Mike Lupica/MLB.com
WEST PALM BEACH, Florida -- Francisco Lindor estaba practicando el bateo antes del juego de los Mets contra los Astros y, como siempre, fue divertido. Línea del lado del lado derecho. Línea del lado izquierdo. Así fue, de un lado a otro, sin vacilar, hasta haber hecho todos sus swings. El resto de los bateadores de los Mets que esperaban su turno para batear le sonreían al campocorto conocido somo “Mr. Smile” (Señor Sonrisa), aun después de haber bateado .230 la pasada temporada.
Momentos después, le dije que pronto va a tener la oportunidad de dejar una segunda impresión en Nueva York -- y con los fans de los Mets, tras un decepcionante 2021 -- y volver a ser uno de los mejores jugadores en Grandes Ligas.
“Básicamente tienes la oportunidad de empezar de cero”, le dije.
Lindor sonrió y sacudió la cabeza.
“No lo veo de esa manera, en lo absoluto”, dijo. “Porque empezar de cero significaría olvidarme de todas las cosas que aprendí el año pasado. Y aprendí mucho”.
Lindor jamás había bateado por debajo de .273 en una temporada completa (y en aquella ocasión, empalmó 33 jonrones por Cleveland.) Luego llegó a Nueva York y los números disminuyeron bastante. Logró conectar 20 jonrones pese a que perdió cinco semanas por una lesión en un músculo oblicuo. Todo eso sucedió en el primer año del contrato de US$340 millones que firmó con los Mets luego de que la novena de Queens lo adquiriera un cambio. Además de todo eso, los Mets terminaron con marca de 77-85 y no clasificaron para la postemporada.
Ahora, tiene a un nuevo manager, Buck Showalter, quien ha hablado esta primavera de los suertudos que son los Mets con la manera en que Lindor es capaz de jugar en las paradas cortas.
“Recuerden algo sobre él”, dijo Showalter. “Con todo lo que sucedió el año pasado, su juego en las paradas cortas fue tremendo”.
Es debido a eso que Showalter y los fans de los Mets deben prepararse para ver el espectáculo completo de Lindor, quien siempre ha rendido con el bate, quien sigue siendo un punto luminoso en el terreno. Y apenas tiene 28 años.
Después de las prácticas de bateo, Lindor habló acerca de su nuevo manager e instructores.
“Buck me recuerda a [Terry Francona]”, dijo Lindor, recordando a su ex manager en Cleveland. “Es la combinación perfecta de béisbol a la antigua, pero alguien que ha acogido todos los números del juego moderno. Adoro a nuestro cuerpo técnico aquí, porque más que nada, enseñan dos cosas: Detalles, y tenerle respeto al juego. Y si hay un mensaje que Buck me ha dado, es que simplemente juegue pelota”.
Luego de una pausa, dije, “Me emociona hacer eso. Y volver a jugar béisbol a un alto nivel”.
Nunca se sabe cómo un jugador va a responder luego de cobrar como lo hizo Lindor hace un año. Y lo que en realidad nunca se sabe es cómo les irá cuando no solamente sean jugadores visitantes en Nueva York, sino integrantes del equipo local. Y hasta un jugador con la habilidad de Lindor puede darse de cuenta – y bien rápido – la magnitud del ajuste que eso representa.
Con lo talentoso que es Lindor -- es divertido verlo en el terreno aun antes del primer lanzamiento – también es reflexivo e inteligente cuando lo pones a hablar de lo que aprendió sobre sí mismo el año pasado, sobre Nueva York, y como sinceramente cree que gracias a eso, va a mejorar.
“Me encanta la ciudad de Nueva York”, dijo Lindor. “A mi familia le encanta la ciudad. Eso sigue siendo lo que más me emociona, que voy a ser el campocorto de los Mets por los próximos 10 años”.
Los Mets contrataron a Showalter, un manager de lujo. Y también agregaron a Max Scherzer a un equipo que terminó en el tercer lugar. Scherzer fue la adquisición de lujo este invierno. El club también sumó en un cambio a Chris Bassitt, quien hizo 27 aperturas por los Atléticos la temporada, en la que terminó con 12 victorias y promedio de carreras limpias de 3.15.
Pero si los Mets han de volver a la postemporada, y luego llegar lejos en octubre, necesitan que Francisco Lindor sea Francisco Lindor. Necesitan que rinda al bate como lo hizo en sus mejores temporadas en Cleveland y que Pete Alonso sigua dando jonrones, mientras el resto del orden ofensivo de Showalter se acomoda a ellos dos. A los Mets también les urge que el boricua Edwin Díaz vuelva a ser un cerrador élite.
Pero todo empieza con Lindor, bateando segundo y defendiendo las paradas cortas. El boricua tuvo una primera temporada para el olvido en Nueva York. Pero no lo ve de esa manera. Dice que recordarlo lo hará mejor jugador. De ser así, entonces será lo anticipábamos que fuera cuando llegó a la Gran Manzana:
El mejor jugador completo en la ciudad.
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