Bill Ladson/MLB.com
@ladsonbill24
El gerente general de los Yankees, Brian Cashman, alcanzó recientemente un hito significativo: 2,500 victorias en temporada regular al mando. Conversó sobre eso y otros temas recientemente en una entrevista telefónica con Bill Ladson de MLB.com.
MLB.com: El 29 de marzo de este año, usted ganó su encuentro número 2,500 como gerente general, después de que los Yankees derrotaran a los Cerveceros por 20-9. ¿En quién fue la primera persona en la que pensó?
Cashman: No pensé en nada. Me tomó completamente por sorpresa. Estaba tratando de ponerme al día. Primero, ¿es esto real? Segundo, no sabía dónde se situaba ese número, o con qué conectaba. Hasta el día de hoy, realmente no sigo a los medios. No sé dónde se ubica eso. Obviamente, es algo con lo que estoy orgulloso de estar asociado y [tener] las victorias compartidas que todos tenemos. Más allá de eso, ha sido un largo recorrido hasta ahora. Cualquier verdadero gerente general se enfoca en las derrotas y deja ir los triunfos bastante rápido. Mi camino de los recuerdos resulta ser el de las (derrotas) que se escaparon. Sea cual sea ese número (de victorias), es el otro (el de los reveses) el que realmente duele y es el más memorable.
MLB.com: ¿Es usted digno del Salón de la Fama y por qué?
Cashman: Diría que hay varias personas a las que señalaría que son dignos del Salón de la Fama antes que yo. Conozco a gente que va a estar y debería estar antes que yo, incluyendo a mi dueño, George Steinbrenner. Él pertenece al Salón de la Fama. Es una injusticia que no esté allí todavía. Así es como lo dejaría.
MLB.com: Lo increíble es que usted empezó como pasante. ¿Qué esperaba cuando empezó en ese rol?
Cashman: No esperaba nada. Haces todo lo posible para servir a tus jefes. Estaba feliz de estar allí y hacer lo que me decían para que ellos pudieran hacer mejor su trabajo. No estaba pensando en la estrategia a largo plazo de tener la visión de ser gerente general algún día. Dije que haría esto por un año o dos. Podría contárselo a mi familia y a mis hijos en el futuro, sin esperar nunca que haría una carrera de ello. El béisbol es mi pasión, aunque en aquel entonces había poco espacio para los no exjugadores en la jerarquía del béisbol.
MLB.com: ¿Quién le enseñó los matices y detalles dentro del béisbol?
Cashman: Tuve muchos mentores con los que tuve la oportunidad de trabajar. Buck Showalter y Gene Michael fueron probablemente los de mayor impacto. Bill Livesey y Brian Sabean -- ellos me enseñaron todo lo que necesitaba saber en el mundo amateur. Y luego George Steinbrenner. Aprendí muchísimo de todas estas personas de una manera diferente. Me enseñaron a dar la batalla y todavía estoy tratando de hacerlo.
MLB.com: ¿Qué fue lo más importante que aprendió de todas esas personas?
Cashman: Me enseñaron cómo el juego te da humildad. No puedes dar nada por sentado. Lo más importante de George Steinbrenner fue que siempre necesitas encontrar una manera de mejorar. No tengo una fórmula mágica que pueda ofrecer más que ser tú mismo, honesto y directo. No mientas, no manipules a la prensa, a la gente con la que trabajas ni para la que trabajas. Simplemente sé directo. Ataca las cosas de esa manera. Te servirá bien y sin duda, me ha servido bien a mí.
MLB.com: Sabemos que ha ganado cinco títulos de Serie Mundial como GG. Pero, ¿qué victoria de temporada regular se destaca?
Cashman: Quizás la primera victoria [en 1998] es la que más recuerdo, porque empezamos la temporada con 0-3 y George Steinbrenner se estaba preparando para despedirme. Fuimos barridos por los Angelinos ese año y luego me sacaron de la gira. Perdimos el juego en Oakland y luego ganamos al día siguiente y [el manager] Joe Torre envió por FedEx la tarjeta de alineación con su firma y las firmas del cuerpo técnico. Mi apodo era Crash en ese momento. Decía: “Crash, la primera de muchas”. Ese año, ganamos 125 encuentros [incluyendo la postemporada] y perdimos apenas 50. Casi me despiden al empezar. Entiendo que Gene Michael convenció al jefe de no reemplazarme. Le pidió a Gene Michael que interviniera y él dijo, “Dale tiempo. Estará bien”.
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