sábado, 6 de enero de 2024

Toda obra, grande o chica es producto de un sueño



 PARA ENERO, SÁB. 6, 2024.

JUAN VENÉ EN LA PELOTA…

Coral Gables, Florida (VIP-WIRE).

“Si no soñáramos, nada lograríamos en esta vida… Ni en la otra”.

-o-o-

Los sacerdotes de aquel orfelinato de Baltimore, soñaban con que el travieso muchachito jugara en Grandes Ligas. Y él también. Por eso, en 1914, Babe Ruth ya era bigleaguer. Sueño realizado.

Hoy día, llevar uno o más celulares encima es tan natural como usar ropa interior. Sin embargo, hasta 1875 no se hablaba con nadie a distancia, porque no existía el teléfono.

Pero Alexánder Graham Bell, un escocés, con buen tiempo de residencia en Canadá y Estados Unidos, había soñado con eso. Y en 1876, el año cuando inauguraron la Liga Nacional, patentó el teléfono. Sueño realizado.

Más de 400 años antes del teléfono, el alemán Johannes Gútenberg, en 1436, inventó la imprenta, después de muchos años soñando con dejar constancia de lo que se hablaba. Sueño realizado.

Esta semana han despertado de su tranquilidad invernal los campos de entrenamientos de Grandes Ligas y dentro de unos días abrirán también los de las menores. Son los campos de los grandes sueños en el beisbol.

Comienzan ahora a moverse sobre el fresco rocío de las gramas, los prospectos, que sueñan con convencer a mánagers y coaches de que ellos pueden jugar la pelota en su máximo nivel.

Sueñan también en estos campos las figuras consagradas, con poder mantener su alto promedio al bate y sus docenas de jonrones, sus altos números de juegos ganados desde el montículo y la baja efectividad.

Acuden igualmente a estos campos los veteranos que no quieren retirarse. Y en sus sueños, muchas veces aceptan contratos de ligas menores, después de haber disfrutado de millonarias negociaciones multianuales.

“No es cuestión de dinero” les he oído explicar muchas veces, “es que me gusta jugar al beisbol, y no sabría qué hacer si en el verano no tengo que ir todos los días al estadio”.

Muchas veces el prospecto, la notable figura del momento y el veterano en peligro de un final de su carrera, logran ver realizado el sueño. Igual que lo vieron, los curas del orfelinato, Alexánder Graham Bell y Johannes Gutenberg.

Igual que han visto realizados sus sueños millones de soñadores en la historia de la humanidad.

Para triunfar, hay que soñar y después tratar.

Soñar con el mismo entusiasmo como sueñan esos que ahora llegan a los campos de entrenamientos del beisbol. Ese es el secreto.

¡Sueña, pues, y triunfa a todo meter!.

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.

ATENCIÓN.- Puedes leer el archivo reciente de “Juan Vené en la Pelota” en internet, entrando por “el deporte vuelve a unirnos”.

@juanvene5
jbeisbol5@aol.com
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