PARA LUNES, 15, MAYO, 2023
JUAN VENÉ EN LA PELOTA…
Mi queridos Yankees: Nada peor para un equipo de Grandes Ligas, que caer en las profundidades del último lugar. Y ustedes han sufrido por eso en estos días, hasta ayer domingo, cuando amanecieron medio juego sobre los Medias Rojas (23-18, 22-18).
Pero, como para mí la columna que cuenta es la de las derrotas, pues siguen de colistas.
Digo, nada peor que el sótano, pero si uno se llama los Yankees, es más malo aún.
Como sabrán, fui periodista, cubrí el equipo durante 40 años, hasta mi muerte, en 1987, a los 69 de edad; y, como nativo de Nueva York, pues, crecí viví y morí amando a los Yankees.
Ahora, en este Más Acá, que Uds. llaman Más allá, me inquieta verlos perdidos, abajo de Rays (30-11), Orioles (26-13) y Blue Jays (23-16).
De todas maneras, mi sugerencia es, paciencia, mucha paciencia, como diría el chinito. Cuenta mucho ser paciente.
Fui un reportero muy inquieto, de combate, denunciaba todo lo que me parecía incorrecto. Y por eso, pasé unos cuantos Capítulos difíciles en mi vida.
Creo, sin embargo, que el peor no fue en el beisbol, sino en el boxeo, el otro deporte en mi profesión.
In 1986, algo más de un año antes de mi muerte, Larry Holmes, quien se iba a enfrentar a Michael Spinks, se instaló para entrenar en un gimnasio de Las Vegas.
Se supone que los entrenamientos son un acto público, pero Holmes siempre tuvo muchos problemas con los periodistas, y yo era de quienes menos él quería.
Por algo que publiqué ordenó que me fuera de su área. Como me negué, ordenó a tres de sus guarda espadas que me sacaron. Y lo hicieron a hombros para arrojarme después a la calle. Eso fue un escándalo nacional.
Pero, bueno, aquí de trata de Uds. los Yankees, no de boxeo.
Siempre me ha parecido tonto regodearse uno en el pasado. Pero es imprescindible, cuando se escribe o se habla de Uds. recordar que han sido lo más glorioso en América en el deporte profesional. No como consuelo por lo que ocurre ahora, sino para inspiración de lo que deseamos ocurra en el futuro.
Hay dos enemigos imposibles de controlar, las lesiones y los slumps. Por supuesto, con el róster que tienen, deben arrasar si se mantienen saludables y fuera de las malas rachas.
Reconforta que el enemigo número uno esté también en mala temporada, los jóvenes de Boston. ¡Ah! eso es un consuelo tonto. Hay que ganar juegos y subir en el standing.
Pero, igualmente hay que aceptar que los Rays están jugando un gran beisbol y que han permanecido lejos de las lesiones costosas.
Mis queridos Yankees: Los quiero como siempre, sufro con Uds. las derrotas, pero también celebraremos juntos cuando ganemos.
Abrazos… Dick.
@juanvene5
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