La última órbita del cometa de Carolina
Hace 52 años, Roberto Clemente llegaba a la segunda base luego de un doblete a Jon Matlack en la 4ta entrada. El boricua se descubría la cabeza y saludaba a su público, quien aplaudía el hit # 3,000 en la carrera del cometa de Carolina. Ese fue el último hit de Clemente.
A sus 37 años, el final de su carrera se acercaba, Cooperstown esperaba por él para darle la inmortalidad, pero esta, le llegó de forma anticipada y de manera más trágica. Sus acciones como ser humano superaron por mucho lo hecho en los diamantes, por su humanismo, se ganó el corazón de los fanáticos. Su muerte trágica, cuando ayudaba a los necesitados, no solo convirtió a Clemente en una leyenda entre los beisbolistas latinos, lo convirtieron en una leyenda de talla internacional.
Clemente, era el tipo que ayudaba con medicinas a los enfermos de escasos recursos, pagaba funerales, en ocasiones, en la intimidad de su casa, daba de comer a hambrientos y daba masajes a adultos mayores aquejados por los dolores, Clemente hacía esto lejos de cualquier reflector o periodista, hacía esto porque estaba en su naturaleza ayudar al prójimo, Clemente nunca buscó la gloria por sus acciones humanitarias, Clemente buscaba un mundo más justo para los suyos y murió en el intento.
"Cada que tú tienes la oportunidad de hacer la diferencia en este mundo y no la haces, estas perdiendo tu tiempo aquí en la tierra" Roberto Clemente
#LasGrandesLigas
#AdriánArcePatrón
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