domingo, 21 de enero de 2024

Marylín, muy sociable, DiMaggio era otra cosa



 PARA DOMINGO 21, ENERO 2024.

JUAN VENÉ EN LA PELOTA…

Coral Gables, Florida (VIP-WIRE).

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“La imperfección es locura, la locura es genialidad”… Marylín Monroe.

“Es mejor ser absolutamente ridículo que absolutamente aburrido”… Marylín Monroe.

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Cuando se casaron Joe DiMaggio y Marylín Monroe, hace 70 años, el 14 de enero de 1954, varios de los peloteros Yankees comentaron que ella era muy inteligente e ilustrada y él todo lo contrario.

Joe, ya retirado del beisbol, había cumplido 39 años, Marylín, en plenitud de su gloria y hermosura, estaba en sus 28.

Y parece que aquello era cierto, porque unos expertos los examinaron y afirmaron que ella poseía un IQ de 165, cinco puntos superior a Albert Einstein.

Joe era muy reservado, de poco hablar, difícil de hacer amigos. Marylín parlanchina, muy sociable y atrevida.

En 1950, ella había cumplido solamente 24 años, cuando a su admirada diva de la canción negroide, Ella Fitzgerald, por ser negra, no querían contratarla para cantar en “El Mocambo”, entonces el night club más famoso de Hollywood.

Marylín llamó al propietario del sitio y le propuso:

“Si usted contrata a Ella, yo iré todas las noches a “El Mocambo” y me sentaré a oírla cantar. Creo que mi presencia llevaría muchos nuevos clientes a su negocio, ya que ganaríamos mucho espacio en periódicos, televisión y radio”.

Aceptaron, contrataron a Ella, Marylín fue todas las noches a verla y no cabían tantos clientes en “El Mocambo”.

En una entrevista, Ella Fitzgerald dijo: “Después de eso, nunca más tuve que volver a tocar en ningún pequeño club. Marylin era una mujer fuera de lo común, espectacular cada segundo de su vida, adelantada a su época, pero ella ni siquiera se daba cuenta».

La madre de Marylín, Gladys Pearl Baker, era mexicana, nativa de Piedras Negras, Coahuila. Pero su famosa hija nació en Los Ángeles, California, el primero de junio de 1926, y la bautizó, Norma Jeane Mórtenson.

DiMaggio se retiró del beisbol a los 36 años, en 1951.

Ya divorciados, antes de cumplir el primer año de casados, en una conferencia de prensa, un reportero de Nueva York le preguntó a Marylín:

“¿Qué opina de Joe DiMaggio?”.

No lo pensó para responder:

“Es más aburrido que un juego de beisbol, porque en el beisbol hay dos detalles divertidos, el jonrón y el double play, pero él jamás es divertido, ni ameno”.

DiMaggio, por su parte, dijo, para el libro, “The Hero´s Life», de Richard Ben Cramer:

“A Marylín no le gusta bañarse. Varias veces suspendí salidas con ella porque, se vestía bien, se veía hermosa, pero olía muy mal”.

O se amaban mucho, o no se querían nada.

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.

jbeisbol5@aol.com
@juanvene5
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