martes, 15 de junio de 2021

TED WILLIAMS: Crónica de un .400

 



TED WILLIAMS: Crónica de un .400

“Un hombre debe tener metas, por un día, en la vida, la mía ha sido, hacer que la gente diga: Allá va Ted Williams, el más grande bateador que ha existido”
Ted Williams llegó a la temporada de 1941 con 22 años de edad en lo que sería su tercera campaña en Grandes Ligas. Williams lideró la Americana en producidas en 1939, su año de novato y en dos temporadas promediaba .336 de bateo.
El 15 de abril de 1941 en el Opening Day, Ted Williams bateó como emergente y conectó un hit, al final del día su promedio era 1.000 y durante toda la temporada nunca bajó de .308. Durante los siguientes 4 juegos tomó un turno en cada uno como bateador emergente. Cuando terminó abril, Williams había jugado en 9 de los 13 juegos de Boston y estaba bateando .389. El 15 de mayo, “the splendid splinter” inició una racha de 23 juegos consecutivos conectando de hit, Williams pegó 43 hits y tuvo un promedio de .489 en esa racha, elevando su promedio de bateo de .339 a .431 para el 7 de junio. Durante el mes de junio, Williams bateó .372, así que cuando empezó julio su promedio estaba en .404. El 11 de julio se fue en blanco en 4 turnos ante los Tigres de Detroit y bajó de .400, por 9 juegos anduvo debajo de esa marca, hasta que el 24 de julio, ante los Indios de Cleveland, Teddy se fue de 5-2 y subió a .400, nunca más volvería a bajar de ese promedio en el resto de la temporada.


Durante el mes de agosto, Williams bateó .402, 43 hits incluidos 10 jonrones. El promedio de Williams estaba en .407 con 23 juegos por jugarse en la temporada. El 30 de agosto celebro su cumpleaños 23 con un cuadrangular. Los Medias Rojas iniciaron septiembre con una doble jornada ante los Senadores de Washington y Williams se fue con 3 hits en 5 turnos, los 3 fueron cuadrangulares, 2 en el primer juego y 1 en el segundo. El 10 de septiembre subió su promedio a .413, lo más alto que llegaría durante el último mes de la campaña de 1941. El 24 de septiembre hubo doble jornada en Washington, y Williams bateó de 7-1, quedando su promedio en .401. El 27 de septiembre, los Medias Rojas jugaban la última serie de la temporada y sería ante los Atléticos de Philadelphia, 1 juego el 27 y doble jornada el 28 para finalizar el año. Esa mañana el periódico Philadelphia Bulletin, remarcó el hecho de que Williams estaba bateando .401 antes de empezar la serie y especulaban que Teddy podría no jugar ya en la temporada para proteger su promedio de .400 (Boston estaba a más de 15 juegos detrás de los Yankees). El viernes 27 en la práctica de bateo antes del juego, Ted Williams le dijo al reportero del Philadelphia Bulletin Frank Yeutter “Lo hago no lo hago”, hablando sobre si debía jugar o no para preservar su promedio. En el primero de la serie, Williams se fue de 4-1 ante Roger Wolf, quedando su promedio en .3995, .400 ya redondeado.


El sábado temprano, el manager de Boston Joe Cronin le preguntó a Williams si quería quedarse en la banca para conservar su promedio en .400, “Nadie te va a reclamar por ello” le dijo Cronin, pero Williams se rehusó a no jugar. Ty Cobb y Roger Hornsby batearon .400 3 veces cada uno y Hornsby pudo haberlo conseguido una cuarta ocasión cuando en 1921 llegó al último juego de la temporada bateando .3996 y no consiguió un hit en 4 turnos quedándose en .397, pero no se quedó en la banca. Williams no quería batear .400 con un número redondeado, él quería ser un bateador legítimo de .400 así que decidió jugar esa doble jornada. Ted Williams se fue de 5-4 en el primer juego de la doble jornada con un cuadrangular, consiguiendo hits en cada uno de sus primeros 4 turnos. Al final del juego estaba bateando .404 y en el segundo juego de la jornada y el último de la temporada conectó 2 hits en 3 turnos al bat para terminar con su legendario .406. Nadie hubiera imaginado que pasarían décadas y sería el último bateador de .400 que verían todos los aficionados de esa época. Al finalizar esta temporada se cumplirán 80 años del .400 de Ted Williams y los 56 de DiMaggio, pero esa, es otra historia.

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