Shaun O'Neill/MLB.com
Estos Padres han avanzado tan profundo en la postemporada como sólo otros dos equipos lo han hecho en la historia de la franquicia. Y lo han conseguido sin un solo jonrón del domincano Juan José Soto.
Es un contraste considerable con respecto a su primera experiencia en playoffs. Mientras cumplía 21 años durante la postemporada del 2019, Soto conectó cinco jonrones y dejó un slugging de .554, impulsando a los Nacionales hacia el título de Serie Mundial.
Tres años más tarde, Soto ha mostrado una versión diferente en la postemporada. Ya no es el mismo niño rodeado por una alineación veterana. Es el pilar de la estrategia de los Padres, quien llegó al club para ayudar a Manny Machado a producir cuando la presión es máxima.
Es decir, ahora.
Cuando los Padres llegaron a Filadelfia el jueves, luego disputar nueve juegos en los playoffs y verse empatados en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional 1-1 ante los Filis, Soto exhibe una línea de promedios de .222/.282/.278 con cuatro empujadas y dos extrabases (ambos dobles).
¿Le están pesando las expectativas que carga sobre sus hombros, luego de que los Padres otorgaran a seis prospectos de lujo para adquirirlo hace dos meses y medio?
Todo lo contrario. Al menos eso dicen quienes mejor conocen al dominicano.
“Creo que es el tipo de persona que se alimenta de estos momentos, que quiere estar en ellos y quiere tener toda la atención sobre él”, dijo el lanzador de los Padres, Joe Musgrove. “Ha producido y se ha ganado ese derecho. Es más un chico que quiere estar en ese momento, no el que huye de él”.
“Tiene una personalidad y energía constante. Le esté yendo bien o mal”, continuó el monticular. “Creo que eso es lo que ofrece.
El inicialista Josh Bell, quien jugó junto a Soto en Washington, antes de llegar a San Diego en el mismo cambio, dijo: “Lo he visto completar su rutina a diario. No cambia. Se haya ido de 5-5 o de 5-0, tiene la misma mentalidad. La preparación está ahí. El béisbol es cruel a veces. Siempre que mantenga esos ojos y no comience a salirse de la zona. Es un Salón de la Fama. Es divertido de ver”.
Ciertamente, hemos visto más el llamado “Soto Shuffle” que sus jonrones en estos playoffs. Tiene una mejor tasa de ponches en este octubre que lo hecho en aquel 2019 – 20% ahora, por 28% en el 2019.
Los números avanzados indican que la línea de promedios de Soto no cuenta toda la historia. Tiene una tasa de 62.1% de batazos con fuerza (95 mph o más). Con ello, se ubica quinto entre todos los jugadores de Grandes Ligas con al menos 10 batazos puestos en juego en esta postemporada, sólo superado por el cubano Yordan Álvarez (64.3%) y cinco puestos por delante de su compañero Machado (56.5%).
Además, de los 42 bateadores con al menos 20 veces al bate en estos playoffs, Soto se ubica en el tercer lugar con un promedio de bateo esperado de .324, pero está en el puesto número 20 en promedio real, con .222. Esa diferencia de 102 puntos es la segunda mayor en ese mismo grupo.
“Se siente bien”, dijo Soto sobre su swing. “Voy poco a poco, intentando ayudar a mi equipo lo más que pueda. Sólo toca esperar darle en el punto correcto”.
Soto encontró ese punto el miércoles, en el triunfo de los Padres 8-5 en el Juego 2 ante los Filis. Hizo tres conexiones que salieron a 100 mph, incluyendo una a 113.6 mph, con la que lideró el juego. El dominicano fue parte clave del ataque de cinco carreras del club en el quinto inning, empujando la carrera del empate con un doblete hacia el jardín derecho.
Fue el séptimo hit en la carrera de Soto en la postemporada que sirve para igualar el marcador o poner arriba a su equipo.
“Simplemente intentar dar lo mejor, buscando hacer daño de la manera en la que se pueda”, expresó Soto. “Puede ser un turno. Puede ser en la próxima vez al bate. Nunca sabes cuándo será”.
Si los resultados comienzan a estar a la altura de las métricas esperadas, el daño llegará pronto en el Citizens Bank Park, en donde se disputarán los Juego 3, 4 y 5. Soto tiene 12 jonrones allí, más que cualquier otro estadio de visitante. No hay otro rival de los Filis que haya dado más bambinazos desde el 2018.
“Sé que el público estará metido. Habrá mucho ruido”, anticipó el cañonero. “Estoy esperando todo eso”.
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