CUANDO EL OJO CLINICO FALLA
Y posibles soportes no responden
Edgar Tijerino M.
4 Sept del 2025
Hace unos tres años, antes de cerrarse el período de transacciones en Grandes Ligas, una columna de THE ATHLETIC, advirtió que no se considerara como una certeza, aunque lo pareciera, cada movimiento de los equipos con posibilidades de avanzar a la Postemporada. Cierto, el béisbol es, sin la menor duda, el menos predecible de los deportes, pero ¿por qué dudar del "ojo clínico" de los Gerentes y su grupo de asesores -quizás más de los que se encuentran la Casa Blanca-, si cuentan además de la sabiduría convencional necesaria y de la sabermetría, de los rendimientos recientes, que dicen mucho sobre la utlidad que un pelotero puede aportar.
Sin embargo, varias de estas opciones se hunden como aquellos galeones cargados de tesoros. Hay dos relevistas en casos sonados: Los Dodgers capturaron al zurdo Tanner Scott, después de verlo trabajar en 72 juegos para Marlins y Padres en el 2024, lanzando para un impresionante 1.75 con 22 rescates, con 84 ponches en 72 entradas. Con su bullpen titubeante al perder dominio Treinen, aquella maniobra pareció una certeza, pero en The Angeles Times me encuentro en una nota que se titula ¿Qué hacer con Scott?...Lo mismo está ocurriendo con Devin Williams de los Yanquis. ¿Cómo sospechar que un relevista con tres temporadas consecutivas debajo del 2.00 en efectividad, etiquetado "intocable" por los Cerveceros por estar resultando un estupendo reemplazo de Josh Hader, llegara a los Yanquis a registrar 5.60 en carreras limpias, aún siendo líder en salvamentos del equipo con 18?
En cada caso, las cifras no son definitivas. Carlos Rodón fue conseguido por los Yanquis después de dos consistentes temporadas con los Gigantes, estuvo fuera por lesión y al ser reactivado, ganó 3 y perdió 8, con un catástrofico casi 7.00 en carreras limpias. Aquel caso parecía ser el de otro naufragio, se le consideró una mala contratación, pero Rodón mejoró mucho en el 2024 pese al 3.96 en efectividad y hoy, es tan confiable como Max Fried.
Vamos a lo más reciente: los Marineros, empujados por Cal Raleigh se convirtieron en el dolor de cabeza de los Astros, y buscando como fortalecer su bateo, consiguieron a uno de los cartuchos de dinamita del momento, Eugenio Suárez, con 36 jonrones y 87 empujadas para Arizona. Llegó súbitamente apagado a Seattle. Batea debajo de los 200 con los Marineros con 6 jonrones y 18 remolques en 113 turnos. Nada que ver con lo esperado del bateador de 4 jonrones en un juego y co-lider con 36 en la Nacional en el momento de su traslado…¿Qué ha ocurrido con los "ojos clínicos" que evaluaron el futuro inmediato de Anthony Rendón? Es el mayor arrepentimiento de los Angelinos que pensaron junto a Trout y Ohtani formaría un trío destructivo. Sobre todo en béisbol, los "ojos clínicos" necesitan de mayores ajustes, aunque esa sea su especialidad.
SCOTT, PREOCUPA A DODGERS
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