Leones y Navegantes se ven las caras este martes para empezar su propio torneo paralelo, la serie particular entre los Eternos Rivales del pasatiempo nacional. Es una competencia aparte, que aficionados de otros clubes miran con indiferencia, pero que apasiona a la legión de seguidores que aplauden a los dos clubes más populares de la LVBP. Esta es su historia
Por Ignacio Serrano
ElEmergente.com
Mucho antes de que existierala Liga Venezolana de Beisbol Profesional... Antes, incluso, de que hubiera un equipo llamado Leones y de que la nave jugara en Valencia... Antes de todo eso y más, hace 78 años, nació la rivalidad que este martes vive un nuevo capítulo entre Caracas y Magallanes.
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Mucho antes de que existiera
El calendario puso a melenudos y turcos frente a frente tan tarde como un 22 de diciembre, en el estadio José Bernardo Pérez.
Es la primera vez en el campeonato 2020-2021 que miden fuerzas los dos equipos más populares de la pelota local, esos que reúnen --al menos según la conclusión de las más importantes encuestadoras-- alrededor de la mitad de la fanaticada que se desvive y se desmuere por el deporte nacional.
(La pasión que causan los Eternos Rivales es tal, y toca de tal modo a propios y extraños, que la empresa que contrató uno de esos estudios de opinión pidió no revelar su identidad, como también lo solicitó el ejecutivo de la encuestadora que llevó a cabo la otra indagación que citamos para este trabajo.)
DATO.La serie particular de la campaña pasada fue dominada por Caracas 4-2. De por vida, Magallanes manda con balance de 399-392. Eso incluye todas las denominaciones y etapas de ambos clubes en rondas eliminatoria de la LVBP (Cervecería y Leones, en un caso, y en el otro Magallanes BBC, Magallanes de Carabobo y Navegantes del Magallanes, con sus pasantías por la capital y su estadía definitiva en Valencia)
La fiesta que prenderá las luces del parque cabrialense comenzó abonada por el instinto para los negocios del legendario Martín Tovar Lange, según cuenta el recordado Alexis Salas.
Tovar Lange, deseoso de invertir en un club de beisbol, se asoció con la Cerveza Caracas para convertir una novena varguense, el Cerveza Princesa, del inolvidable Jesús Corao, en el reluciente Cervecería Caracas, en 1942.
Ya el Magallanes era una institución de raigambre popular, especialmente en el oeste de la capital. Había renacido en 1928, una década después de desaparecer el primer equipo que llevó ese nombre y que jugó entre 1917 y 1918.
Ya el Magallanes era una institución de raigambre popular, especialmente en el oeste de la capital. Había renacido en 1928, una década después de desaparecer el primer equipo que llevó ese nombre y que jugó entre 1917 y 1918.
La travesía de la nave era fructífera, al momento de aparecer el Cervecería. Conquistó la Serie Nacional de 1930, sembrando de encono deportivo sus duelos contra el Royal Criollos, la principal divisa del régimen gomecista y creador del “purocriollismo” en los tiempos fundacionales de la pelota nativa.
Magallanes había sido subcampeón en la edición de 1941 de la Primera División , heredera de la Serie Nacional y último antecedente de la LVBP. Con esa medalla en el pecho, concurrió al primer tope contra quien se convertiría en su eterno rival.
Tovar Lange resucitó el “purocriollismo”, con una audaz política de contrataciones. Firmó a muchos de los mejores peloteros venezolanos del momento, incluyendo a varios Héroes del 41, y al revivir la orgullosa virtud del Royal, heredó también la pugna con los Navegantes, que por entonces escribían con minúscula ese nombre, por ser sólo uno de los apodos del conjunto (también “leones” era sólo un mote conferido a los capitalinos, a quienes llamaban “los leones del Anauco).
Aquel 27 de diciembre, casi ocho décadas atrás, el gran Vidal López, enseña y figura de los turcos, abrió por el Caracas, lanzó juego completo y disparó tres hits como cuarto de la alineación, camino a un blanqueo de 3 carreras por 0.
Lo de López fue sólo una de muchas paradojas en los inicios de ambos clubes.
El “Muchachote de Barlovento” ya había sido miembro de la nave. Y volvió a ser, a partir de 1943, y hasta su retiro, una de las caras más reconocidas en el bando de los bucaneros, que para más paradojas vistieron en los años 30 una camiseta que ponía “Magallanes de Caracas”.
Así empezó la fiesta que este jueves retoman en la capital.
Así jugaron aquella primera vez
Luis Aparicio Ortega, el “Grande de Maracaibo”, el hombre en cuyo homenaje se disputa esta temporada de la LVBP , fue el primer bateador en un duelo entre Caracas y Magallanes, aquel 27 de diciembre de 1942. Tenía 30 años de edad. Faltaba algo más de una década para que cediera bate, guante y leyenda a su hijo Luis Aparicio Montiel, con Gavilanes y en Maracaibo, en 1953.
Vidal López hizo el primer pitcheo de ese choque histórico, en el estadio de San Agustín. También hizo el último, porque aisló seis hits y lanzó completo.
Los capitalinos presentaron un lineup de estrellas, con José Antonio Casanova, José Pérez Colmenares, Héctor Benítez “Redondo”, Luis Romero Petit, Ramón “Dumbo” Fernández y otros Héroes del 41.
El torneo estuvo tan cerrado como ese choque, que ganó el Caracas 3 por 0. El Cervecería se proclamó campeón, con juego y medio de ventaja sobre los bucaneros. Magallanes se desquitó, al obtener la corona un año después.
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