jueves, 30 de abril de 2020

Gleyber de Cubs a Yankees: Cómo sucedió todo

Gleyber Torres realiza hazaña que no ocurría en 64 años – América 2.1

Por Sarah Langs/MLB.com
Gleyber Torres es una de las estrellas jóvenes más promisorias de Grandes Ligas, pero no siempre fue integrante de los Yankees.
Nueva York adquirió al venezolano en julio del 2016 desde los Cachorros a cambio del cerrador cubano Aroldis Chapman, transacción que al final ayudó a Chicago a ganar su primer título de Serie Mundial desde 1908. Muchos fans de los Cachorros están conscientes de que Torres era un prospecto cotizado, pero consideran que desprenderse de su talento valió la pena, ya que el club terminó coronándose.
Pero si rastreamos el “árbol” de cambios a sus raíces, la llegada de Torres al Bronx comenzó a cocinarse mucho antes de julio del 2016. Todo empezó con otro prospecto de lujo de los Yankees, uno que no ha dado tan buenos resultados como los de Torres.
A continuación, le damos un vistazo a cómo los Yankees adquirieron a Torres y lo convirtieron en pilar de la franquicia.
30 de marzo del 2008: Yankees firman a Manuel Bañuelos como agente libre amateur
El zurdo mexicano llegó a Triple-A en el 2011 a sus 20 años. Comenzó la temporada del 2012 como el prospecto número 12 de Grandes Ligas, según MLB pipeline. En ese momento, se encontraba en el segundo lugar entre los prospectos del pitcheo zurdos, detrás de Matt Moore.
Pero Bañuelos trabajó apenas 24 innings en el 2012 antes de quedar fuera de acción por lesiones en el codo de lanzar, por las que terminó sometiéndose a una cirugía Tommy John. Bañuelos no volvió a lanzar hasta el 2014, luego de una recuperación de 22 meses. Nunca estuvo a la altura de las expectativas, por lo que los Yankees lo traspasaron con el fin de reforzar el bullpen.
Top Prospects: Bañuelos, NYY
1ro de enero, 2015: Yankees envían a Bañuelos a los Bravos por David Carpenter y Chasen Shreve
Shreve lanzó por los Yankees del 2015 al 2018, tramo en el que tuvo efectividad de 3.92 en 190 presentaciones. Su carrera con Nueva York llegó a su fin en julio del 2018, cuando fue enviado a los Cardenales por Luke Voit.
Pero lo que nos interesa en este caso es Carpenter, otro relevista que los Yankees adquirieron en el canje. Su estancia en el Bronx fue mucho más breve que la de Shreve, ya que tuvo promedio de carreras limpias de 4.82 en apenas 22 presentaciones con el club en el 2015, por lo cual Nueva York lo designó para asignación y luego lo cambió.
11 de junio del 2015: Yankees envían a Carpenter a los Nacionales a cambio de Tony Renda
Renda disputó apenas 33 juegos en las Mayores – 32 en el 2016 y uno en el 2018 – pero su presencia en la organización de los Yankees resultó en otra adquisición que al final trajo a Torres al Bronx.
Renda era utility y vio acción en la segunda base y en los jardines. Pero al momento de ser cambiado, ni siquiera había llegado a las Grandes Ligas. Se encontraba en Doble-A en el sistema de los Nacionales antes de pasar a la organización de los Yankees, donde terminó el año en el mismo nivel bateando .270 en 73 juegos por Trenton.
28 de diciembre del 2015: Yankees envían a Renda, Eric Jagielo, Caleb Cotham y Rookie Davis a los Rojos a cambio de Aroldis Chapman
Chapman llegó al Bronx y rindió como se esperaba. Tuvo 20 rescates en 21 oportunidades, a la vez que dejó efectividad de 2.01. Pero a los Yankees no les fue bien esa temporada del 2016: El 25 de julio, se encontraban en el cuarto lugar del Este de la Liga Americana, a 7 1/2 juegos de los punteros Orioles y a 4 1/2 del segundo Comodín, por lo que empezaron a circular rumores de cambio. Chapman iba a ser agente libre cuando terminara el año y se informaba que tenía interés en probar suerte en el mercado libre.
El camino luce más claro ahora. Después de media temporada en la organización de los Yankees, Renda pasó a Cincinnati a cambio de Chapman, el taponero estelar de los Rojos. Cincinnati había intentado enviar a Chapman a los Dodgers ese mismo invierno, pero el canje no llegó a concretarse. De lo contrario, quién sabe si Torres hubiera terminado en el Bronx.
Chapman, en efecto, fue enviado a los Yankees en un canje que incluyó a dos prospectos que en ese momento se encontraban en el Top 10 de Nueva York, según MLB Pipeline: Jagielo y Davis. Renda ni siquiera estaba en el Top 30, pero su rol en ese canje ayuda a rastrear las raíces de este árbol.
Top Prospects: Torres, CHC
25 de julio del 2016: Yankees envían a Chapman a los Cachorros por Gleyber Torres, Billy McKinney, Rashad Crawford y Adam Warren
Llegamos al momento en el que Torres se convierte en Yankee, ocho años después de que Bañuelos firmara con la novena del Bronx. Torres había firmado con los Cachorros como agente libre amateur en el 2013. De cara a la temporada del 2016, era considerado el prospecto número uno en la finca de Chicago y el número 28 de Grandes Ligas.
“Sabíamos que teníamos una verdadera oportunidad de ganar la Serie Mundial”, le dijo el presidente de operaciones de los Cachorros, Theo Epstein, a Mark Feinsand de MLB.com en el 2018. “También estábamos conscientes de que la situación en nuestro bullpen era tal que iba a volverse obvio bien rápido que ése era nuestro talón de Aquiles. No sentíamos que fuéramos capaz de ganar la Serie Mundial sin agregar un brazo para la parte trasera del bullpen. Intentamos hacerlo de muchas maneras sin ceder a un muchacho como Gleyber, pero no tuvimos esa oportunidad. Por lo tanto, ése fue un cambio que hicimos para ganar la Serie Mundial.
“Muchos de nosotros, antes de dormir, nos sentimos agradecidos de ganar la Serie Mundial para no tener que recordar ese cambio con remordimiento”.
Torres da su 2do HR en el juego
Torres estaba en Clase-A Avanzada cuando los Yankees lo adquirieron y disputó el resto de la campaña del 2016 en dicho nivel, antes de ascender a Doble-A y Triple-A en el 2017. El caraqueño debutó con los Bombarderos el 22 de abril del 2018 y vio acción en 123 partidos por Nueva York en dicha temporada, en la que terminó en el tercer lugar en la votación para el premio al Novato del Año en la Liga Americana y fue convocado al Juego de Estrellas.
En el 2019, Torres fue seleccionado nuevamente para el Clásico de Media Temporada y recibió votos para el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana, tras una campaña en la que conectó 38 jonrones. Los únicos otros dos jugadores de los Yankees que han sido convocados a dos Juegos de Estrellas antes de cumplir los 23 años son Mickey Mantle y Joe DiMaggio, según Elias.
Ahora Torres tiene apenas 23 años y, por si no se han enterado, se comenta que tiene un futuro bien brillante en las Mayores.
Sarah Langs es reportera y editora de MLB.com con base en Nueva York.

Un bateador designado ganó El Guante de Oro

Un bateador designado ganó El Guante de Oro

Juan Vené en la Pelota

PARA JUEVES, APR. 30, 2020.-

JUAN VENÉ EN LA PELOTA…
            Coral Gables, Florida. (VIP-WIRE).-

“Gracias a coronavirus, el 10 de mayo, celebraremos El Día de la Madre Invisible”… J.V.-
o-o-o-
Si el coronavirus y los culopicosos lo permiten, esta columna cumplirá, en octubre, 60 años prestando servicio diario, de lunes a domingo.-

La pregunta de la semana…: Tal día como hoy, hace 59 años, Willie Mays entró en un grupo distinguido de bigleaguers. ¿Recuerdas de qué se trata?.
La respuesta…: El 30 de abril de 1961, Mays se convirtió en el noveno que en Grandes Ligas sacó cuatro jonrones en un juego. Ahora son 18 en esa lista. Ocurrió en el County Stadium, de Milwaukee, donde esa tarde los Gigantes vencieron a los Cerveceros, 14-4, con ocho carreras impulsadas por Willie, a quien ayudaron sus compañeros con otros cuatro cuadrangulares. Mays le disparó dos a Lew Burdette y los otros a Don McMahon y Seth Moreheat.
Perfecto disparate?.-¿Cómo será de respetable el Guante de Oro, que en 1999 lo ganó un bateador designado?. Sí, un ba-tea-dor designado. Fue Rafael Palmeiro, quien, con los Rangers, apareció en 135 juegos como designado y solo 28 en primera base. Los mánagers y los coaches deciden quienes ganan este trofeo.

Temores.- Cuando llegó coronavirus, las relaciones peloteros-propietarios de equipos parecían una luna de miel. Ahora tienen fisonomía de guerrilla tropical. Es que habían anunciado les pagarían los honorarios completos a los bigleaguers. Y ahora hablan de prorrateo, según el número de juegos, o cero punto cero si no se juega ninguno. En 2021 deben discutir el nuevo contrato colectivo. Sería horrible una huelga de peloteros después del desastre Covid-19… ¡Digo yo, ¿no?!…

             -O-O-O-

“¡Feliz Año… Feliz Año!”…

Oiga, borrachito, que ya estamos a fines abril”.
             
“¡Qué barbaridad!, ¡¡entonces cuando llegue a casa, mi mujer me va a matar!!”.

-o-o-o-o-o-o-

El peor umpire en MLB.- En plena crisis mundial, ustedes ya saben por qué, el peor umpire en la historia de Major League Baseball, el cubano Angel Hernández, ha acusado al comisionado de discriminarlo porque no lo manda a la Serie Mundial. Hernández es famoso por sus centenares de malas sentencias y porque no lo han sacado del beisbol. Desde 1991 viste el uniforme oscuro. Y después de un juego de postemporada Yankees-Medias Rojas, el ocho de octubre de 2018, Pedro Martínez, comentarista de la televisión, dijo…:»Angel estuvo hoy horrible. Major League Baseball tiene que hacer algo acerca de él, porque es muy deficiente, muy malo”.

                  -o-o-o-o-o-

“Estos meses, sin gente ni vehículos en las calles, son un notable descanso para cada ciudad, para cada ruta, para cada acera, para toda la madre tierra”… J.V.-

ATENCIÓN.- Puedes leer el archivo de “Juan Vené en la Pelota” en internet, entrando por “el deporte vuelve a unirnos”.

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.

@juanvene5

Reporte: el Día Inaugural de la MLB puede ser entre el 15 de junio y el 4 de julio


Uno de los más reputados periodistas que dan cobertura a las Grandes Ligas adelanta, por fin, una fecha concreta para el inicio de la acción, una vez que ceda, como se espera, la pandemia mundial de covid-19

Por Ignacio Serrano
ElNacional.com

Los últimos reportes filtrados en la prensa estadounidense sobre la MLB asoman que el Día Inaugural de la temporada 2020 puede celebrarse, finalmente, entre el 15 de junio y el 4 de julio, con una Serie Mundial en pleno invierno boreal.

Ken Rosenthal, columnista del sitio The Athletic, fue el primero en poner fecha concreta al comienzo de la campaña, por ahora suspendida debido a la pandemia mundial de covid-19.



La noticia ocurrió casi al mismo tiempo que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, declaró ser optimista en cuanto a que habrá acción este año.

Las fuentes de Rosenthal le dieron también posibles fechas para los playoffs de la MLB. La postemporada debería llevarse a cabo a todo lo largo de noviembre, pues la campaña regular terminaría en octubre.

Esto dejaría la Serie Mundial para los últimos días de noviembre o comienzos de diciembre. El Clásico de Otoño nunca se ha disputado tan tarde. De hecho, esta vez se llevaría a cabo en el invierno boreal.

Hazte patrono de ElEmergente. Haz click aquí y sé parte de esta comunidad. La cantidad más pequeña cuenta

Un reporte del diario USA Today confirmó lo revelado por The Athletic, aunque con algunos matices.

El sitio web publicó que la cantidad de encuentros pudiera rondar entre 80 y 100 por equipo. El periódico no descarta que pudieran ser más de 100.

Reportes anteriores han hablado de jugar solamente en bases primaverales, bien sea en Arizona o en Arizona y Florida, con la posibilidad de crear seis nuevas divisiones.

USA Today agrega esta vez que, dados los tiempos que pudiera tomar el triunfo sobre el nuevo coronavirus, la MLB pudiera permitir a los clubes jugar en sus casas. Una variante a eso, para celebrar más juegos, pudiera ser crear nuevas llaves eliminatorias, de acuerdo con las distancias geográficas.

El periodista Bob Nightengale, que firma ese trabajo, agregó otra noticia. Debido al covid-19, la ceremonia de exaltación al Salón de la Fama de Cooperstown se postergará para 2021.

El acto con los nuevos inmortales que jugaron en la MLB estaba pautado para julio.

--
Publicado en El-Nacional.com, el martes 29 de abril de 2020.



Ignacio Serrano

miércoles, 29 de abril de 2020

Miñoso, LF de lujo en los anales de White Sox



Por Scott Merkin/MLB.com 
CHICAGO -- Pocos disfrutan un buen debate como los fans de béisbol. Con eso en mente, les pedimos a nuestros reporteros que enumeraran a los cinco mejores jugadores de la historia de cada franquicia en una posición determinada, según lo hecho con dicho equipo.
Aquí, los cinco mejores jardineros izquierdos en la historia de los White Sox, según el reportero de MLB.com, Scott Merkin.
1) Orestes “Minnie” Miñoso: 1951-57, 1960-61, 1964, 1976, 1980
Dato clave: Primer jugador negro en la historia de la franquicia
El icónico Miñoso fue un querido miembro de la organización durante décadas, incluyendo todo el tiempo que pasó tras su retiro. El ídolo cubano debutó con los White Sox el 1ro de mayo de 1951 conectando un jonrón ante el primer pitcheo que vio de los Yankees aquel día. El fWAR de 41.8 de Miñoso es el primero entre los defensores del jardín izquierdo de los Patiblancos y quinto en general detrás de cuatro miembros del Salón de la Fama: Luke Appling, Frank Thomas, Eddie Collins y Nellie Fox. Fue seis veces al Juego de Estrellas y se ganó dos Guantes de Oro como parte de los White Sox. Además, bateó .300 o más en seis ocasiones.
Miñoso lideró la Liga Americana en bases robadas en tres ocasiones con Chicago y fue primero en triples en el circuito en tres ocasiones distintas. Sus 79 batazos de tres bases lo mantienen empatado en el sexto puesto en la historia de la franquicia y sus 171 bases robadas lo ubican igualado en el escaño número 12. Y es primero en pelotazos recibidos con 145. Los White Sox retiraron su número 9 en 1983 y una escultura de Miñoso fue develada en el Guaranteed Rate Field en el 2004.
Lo mejor de la carrera de Miñoso
2) “El Descalzo” Joe Jackson: 1915-20
Dato clave: Su promedio de .340 de por vida es 1ro en los White Sox
Jackson jugó las últimas seis temporadas de su carrera con los White Sox, bateando .300 en cada campaña salvo la de 1915, y pasando de .340 en cuatro ocasiones distintas. Su mejor año fue el último, cuando dejó una línea ofensiva de .382/.444/.589 con 12 jonrones, 121 carreras empujadas, 105 anotadas, 42 dobles y 20 triples (líder de la L.A.).
3) Carlos Lee: 1999-2004
Dato clave: Tuvo una seguidilla de 28 juegos seguidos dando hit en el 2004, récord del club
Aunque comenzó su carrera como tercera base en las menores, el panameño Lee jugó casi exclusivamente en el jardín izquierdo durante sus seis años con los White Sox. Los 152 cuadrangulares de Lee lo ubican de primero en la franquicia entre los jugadores que defendieron primordialmente el bosque izquierdo, y ese total lo coloca en el puesto 10 general.
Las dos mejores temporadas de Lee fueron las del 2003 y del 2004, cuando disparó 62 bambinazos con 72 dobles, anotó 203 carreras e impulsó 212. Además, se robó 29 bases en ese período de dos años. Lee no cometió errores a la defensa en el 2004, aunque siempre fue conocido más por su bate.
Carlos Lee pega su 1er grand slam
4) Tim Raines: 1991-95
Dato clave: Bateó .283 y con porcentaje de embasarse de .375 con los White Sox
Raines fue una pieza clave en el equipo que ganó la División Oeste de la Americana en 1993, cuando bateó .306 con .880 de OPS, antes de irse de 27-12 en la derrota ante los Azulejos en la SCLA. Entre 1991 y 1992, sumó 96 bases robadas y 204 carreras anotadas. El bateador ambidextro regresó a los White Sox como coach y fue miembro el cuerpo de instructores del equipo que ganó la Serie Mundial del 2005.
Raines se vuela la cerca tres veces
5) Albert Belle: 1997-98
Dato clave: Fue el jugador mejor pagado de MLB al momento de firmar con Chicago
Aunque sólo jugó dos temporadas con los White Sox, con quienes firmó por cinco años y US$55 millones en noviembre de 1996, tuvo un impacto significativo. Sus 49 vuelacercas, 48 dobles, 152 remolcadas y total de 399 bases alcanzadas en 1998 siguen siendo topes para una campaña en la historia de la franquicia. Belle fue al Juego de Estrellas de 1997 representando a los White Sox. Ese año bateó .274 con 30 jonrones, 45 dobles y 116 empujadas.
Belle pega su 16to HR en el mes de julio
Scott Merkin ha estado a cargo de la cobertura de los White Sox para MLB.com desde el 2003.

Señores: don Luis Aparicio, con la narración de Alfonso Saer



El gran Luis Aparicio, único venezolano con una placa de bronce en Cooperstown, llega este miércoles a 86 años de edad y uno de los periodistas deportivos más reconocidos del país le dedica un verdadero ensayo, una crónica que es análisis y es recuerdo. Tiene de sobra con qué hacerlo, pues además de seguir muy de cerca su carrera, comparten amistad desde la llegada del ídolo a Barquisimeto

Por Alfonso Saer
El Narrador

De niño uno sentía que era Luis Aparicio, aquel joven nacido en la calle Guayaquil de Maracaibo. Vestíamos imaginariamente con la indumentaria de los Medias Blancas para simular una jugada en el fondo del abanico, ensayar en la tierra de un solar inmenso algún robo de base, o estampar un toque de bola en un recodo del barrio que nos albergaba.

Quizás por la descendencia española de su apellido paterno, Luisito intentó ser portero. Le propinaron, cuentan, una patada en la espinilla y hasta allí llegó la breve incursión. No supimos, ni sabremos, el nombre de aquel infractor. Se lo agradecemos de todas maneras.

Ese foul contra el niño que defendía la meta del Guaraní, hizo que el frustrado imberbe buscara otros horizontes. El apellido Montiel de Doña Herminia, una vena de los guajiros zulianos, se le fue a la cabeza al chamo que de vez en cuando hacía mandados dándole a piso y paredes con una pelota de goma.

Mientras su padre Luis, llamado El Grande, aún deslumbraba como campocorto  en el profesional venezolano, Luisito caminaba por la senda que el destino le guardaba. En su mente acogía la orden profética de su protector y guía.

“Tenés que ser mejor que yo, el número uno, si es que vas a ser pelotero”, le habría ordenado aquel flaco de guante mágico que desvelaba a los pastoreños y alentaba a los gavilaneros, por años y décadas. Rivales irreconciliables en el viejo estadio “Alejandro Borges”. Eran una suerte de caraquistas y magallaneros zulianos.

Venido al mundo el 29 de abril de 1934, Luis Ernesto Aparicio Montiel estuvo en una hilera interminable de clubes de liga menor. Uno de los mejores fue el Valdespino capitalino, por allá en 1949, cuando el junior solo tenía 15 años de edad. También fue ficha del Policía de Caracas y el Gavilanes B, especie de sucursal menor del conjunto estelar.

El nexo de nuestro personaje con la tierra larense viene de mediados del siglo pasado. A Don Antonio Herrera Gutiérrez, el querido, celebrado y nunca olvidado mentor de Cardenales, no se le trababa la mano en el bolsillo cuando de contratar figuras se trataba.

En 1953 hizo lo imposible por llevarse al hijo de El Grande para Carora. Tratando de justificar un sueldo que Luisito no andaba buscando, le dio el cargo de boticario en una de las tantas farmacias que ayudaban al sostén de sus pájaros rojos. Era un simple formalismo.

Creo que el mejor remedio que Luis ha expendido en su vida ha sido para curarnos nuestros pesares, los males del ánimo y el alma con sus fabulosas jugadas. En Cardenales de Carora bateó de 32-11 (.365) y fue líder en anotadas y robos.

Luis jugó en la Serie Mundial Amateur de 1953. Tuvo que llegar a Caracas aprovechando una colita en la camioneta del diario Panorama.

El shortstop titular de Venezuela era Román Vílchez, quien, junto con Alfonso Bracho,  se erigía como uno de los reputados torpederos de la época.

No fue el dueño de la posición en el evento mundialista. Estuvo en el jardín izquierdo. Igual resultó el mejor estafador, anotador y defensor de la competencia.

A los 19 años de edad el mozo gavilanero estaba listo para el salto crucial. Prepararon la ceremonia de entrega del guante y el bate para el 17 de noviembre de 1953.

Lo llamaron a Carora para informarle que su padre, cansado y ansioso, quería hacer el transporte de su guante maravilloso al hijo en desarrollo.

Uno se atreve a creer que La Chinita no estaba en sintonía con la fecha. Se desparramó uno de esos chaparrones enormes que ocurren en Maracaibo.

La Chiquinquirá se salió con la suya. A los designios divinos nadie se opone. Fue entonces el domingo 18 la despedida de uno y la llegada de otro.

Cambiaba la figura, pero la elegancia, habilidades, bondades del creador, eran las mismas. Se transmitían por la infalible genética.

Howie Fox hizo un pitcheo desviado y allí mismo Luis "El Grande" se apartó del plato. Llamó a su hijo y le entregó el bate para que completara el turno.

Ya el guante había cambiado de dueño en el acto previo. Hasta Doña Adelina Ortega de Aparicio, la abuela de 88 años de edad, estaba en el abarrotado parque.

Era el momento de la transición anhelada, generadora de expectativas. Dalmiro Finol decía que uno era la sombra del otro.

No se equivocó el segunda base del Gavilanes, derrotado en esa fecha por el Pastora, 7-4. Una referencia histórica acota que en 1945, en Venezuela, Jackie Robinson y Roy Campanella se quitaron la gorra para rendirle honores al viejo Aparicio Ortega.

Comenzaba allí, en ese día de la patrona zuliana, una rica trayectoria que obliga a utilizar el poder de síntesis.

El paso de Luis por las menores fue breve. Arriba sabían que tenerlo abajo era una pérdida de tiempo. Dos años en las granjas y de una buena vez el compromiso serio de hacerlo debutar en las Mayores en 1956. Con el Waterloo A no se robó ni una base. Pero sí en el Memphis Doble A, donde estafó 48.

Quiso Dios, aliado del tesón y el sacrificio, que Aparicio se estrenara en Grandes Ligas el 17 de abril de 1956 al frente de Alfonso Carrasquel, uno de sus mentores y consejeros, en la grama corta de Cleveland.

El Chico era el ídolo nacional y, reconoce Luis, que aquel lo instruyó debidamente para soportar los duros avatares de los inicios en la profesión en un país extraño, complicado.

Se fue de 3-1 en la escuadra de su llave Nellie Fox, Orestes Miñoso y Larry Doby, entre otros.  En una emotiva carta a su madre Herminia, el junior escribió al final: “dile a papá que mi deuda con él está cancelada”.

Novato del Año en ese 56, bateó .266, con 142 hits, el creciente rey de la grama corta comenzó a rotular estadísticas envidiables.

Por nueve años acaparó el liderato en robos, alcanzando los 50 escamoteos en tres oportunidades, camino de los 506 que atrapó en su esplendente trayectoria.

Fueron 10 torneos en dos épocas los que vistió la franela de los patiblancos, su divisa más querida de Grandes Ligas, en el Comiskey Park.

El matrimonio con la portorriqueña Sonia Llorente, procreando cinco hijos, ha sido el extrabase de mayor alcance del maracucho. Una combinación maestra.

Estaba recién llegado al gran mundo de las mayores cuando ambos quedaron prendados para siempre.

Buscábamos ansiosos la onda corta y a la Cabalgata Deportiva Gillette de Buck Canel, Musiú Lacavalerie y Felo Ramírez, para degustar la Serie Mundial de 1959, la primera para un venezolano.

Entonces se jugaba por las tardes la cita máxima del beisbol. Luis y Nellie Fox empujaron a Chicago hasta el gallardete de la Americana.

Fue de tal vigor el remezón del dueto que el criollo quedó segundo detrás de su carnal Nellie en la votación de más valioso, algo inédito para una combinación short-segunda.

Bateó .308, de 26-8, en el clásico de otoño. La tropa de la ciudad de los vientos perdió en seis juegos contra los Dodgers del naciente Sandy Koufax.

La revancha se cumplió en 1966 cuando Aparicio militaba en los Orioles, junto a los Robinson (Frank y Brooks), Dave Johnson y Boog Powell.

Nadie pensaba en una barrida contra la escuadra californiana que reunía entre  otros talentos a Sandy Koufax en su esplendor, y Don Drysdale, más tarde huéspedes contemporáneos en Cooperstown.

Pero el zurdo Dave McNally ganó dos y el par restante estuvo a cargo de Jim Palmer y Wally Bunker. Se cumplía pues el sueño de verse engalanado con un anillo de campeón. Y en una resolución de cuatro careos.

Cuando este marabino de excepción decidió hacer mutis a los 39 años, para nada estaba acabado. Boston lo dejó libre pese a batear .271 en 499 turnos y llovieron las ofertas.

La tierra del sol amada y la familia de amor ardiente lo llamaron a casa. Detrás quedaron 2.599 juegos, 11.230 turnos, 2.677 hits, 8.016 asistencias, 1.533 doble plays, entre otros caracteres estadísticos del junior zuliano.

Pero lo mejor no aparece en los números. La gracia, habilidad, certeza, aplomo, oportunismo, elegancia, atrapadas de ensueño no se insertan en los box score. Eso lo tenemos acuñado en la memoria.


EL ÍDOLO DE LA INFANCIA. Este cronista era jefe de deportes del centenario y pugnaz diario El Impulso, cuando Luis Aparicio bajó del avión para encargarse de Cardenales de Lara.

Fue el primer contacto con el ídolo de mi infancia. Su acceso a las riendas de los alados parecía una especie de pago postrero que hacía a Toñon Herrera, desaparecido en la tragedia aérea de tres años atrás en Grano de Oro.

No tuvo suerte en dos campañas como manager. La suerte la tuvimos nosotros al recibir los destellos finales de su clase fildeadora.

En la tierra de los Carrasquel, Hernández, Concepción, Vizquel, Guillén y demás connotados ases de la posición, el junior se aproximaba al adiós con la enseña guara, uno de los uniformes que ha vestido con más orgullo y cariño.

Hubo una temporada más y fue al retiro tras la 1974-75 con Zulia. Había sido león (54-55), tiburón, cardenal y aguilucho.

Sumó 13 calendarios beisboleros en el país con la Liga Central y el resto en la Occidental. Su arrojo, jerarquía y liderazgo siempre impusieron su férreo carácter, amante de la disciplina, mano de hierro en la dirección de campo, responsabilidad suprema en los actos de la vida. Son elementos indispensables en los triunfadores.

Detrás quedaba la Liga Occidental de Gavilanes y Rapiños. Su average de .415 en una campaña. La decisión de jugar desde el principio, aún con sus vibrantes números en Grandes Ligas y ya declarado como el mejor shortstop del planeta.

Había transformado a La Guaira desde 1962 en un elenco ganador hasta de tres campeonatos en menos de una década.

Reforzaba sin miramientos a Venezuela en la Serie del Caribe. Me parece escuchar a Delio Amado León narrando el jonrón con tres en bases de Aparicio en la Serie Interamericana de 1961.

RECUERDOS QUE NO SE OLVIDAN. Sí, lo vi, con el uniforme color ladrillo de Cardenales. Aún en el parque barquisimetano uno puede buscar en las ráfagas de los recuerdos para añorar sus lances en el hueco, las jugadas hacia adelante, el fildeo con la mano descubierta, algo que Omar Vizquel perfeccionó con su elegancia sin par; el disparo preciso, el salto atlético en el doble play, el tiempo medido para la estafa, el toque acucioso para sacrificarse, el bateo detrás del corredor. Bueno, son tantas las cosas que uno vio y vivió.

Unos 30 años atrás los giros de la vida, incidencias que no faltan, llevaron a Luis hasta Barquisimeto. Vino, vio y se quedó.

A quienes visitan la tierra del cuatro y el crepúsculo los recibimos con la música hermosa que prodigan nuestros artistas inmensos. Cariñosamente les decimos barquisimetidos. Esta es su segunda patria chica.

Poco antes lo habían entronizado en el Salón de la Fama de Cooperstown, uno de los episodios de mayor trascendencia en la historia deportiva nacional.

Aquel agosto de 1984, única vez en los recuentos que conocemos, el Himno Nacional fue entonado en medio de un partido de extrainning que se jugaba en Caracas.

Lágrimas y abrazos se fusionaron en el Universitario mientras Delio Amado León suministraba la buena nueva tan aguardada con la solemnidad de su voz grave, y Carlitos González, compañero de transmisiones de Luis ese año en RCTV, decía con su jocosidad de siempre en la autopista regional del centro que tenía de chofer a un huésped del nicho que recibe a los inmortales.

Deportista del Siglo 20 en Venezuela, distinción que lo encumbra por encima de tantos atletas de relieve, Luis cumple 86 años y con su timidez y recato de siempre apaga velas en la intimidad.

Este pelotero de excepción ha sabido llevar con presteza y dignidad el peso de la fama, a veces irresistible y peligroso.

Un abrazo en el cual se fusionen admiración y cariño, ilustre y estimado amigo.

Revisa otras notas de Alfonso Saer en El Emergente haciendo click aquí.

Sigue en Twitter a Alfonso Saer a través de su cuenta @AlfonsoSaer