martes, 31 de marzo de 2020

Tragedia de Río Verde

Rafael V. Peña

Tragedia de Río Verde

“Tiene repercusión en las mayores el accidente aéreo de Río Verde. Se cree que la misma influyó en la negativa que los players de Grandes Ligas han mantenido en viajar por la vía aérea”,
 La Nación, Ciudad Trujillo, República Dominicana, enero 17, 1948.
New York, New York, enero 11, 2020 – La Tragedia de Río Verde, en la que sucumbieron los integrantes del conjunto Águilas de Santiago, no solo sacudió el territorio Nacional, sino que repercutió poderosamente en  las Grandes Ligas.
Ocurrida el domingo once de enero del 1948 en el paraje Río Verde, Yamasá, Monte Plata, común de la entonces provincia Trujillo, hoy San Cristóbal, en la misma murieron  32 personas.
El Santiago participaba en el gran Campeonato Nacional de Beisbol Amateur con  los Azucareros del Papagayo, La Romana;  Estrellas Orientales, San Pedro de Macorís;  Marina de Guerra, la capital; Estrellas del Sur, Barahona y Moca.
Enrique Lantigua
Por residir en la capital, el receptor regular del equipo, Enrique “El Mariscal” Lantigua,  realizó el viaje por  vía terrestre desde Barahona, escapando así la muerte, ese fatídico día.
Las Mayores
En la década del 1940, antes de la expansion, las mayores se componían de 16 equipos, ocho en cada liga.
El Viejo Circuito
Bravos de Boston, Dodgers de Brooklyn, Gigantes de New York, Filis de Filadelfia, Piratas de Pittsburgh, Rojos de Cincinnati, Cardenales de San Luis y Cachorros de Chicago.
El Joven Circuito
Medias Rojas de Boston, Yankees de New York, Indios de Cleveland, Atléticos de Filadelfia, Senadores de Washington, Medias Blancas de Chicago, Tigres de Detroit y Carmelitas de San Luis.
Los viajes por trenes
Debido a las proximidades, los equipos viajaban por tren de una a otra ciudad. Pero en 1946, los Yankees iniciaron los viajes aéreos, modalidad que fue rechazada por la mayoría de los jugadores, y en 1948, pusieron como ejemplo a su negativa, el accidente dominicano.
Tarde pero vivo
“Yo quiero llegar tarde vivo, y no temprano muerto”, dijo uno de los jugadores Yankees, de acuerdo al periódico dominicano,  y al rotativo habanero Diario de la Marina, que también se hizo eco de la tragedia.
La mano del dictador
 Mucho se ha  conjeturado, sin  prueba contundente, de que el dictador Rafael L. Trujillo,  tuviera  que ver con la tragedia. Sin embargo, las coincidencias abundan.
José del Carmen Ramírez Duval
Ramírez Duval, de 25 años de edad, copiloto de la nave accidentada y teniente del ejército, era miembro de una respetable famila sanjuanera, reconocida por ser desafecta a Trujillo. Uno de ellos, el General Miguel Ángel Ramírez Alcántara, vivía en el exilio, y fue uno de los ideólogos de las abortadas invasiones de Cayo Confites, en 1947 y Luperón en 1949. Un hermano, Porfirio Ramírez, murió en un “accidente” terrestre, de la capital a San Juan, en 1950. “Lo mataron por ser hermano del General Miguel Ángel Ramírez Alcántara”, afirma Jesús de Galíndez, en su libro, “La Era de Trujillo”.
Algunos jugadores
Alberto “Mimo” Estrella, lanzador y jardinero,  estaba emparentado con el licenciado Rafael Estrella Ureña, enemigo politico de Trujillo, mientras que Víctor ( Papito Lucas ) St. Clair, era hermano del receptor Güigüí Lucas, quien decidió quedarse en el extranjero en busca de mejores condiciones de vida. Pedro A. “Grillo A” Báez  tenía a sus hermanos, Luis y Andrés Julio, quienes también decidieron quedarse fuera del país. Eso, en la Era de Trujillo, era peor que la lepra.
El Santiago B.B.C.
Al momento de la tragedia, el Santiago, favorito para llevarse el título de campeón, tenía marca de 4-1-1, empatado  con Moca y el Marina de Guerra.
Moca campeón
Con victoria del conjunto Cibao, antiguo Moca, dirigido por Juan Bautista “Pajarito” Perdomo sobre los Militares del Guerra y Marina, bajo la conducencia de Luis Ernesto “Burrulote” Rodríguez, finalizó el torneo amateur el sábado seis de marzo. El partido se celebró en el Estadio Trujillo, de Santiago de los Caballeros, pro fondos para los familiares de las víctimas.
El equipo
Enrique Lantigua y Antonio “Toñito” Martínez, receptores; Ventura “Loro” Escalante, Juan Ramón “Bombo” Ramos, Francisco “Bebecito” del Villar, Miguel Antonio Rodríguez Jiménez, José Dolores “Pepillo” Aybar,  “Mimo” Estrella,  Máximo “Puchulán” Rivera y José “Boquita” Jiménez,  lanzadores; Manuel E. “Sancho” Tatis,  Aquiles Martínez, Pedro A. “Grillo A” Báez, Leonte Hernández y Rafael “Papiro” Raposo, jugadores del cuadro;  Papito Lucas, Juan Bautista “Chino” Álvarez, jardineros. Fernando “Nando” Valerio y Antonio Dévora jugaban diferentes posiciones. Rodríguez Jiménez era estudiante de medicina y Rivera, de secundaria. Báez era el dirigente.

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