Claudio Rodríguez Otero
Tazawa ganó la Serie Mundial con Boston en 2013
Entre las diversas curiosidades que pudimos presenciar esta semana en la NPB, la abolición de la Regla Tazawa, las 1.067 victorias de Tatsunori Hara con Yomiuri y los 2.000 hits de por vida del estadounidense Adam Jones fueron las tres que más nos llamaron la atención.
El comité ejecutivo del circuito nipón decidió este lunes poner fin a la llamada Regla Tazawa, que obligaba a todos los peloteros japoneses que comenzasen sus carreras en la MLB sin jugar primero en Japón a esperar 2 o 3 años después de regresar a su país para poder firmar con un conjunto de la NPB.
Si el jugador en cuestión se iba a las mayores justo después de graduarse de la escuela secundaria, entonces debería esperar 3 años después de terminado su paso por ese nivel para poder jugar en la NPB. Si, por el contrario, el pelotero se había ido después de graduarse de la universidad, entonces el período de espera se reducía a 2 años.
La idea era amedrentar a los prospectos locales para que nunca decidiesen irse a la Gran Carpa sin jugar primero en la NPB. Como el éxito en Norteamérica no estaba asegurado, un error a ese nivel podría costarles su carrera profesional, ya que después de perder varios años en las ligas menores de la MLB también tendrían que perder 2 o 3 más antes de poder jugar en la NPB.
Demás está decir que la estrategia funcionó, ya que ningún pelotero japonés se atrevió a dar el salto directo a las mayores después de que la regla entró en efecto, si bien Shohei Otani lo intentó sin éxito a finales de 2012.
Se trataba claramente de una medida injusta, nacida del resentimiento y el deseo de venganza en contra de un joven talento, Junichi Tazawa, que tuvo la valentía de retar las normas establecidas en su país cuando decidió firmar con los Medias Rojas de Boston en 2008.
El mundo del béisbol japonés puso el grito en el cielo como consecuencia de ese hecho y trató de defender la nueva regla alegando que, de lo contrario, la fuga de talento que ocurriría en el futuro destruiría la calidad del circuito local. No obstante, resultaba evidente que sólo estaban ofendidos por lo ocurrido.
Tazawa fue protagonista en el triunfo de Boston en 2013
“Los Medias Rojas me presentaron un plan para mi desarrollo como lanzador y me convencieron de que esa era la mejor opción para mi futuro”, explicó el jugador años después, al recordar el momento en el que decidió irse a las mayores sin jugar primero en la NPB.
Al final, su apuesta no ha podido pagarle mejores dividendos. Con Boston no sólo debutó en las Grandes Ligas, sino que además se convirtió en una estrella y ganó la Serie Mundial de 2013 en papel protagónico, además de extender su carrera a ese nivel a 9 temporadas.
Lo único lamentable de su partida no fue que le cerraron las puertas de regreso a la liga de su país, que al final no necesitó usar, sino que se negaron, por puro orgullo, a convocarlo a la selección nacional para el Clásico Mundial de 2017, a pesar de estar disponible y deseoso de jugar.
No obstante, no tendrá que esperar más para debutar en la NPB, ya que ahora que está de regreso en su país jugando con un equipo independiente, la liga ha decidido finalmente tragarse su orgullo y permitirle a uno de sus mejores representantes internacionales regresar a casa.
Así, Tazawa participará en el draft de este año y tendrá la posibilidad de firmar con un equipo del circuito para la temporada que viene. Curiosamente, su caso dio origen y también puso fin a la regla que por todos estos años llevó su nombre.
Hara es ahora el manager más ganador en la historia de Yomiuri
Con su triunfo del viernes ante Yakult, Tatsunori Hara cosechó su victoria número 1.067 como manager y asumió en solitario el liderato de esa categoría en el equipo más laureado y famoso de la historia del béisbol japonés: los Gigantes de Yomiuri.
El récord anterior de 1.066 victorias pertenece a Tetsuharu Kawakami, una de las figuras más veneradas de la NPB, por lo que la hazaña de Hara fue celebrada por todo lo alto después de terminado el partido.
Mejor conocido a nivel internacional por llevar a Japón al título del segundo Clásico Mundial de Béisbol en 2009, Hara fue un extraordinario jugador para Yomiuri y el prototipo ideal del hombre japonés en la década de los 80.
Cosechó al menos 22 jonrones y 67 carreras empujadas en cada una de sus primeras 12 campañas como profesional y fue electo Jugador Más Valioso de la Liga Central en 1983, si bien sus títulos individuales se limitan a un liderato de empujadas y otro de anotadas.
No obstante, sus 382 cuadrangulares y 1.093 remolcadas de por vida lo convierten en uno de los mejores jugadores japoneses de todos los tiempos y eso, sumado a su comportamiento ejemplar dentro de la organización, fue lo que posteriormente le abrió las puertas al puesto de manager.
Ni Nagashima ni Oh fueron particularmente buenos como managers
Nunca existe garantía de que un buen jugador pueda convertirse luego en un buen manager, como lo comprobaron en su momento las dos principales figuras de la historia del club, Sadaharu Oh y Shigeo Nagashima, pero afortunadamente para Hara su carrera como estratega ha sido más exitosa aún que su carrera como jugador.
Primero, tomó las riendas del conjunto en 2002, luego de que su mentor Nagashima se viera obligado a retirarse por problemas de salud, y sin perder tiempo lo llevó a ganar el título de la Liga Central y la Serie de Japón ese mismo año.
Una modesta campaña 2003, en la que terminó tercero en la tabla de clasificación, lo vio perder su puesto a finales de año, pero apenas 3 temporadas después regresaría para sentarse en el banquillo por nada menos que 10 años consecutivos, de 2006 a 2015.
En ese período, cosechó 6 títulos de liga y 2 Series de Japón más, además de clasificar a la final en otras 2 ocasiones. Tras no poder coronarse campeón del circuito en 2015, decidió abandonar su puesto, sólo para retomarlo 4 años después con la misión de detener la sequía de títulos que sufría la organización.
Su magia no se hizo esperar y llevó al equipo otra vez al título de liga y a la Serie de Japón en 2019, si bien fue barrido en la final por los Halcones de SoftBank.
Así, llegó este año, que es el segundo de un contrato de 3 temporadas, a las 1.067 victorias al frente de la organización, con lo que superó el récord de Murakami, quien ocupó el banquillo del conjunto entre 1961 y 1974 y lo guió a su época dorada.
Bajo su mandato, Yomiuri capturó 11 títulos de la Liga Central y 11 de la Serie de Japón, incluyendo 9 consecutivos entre 1965 y 1973. Hara, obviamente, está lejos de igualar ese éxito, pero el hecho de haber superado su total de victorias sin duda representa un honor inmenso.
Jones llegó el jueves a los 2.000 his de por vida (MLB + NPB)
Adam Jones, por su parte, apenas llegó a Japón este año y su actuación hasta ahora no ha sido demasiado destacada (.251 de promedio, con 10 jonrones y 35 empujadas en 69 partidos). Sin embargo, se unió a las filas de los Búfalos de Orix después de registrar una impresionante carrera de 14 temporadas en las Grandes Ligas y sus huéspedes no perdieron la oportunidad de honrarlo por eso.
El jueves, en el partido ante los Leones de Seibu, llegó a los 2.000 hits de por vida (sumando los obtenidos en la MLB a los que ha cosechado hasta ahora en la NPB) y la acción fue detenida momentáneamente para reconocer y celebrar su logro.
Debido a que todavía hoy el calendario regular de la NPB es más corto que el de la Gran Carpa, llegar a los 2.000 hits de por vida en Japón es una hazaña que tiene mucha importancia y que normalmente viene acompañada de una invitación para ingresar al Meikyukai (Club de los Jugadores Extraordinarios).
Decimos normalmente, porque en general el honor de ingresar a ese prestigioso grupo está reservado para peloteros japoneses, o aquellos que han conseguido los 2.000 hits de por vida jugando en la NPB, como fue el caso del venezolano Alex Ramírez.
No obstante, el simple gesto de haber reconocido y celebrado su marca habla muy bien de la hospitalidad de los japoneses y del respeto que siempre le ofrecen a los peloteros veteranos, sin importar que en este caso se haya tratado de un extranjero.
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