla en Francia.
Al regresar a casa, se matriculó en Pace College en Nueva York, donde obtuvo una licenciatura en administración de empresas. Trabajó como contador para Mattel Toys.
En 1945 se casó con Ethel Hansen. Ella trabajaba como contable en una empresa de muebles, era una madre cariñosa. Jack era el encargado de la disciplina en la casa, cuya ira la sentía principalmente George. Mientras que los hermanos mayores parecían esforzarse tanto en lo atlético como en lo académico, George era visto como algo vago y carente de motivación.
Prefería ir de paseo por Redondo Beach que jugar béisbol. Más tarde, George admitió que si no hubiera sido por sus habilidades en el béisbol, lo más probable es que habría terminado como camarero u obrero de la construcción. Al igual que sus hermanos mayores, George, de 7 años, comenzó a jugar béisbol de ligas menores en Recreation Park en El Segundo. Sus jugadores favoritos eran Mickey Mantle, Carl Yastrzemski y Brooks Robinson.”
Los cuatro hermanos Brett jugaron beisbol profesional. John, el mayor, llegó al béisbol de Clase A en 1968, jugando para los Waterloo (Iowa) Hawks en la Midwest League. Bobby, el segundo, jugó una temporada en ligas menores en 1972 antes de pasar a tener una lucrativa carrera en el desarrollo inmobiliario.
Según esperaban los scouts, el hermano más prometedor era Ken Brett, el tercer hijo de Jack y Ethel, quien era conocido cariñosamente como “Kemer”. Fue un lanzador de 14 temporadas en las Grandes Ligas con 10 equipos diferentes. Su nombre también resalta en la historia, porque fue el pitcher a quien Hank Aaron dio el jonrón 700 de su carrera. Además, siendo el único representante de los Piratas de Pittsburgh en 1974, fue el ganador del Juego de las Estrellas.
Los Kansas City Royals eligieron a George Brett en la segunda ronda del draft de 1971. El bateador zurdo ascendió en el sistema de ligas menores exhibiendo un bate de poder. Pronto, el 2 de agosto de 1973, con 20 años de edad, se convirtió en el grande liga número 13.396 en un duelo entre Kansas City y Chicago, en el Comiskey Park, donde bateó su primer hit en su segundo turno al bate. Así comenzó su historia.
En 1974 bateó para .282 e impulsó 47 carreras. Al año siguiente dejó promedio de .308, 195 hits, 89 carreras impulsadas y conectó 13 triples. Ganó su primer título de bateo en 1976 con un promedio de .333 y tuvo su primera temporada de 200 hits (215) mientras ayudaba a los Royals a ganar la División Oeste de la Liga Americana.
Con Brett, Kansas City obtuvo tres títulos consecutivos del Oeste de la Liga Americana y también tres derrotas consecutivas ante los Yankees a pesar de su producción ofensiva y buena defensa. En la Serie de Campeonato de la Liga Americana de 1977 bateó .300, pero KC perdió el quinto juego. En 1978 quedaron eliminados en cuatro desafíos. Perdieron el tercer juego. Los tres jonrones que Brett le dio a Catfish Hunter no fueron suficientes.
En la semblanza de George Brett de Baseball Almanac leemos:” Los Royals y Brett finalmente superaron toda su frustración a manos de los Yankees en una temporada de cuento de hadas de 1980. Brett luchó contra varias lesiones para acercarse más que nadie a batear .400 por primera vez desde que Ted Williams bateó .406 en 1941 (…) terminó con average de .390. También impulsó 118 carreras, la mayor cantidad de su carrera, y a pesar de perderse 45 juegos, fue elegido MVP de la Liga Americana.”
En 1981, la huelga de jugadores dividió la temporada en dos mitades. El manager Jim Frey fue despedido después de que el equipo tuvo marca de 10 y 10 al comienzo de la segunda mitad y fue reemplazado por el ex capitán de los Yankees, Dick Howser. Bajo Howser, tuvieron registro de 20-13 para terminar con un récord de 30 y 23 en la segunda mitad, lo que les valió un lugar en los playoffs, pero fueron barridos por los Atléticos de Oakland en la Serie Divisional de la Liga Americana.
Los Royals se perdieron por completo los playoffs en 1982 y 1983. Brett se perdió un total de 57 juegos durante ese lapso, pero siguió dejando buenos números.
El 24 de julio de 1983, George Brett y el manager de los Yankees, Billy Martin protagonizaron algo único en la historia del béisbol: el recordado episodio del “jonrón de la brea de pino” que el tercera base de los Royals le sonó a Rich Gossage en el Yankee Stadium, con dos outs y uno en base en el noveno inning. En principio el cuadrangular le dio ventaja de 5 a 4 a los Royals, pero el batazo fue anulado por Tim McClelland, un joven árbitro que se dejó presionar y engañar por Martin, quien inventó que el bate de Brett era ilegal por exceso de resina de pino.
La decisión y la explosión de Brett debe ser uno de los videos más vistos del beisbol, como dijo Gossage de la reacción del antesalista: “Era el ser humano más loco a quien alguna vez he visto en mi vida”. Cuatro días después se corrigió la decisión al comprobarse que no había exceso de resina, y el 18 de agosto se reanudó el juego con los Royals ganando 5 a 4. Así que, a menos de un mes, los Royals fueron al Yankee Stadium para reanudar el duelo en el noveno capítulo. El jonrón de George Brett fue validado dando la ventaja a los de Kansas City.
Para el desenlace del extraño juego sólo había unos mil fanáticos. Los Yankees jugaron con el lanzador Ron Guidry en el jardín central y con Don Mattingly, un jugador zurdo y primera base, como camarero. Muchos años después, Billy Martin dijo que la reanudación del partido “era una parodia” y por eso jugó así.
George Brett llevó a los Royals a otro título de división en 1984 y en 1985 regresaron a la Serie Mundial derrotando a Toronto en una serie de siete juegos en la que Brett conectó tres jonrones y bateó para .348. Esta vez, Kansas City derrotó a los Cardenales en siete juegos para obtener el primer título de campeones de la franquicia.
Recuerda Russel Bertgold en su artículo biográfico: “Al final de la temporada de 1992, llegaron a Anaheim para una serie que comenzaría el 28 de septiembre. La atención se centró en la búsqueda de George Brett de su hit número 3.000. A solo cuatro inatrapables de alcanzar el codiciado hito, se perdió los dos primeros juegos de la serie por una inflamación en el hombro, pero se preparó para el juego del miércoles 30. Conectó un doble en el primer turno, sencillo en el tercero y otro en el quinto. En la séptima entrada, Brett conectó la pelota sobre el guante del segunda base Ken Oberkfell para alcanzar la ansiada cifra. La multitud de 17.000 personas le dio una gran ovación. Su hermano Ken estaba en la cabina de transmisión de los Angelinos comentando el juego. Su esposa y su familia estaban en las gradas mientras Brett era felicitado por sus compañeros de equipo”.
Uno de los árbitros de ese histórico juego fue Tim McClelland, el mismo del incidente del “bate de pino”.
El 25 de septiembre de 1993, al lado de su esposa, Leslie, en una conferencia de prensa en el estadio Kauffman, Brett anunció que se retiraría al final de la temporada: “Siempre he dicho que nunca jugaría por dinero. …Eso no sería justo para los Royals, para la gente de Kansas City. El juego merece algo mejor que eso”.
Brett se retiró con 3.154 hits, 317 jonrones y un promedio vitalicio al bate de .305. Fue invitado 13 veces al Juego de las Estrellas. Fue Jugador Más Valioso, ganó 3 Bates de Plata y un Guante de Oro. Jugó el béisbol con pasión e intensidad, parecía dispuesto a dar la vida por anotar una carrera o por atrapar una pelota.
En 1999, fue incluido en el Salón de la Fama de Coopestown en su primera aparición en la boleta, recibiendo el 98,19% de los votos posibles. Ese año también entraron: Nolan Ryan, Robin Yount y Orlando Cepeda.
El periodista Bob Costas lo describió así: «Era claramente uno de los mejores jugadores de su generación. Se veía y se comportaba como un jugador de béisbol y podría haberlo sido en cualquier época. Era el tipo de persona que transmitía algo que para los fanáticos es muy importante, y es que él se consideraba a sí mismo ante todo, como un jugador de béisbol. No había nada en el mundo que preferiría hacer que jugar béisbol todos los días cuando estaba en el campo».
Quienes le vimos jugar, podemos asegurar que así fue, George Brett hizo mejor al béisbol.
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