Justice delos Santos/MLB.com
BRADENTON, Fla. – Las metas de Oneil Cruz son tan altas como él.
Siendo novato, el dominicano bateó 17 jonrones y se robó 10 bases en 87 juegos durante el 2022. Ese mismo paso, en una temporada completa, le daría 32 vuelacercas y 19 estafadas, números que fácilmente podrían valerle muchos votos al JMV. Pero Cruz, alguien a quien rara vez le falta confianza, quiere más.
“Estoy buscando el 30-30", dijo Cruz, “o el 40-40 este año. Pero lo que va a estar bajo mi control es jugar duro y dar un buen espectáculo para la gente que va a Pittsburgh a verme jugar”.
Pero con Cruz, un talento realmente único que ya ha dejado su marca en el juego, ninguna meta pareciera fuera de alcance.
“Nunca le pondría ningún tipo de techo, tengo eso bien claro”, dijo el coach de bateo de los Piratas, Andy Haines. “Estás viendo a un jugador que tiene la oportunidad de alcanzar la grandeza, y ya vimos destellos de eso”.
La combinación incomparable de poder, velocidad y altura de Cruz ha sido bien documentada. Implantó el récord de la pelota bateada con más fuerza en la era Statcast (122.4 mph) en el juego número 54 de su carrera. La velocidad de salida promedio de sus conexiones (91.9 mph) se ubica en el percentil 91, y su tasa de macetazos, o “barrels”, del 15.5% se ubica en el percentil 96. Con sus piernas, Cruz se ubicó en el percentil 98 de velocidad en sprint. En lo que se refiere a herramientas, el único jugador comparable con Cruz es Shohei Ohtani.
Sin embargo, las herramientas por sí solas no serán suficientes para que Cruz alcance sus exigentes metas. Cruz terminó la temporada pasada con una tasa de ponches del 34.9% en 361 visitas al plato, ubicándose en el primer percentil de tasa de ponches y en el cuarto percentil de tasa de swings en blanco. Entre los 277 bateadores con al menos 300 viajes al plato, solo Chris Taylor (35.2%) y Joey Gallo (39.8%) se poncharon con más frecuencia que Cruz.
Como tantos otros, el campocorto pudo haber tenido problemas al llegar al más alto nivel del juego, pero claramente se adaptó al pitcheo de las Grandes Ligas a medida que avanzaba la temporada.
En sus primeros 43 juegos, Cruz bateó .209/.254/.424 con nueve jonrones, para un wRC+ de 85 (15% por debajo del promedio). Se ponchó el 35,5% de las veces y le hizo swing al 38.3% de los lanzamientos fuera de la zona de strike.
En sus siguientes 44 juegos, Cruz bateó .254/.328/.474 con ocho jonrones y un wRC+ de 124 (24% mejor que el promedio). Su tasa de ponches mejoró un poquito (34.4%), pero la tasa de lanzamientos fuera de la zona a los que hizo swing bajó al 27.6%.
“Todo viene con la experiencia”, dijo Cruz. “Al comienzo de la temporada, le tiraba a pitcheos malos. Traté de hacer demasiado. Luego, cuando fueron pasando los juegos, comencé a convertirme más en un jugador de Grandes Ligas y comencé a hacer ajustes, y no tirarle tanto a lanzamientos fuera de la zona de strike”.
Agregó Haines: “Estaba estudiando cómo los lanzadores intentaban atacarlo. La forma en que venía a trabajar todos los días y se desafió a sí mismo y a su forma de prepararse, y además tenía la misión de mejorar… si combinas eso con su nivel de talento, bueno, es muy emocionante soñar con lo que podría lograr”.
Similar al lado ofensivo, Cruz necesita pulir su defensiva. Puede que tenga el brazo derecho más potente entre los campocortos -- su asistencia a 97.8 mph en julio fue la asistencia más fuerte para un infield de la era Statcast-- pero terminó en el percentil 3 en outs por encima del promedio, y también con una buena cantidad de errores en tiro. Debido a la altura de Cruz, que con una estatura de 6’7 (2 metros) es el jugador más alto que jamás haya comenzado un juego en el campocorto, el manager Derek Shelton señaló que el juego de pies de Cruz será determinante para su éxito a la defensiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario