TOKIO – Si la carrera de Ichiro Suzuki está a punto de terminar, al menos él no está dando pistas al respecto. Pero mientras la leyenda de 45 años se prepara para disputar la Serie Inaugural con los Marineros ante los Atléticos el miércoles y jueves en el Tokio Dome, su plan es disfrutar cada momento.
“Esto es un gran regalo para mí”, dijo Ichiro durante el fin de semana. “Voy a atesorar cada momento en el terreno. Una semana después de este evento, voy a pensar en estos días, así que me voy a procurar recordar cada momento aquí en Japón”.
Se espera que Ichiro inicie el primer juego el miércoles (5:35 a.m. ET) en el jardín izquierdo, y que apenas lo vean salir al terreno se desate una avalancha de aplausos de los 45,000 asistentes. Así pasó durante la victoria de los Marineros por 6-4 en el juego de exhibición sobre los Gigantes de Yomiuri el domingo, cuando Ichiro defendió el jardín derecho y se fue en blanco en tres turnos.
Después de los dos partidos de exhibición contra los Gigantes domingo y lunes, seguirán los choques de temporada regular contra los Atléticos. Con un roster de 28 jugadores para estos juegos fuera de Norteamérica, los Marineros tienen un puesto para Ichiro.
Cuando los Marineros regresen a Seattle y tengan que cortar el roster a 25 para su primer duelo en casa el 28 de marzo ante los Medias Rojas, es poco probable que haya espacio para Ichiro en la nómina de un club en reconstrucción. Aunque el gerente general Jerry Dipoto afirmó que ya se ha conversado sobre lo que pasará después con Ichiro, el ejecutivo insistió en que no hay nada definitivo.
“Vamos a apreciar esta semana por lo que es, una oportunidad para que él juegue y después veremos qué pasa”, dijo Dipoto. “Nuestro compromiso fue que si terminaba los entrenamientos saludable, iba a estar en la alineación aquí en Tokio. Eso fue lo que pasó, así que vamos a dar ese próximo paso y ver a dónde nos lleva”.
Ahora bien, es imposible ignorar la realidad: El 10 veces convocado al Juego de Estrellas y 10 veces ganador del Guante de Oro se está acercando al final. En la Liga del Cactus se fue de 25-2, con tres boletos y nueve ponches.
Pero mientras el resto se está preguntando por la despedida, Ichiro se sorprendió un poco cuando le preguntaron el sábado, durante una rueda de prensa con cientos de periodistas japoneses, cómo sabría que es tiempo de dejar el béisbol.
“¿Cuándo lo sabría?”, replicó Ichiro. “No tengo idea de cuándo sabría eso. No estoy acostumbrado a preguntas como ésta”.
Sin embargo, cuando tienes 45 años, estás acostumbrado a tener que demostrar tu valía una y otra vez, así tengas más hits que ningún otro jugador en la historia cuando combinas los números de Japón y MLB.
Aunque el manager Scott Servais dijo que la situación de Ichiro está siendo llevada día a día, el asunto no le preocupa.
“En el 2012, me cambiaron a Nueva York y desde entonces he vivido siempre día a día”, recordó Ichiro. “Cuando fui a Miami, hice lo mismo. Entrené día tras día. Las Grandes Ligas son un mundo muy duro. En cualquier momento te pueden decir que te vas. Así entiendo yo esto. Pero aquí sigo”.
Dipoto cree que Ichiro se ganó esta oportunidad, “como un tributo a su carrera”, no sólo como Marinero, sino como fenómeno mundial.
“Ha conseguido muchas cosas”, apuntó Dipoto. “Ha sido JMV, campeón bate en dos países, más hits que nadie. Para la mayoría de los peloteros, las cosas terminan rápido. Los mejores años en el béisbol, en promedio, son los 27-28 años. Así de larga ha sido la carrera de Ichiro.
“Piensen en eso. Ichiro ha estado jugando pelota casi el mismo tiempo que Mitch Haniger ha estado vivo. Es una cosa fenomenal”.
También lo ha sido toda la fanfarria que ha rodeado a Ichiro y al abridor de los Marineros, Yusei Kikuchi, durante esta vuelta a su país. Para sus compañeros, ha sido una experiencia increíble desde que aterrizaron en Tokio.
“No me puedo imaginar cómo puede ser para ellos caminar por la ciudad o tratar de ir a cenar”, dijo el lanzador de Seattle, Wade LeBlanc. “Son como dioses aquí. Son más grandes que una estrella de rock en los Estados Unidos, y pensar eso es algo un poco loco. Es difícil de entender”.
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