Por Ignacio Serrano
Gerardo Parra no aparecía ante el público del Nationals Park desde el Otoño de 2019. Pasaron 20 meses sin que se escuchara allí la canción que le hizo famoso no solo en el DC, sino en todo el beisbol de las Grande Ligas. Pero la fiesta regresó. Y en Washington sueñan que, con él, haya vuelto también la inspiración.
Parra era un buen jugador de reserva hace un par de años, cuando fue adquirido por los Nacionales. La anécdota ya es parte de la historia misma de la MLB. El equipo estaba en medio de una mala temporada y el venezolano también. Pero el cambio de uniforme y un golpe de suerte obraron el milagro.
El toletero zurdo no había rendido con el madero en San Francisco y fue dejado en libertad el 7 de mayo. Dos días después, firmó con los Nats y sacó lo mejor de sí mismo, ese pelotero que ha ganado dos veces el Guante de Oro y que llegó a ser titular tanto en Arizona como en Milwaukee, Baltimore y Colorado.
Nada habría sido igual sin aquel giro de la fortuna, el episodio que protagonizó con el encargado del sonido interno en el parque de los capitalinos. Parra quería una nueva canción introductoria para sus turnos al bate. Buscaba cábala e inspiración. Y terminó dándole a toda una escuadra su corazón de campeón.
Aquella canción fue Baby Shark, que tanto había escuchado en casa, por petición de su hija. La escogió casi por no dejar, porque sonaba una y otra vez en su celular mientras buscaba otras melodías. "¿Por qué no?", se preguntó entonces. Ningún equipo de las Ligas Mayores le ha debido tanto a un ritmo infantil.
La escena de este domingo fue una réplica al calco de aquellas tardes de gloria deportiva, en la que Parra y los Nats cabalgaban hacia el primer lugar, y hacia los playoffs, y hacia la conquista de la Serie Mundial.
El anunciador aprovechó la pausa forzada de una visita al montículo para presentar al jugador nacido en Santa Bárbara del Zulia. Eso permitió que la ovación durara prácticamente la canción entera. El Nationals Park estaba casi lleno. Miles de aficionados de todas las edades volvieron a ponerse en pie, para bailar con aborozo.
"Casi lloré", confesó Parra a MLB.com y otros medios, luego del duelo.
"Creo que si comparo este con mi primer turno en las Grandes Ligas, en este estaba más nervioso. Mis piernas temblaban un poquito. Estaba feliz. Feliz por ver a toda esa gente en pie, cantando Baby Shark. Fue como regresar de nuevo a 2019. Estoy muy feliz por eso".Gerardo Parra
Sus compañeros también festejaron. Y la fanaticada quizás haya pensado lo mismo: si remontar en aquella campaña, hasta desfilar como campeones, fue posible, ¿por qué no otra vez?
Los Nacionales ganaron. No podía ser de otro modo, para que la historia de este domingo tuviera final feliz. Resta ahora un largo camino hasta octubre, en una División Este que luce difícil en la Liga Nacional.
Washington comenzó la semana a solo tres juegos de la marca de .500 en la tabla de posiciones. Está mejor que en 2019 cuando por primera vez sonó la mágica canción. Más todavía: el equipo y el estadio entero vuelven creer y vuelven a bailar.
--
Publicada en El Planeta de Boston y El Tiempo Latino de Washington, el lunes 21 de junio de 2021. Aquí la nota original.
Ignacio Serrano
No hay comentarios:
Publicar un comentario