domingo, 24 de marzo de 2019

Miguel Cabrera espera exhibir su trueno toda la campaña

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LAKELAND, Florida -- El swing recordó a aquellos del 2012, un movimiento natural y perfectamente fluido del venezolano Miguel Cabrera con el que mandó la bola hacia el jardín derecho, sin que esta parara de viajar hasta terminar en el bullpen de los Tigres para su segundo jonrón de la pretemporada.
El palazo contra el cubano Nestor Cortés Jr. de los Yankees el 10 de marzo no viajó tanto como el que había dado Cabrera contra Jacob Webb de los Bravos una semana atrás. Ese casi pegó en la pared del bullpen de visitantes entre el jardín central y el derecho, a pocos metros de la grada. No había dado un jonrón tan largo hasta el jueves, cuando mandó un envío de Corbin Martin de los Astros a lo más lejano de la grama detrás del jardín izquierdo. La volvería a botar el sábado, esta vez contra Hunter Wood de los Rays.
"Se está sintiendo muy bien y está empezando a ver la bola realmente bien", dijo Ron Gardenhire, el manager de los Tigres. "Eso te dice lo bien que está".
Los cuatro jonrones han sido impresionantes recordatorios de lo que Cabrera, a pesar de que cumplirá 36 años en un mes, es capaz de hacer cuando está saludable.
"Hace no mucho tiempo todo el mundo se estaba preguntando qué había pasado con su poder", añadió el gerente general de Detroit, Al Ávila. "Bueno, pueden ver que todavía lo tiene".
Cabrera se fue sin hits durante una semana tras el segundo jonrón, un slump de 10-0 con siete ponches. La frustración fue tal que lo expulsaron de un juego de la Liga de la Toronja por discutir bolas y strikes con un umpire de Triple-A.
"Me gustó ver eso, el hecho de que estos turnos son importantes, incluso para un tipo que ganó la Triple Corona", dijo Doug Mientkiewicz, que dirigió a los Tigres en aquel encuentro de escuadras divididas.
Para este slugger de 35 años, estos turnos todavía importan. Cabrera está completando una década que lo vio ganar una Triple Corona, cuatro títulos de bateo, dos premios Jugador Más Valioso y cuatro viajes seguidos a la postemporada. Pero tras dos temporadas plagadas de lesiones, esos logros se sienten más distantes.
Cabrera está bajo contrato hasta terminada la temporada 2023, así que es posible que todavía esté en el equipo cuando los Tigres vuelvan a competir, aunque para entonces tendrá casi 40 años. Las metas más visibles por el momento son hitos personales, 3,000 hits y 500 jonrones, ambos al alcance esta próxima temporada si se mantiene saludable. Pero Cabrera todavía está compitiendo por metas colectivas.
"Yo siempre he pensado que uno juega por una razón. Uno juega para ganar juegos", sentenció Cabrera.
Si la salud lo acompaña, es posible que los Tigres sean un equipo competitivo. O al menos mejores que en las últimas dos temporadas, en las que perdieron 98 juegos en cada una. Es tal el tamaño del impacto que puede causar el maracayero.
Perdido en medio de la decepción de una campaña 2018 recortada por las lesiones, está lo bien que le estaba yendo antes del desgarre de bíceps. Estaba bateando .299 con tres jonrones, 22 empujadas y .843 de OPS a pesar de un frío brutal que normalmente no le sienta bien. Bateó .326 en marzo y abril antes de perderse un mes por un tirón en la corva derecha.
Cabrera es tan importante que los Tigres están pensando cuánto ponerlo a jugar en primera y cuánto como designado, con la intención de limitar el agotamiento de jugar a la defensiva.
Lo que preocupa no es el bíceps, que se lesionó durante un swing. Son su espalda y sus piernas, el epicentro de sus lesiones los últimos años. Incluso cuando Cabrera estaba jugando los últimos meses del 2017, sus problemas en la espalda condicionaron su swing.
"Jugará como designado, pero también algo de primera base", dijo Gardenhire.
Cabrera también quiere ser un líder. Ha pasado los entrenamientos primaverales hablando con los jugadores más jóvenes en el complejo de los Tigres, un punto que fue repasado cuando en su momento habló con Ávila sobre la situación del equipo.
"Hablamos de eso cuando empezó este proceso de reconstrucción", reconoció Ávila. "Él siempre ha dicho que hará lo que nosotros queramos. Y lo ha hecho, hasta con los muchachos de las menores. En ese sentido ha sido grandioso".
Pero el liderazgo de Cabrera se demuestra en el terreno. Jóvenes como Christin Stewart ha visto de cerca la rutina de Cabrera antes de los juegos. No sólo los majestuosos jonrones, sino el enfoque que pone en repartir líneas por todo el campo antes de mostrar su poder.
"En la primera ronda, no importa si le lanzan adentro, empieza bateando hacia la otra banda. Y luego empieza a darle hacia todo el campo. Es genial verlo hacer eso".
Mientras más tiempo esté Cabrera cerca, mejor para los Tigres. Y ahora mismo le está dando tan bien a la bola que Gardenhire quiere que batee de tercero para que tome cuantos turnos sea posible.
"El swing está allí", señaló Ávila. "Está enfocado. Y está saludable. Ahora tenemos que mantenerlo saludable".
Jason Beck ha cubierto a los Tigres para MLB.com desde el 2002. También puedes leer su Blog.

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