El talento depende de la inspiración, pero el esfuerzo depende de cada uno.Pep Guardiola
Por Esteban Romero
Mucho se ha escrito y se ha hablado del gran Conrado Marrero, muy merecido lo tiene por su desempeño en toda liga donde lanzó. Sin embargo, hay algunos peloteros que han brillado y han sido olvidados. El hecho de que una mayoría de esas estrellas haya emigrado después de la temporada de la liga profesional cubana en 1961, tiene mucho que ver con la poca divulgación que su labor ha recibido a lo largo de los últimos 54 años en Cuba.
Uno de esos peloteros fue el gran lanzador derecho Sandalio Simeón Consuegra Castello, nacido el 3 de setiembre de 1920 en Potrerillo, actual provincia de Cienfuegos. En los EEUU le llamaban Sandy Consuegra y fue el pelotero cubano número 47 en llegar a jugar en las Grandes Ligas.
Consuegra era parte de una familia de cinco varones y seis hembras, hijos de Sotero Consuegra y Luisa Castellón, la que poseía unas 25 hectáreas de terreno, al parecer de caña de azúcar. La familia estaba obligada a trabajar en el campo, sobre todo los varones a la vez que debían ir a la escuela. Sandalio jugaba algo de pelota en los fines de semana en su territorio. Según cuenta Rogelio Consuegra, hijo de Sandalio, un buen día su padre clavó la mocha en lugar de su finca y le dijo al padre que hasta ahí llegaba él, que se iba a integrar al Regimiento 7 de las Fuerzas Armadas en Cumanayagua.
Fue en las fuerzas armadas que Sandalio continuó jugando pelota. Con el regimiento jugó de 1936 a 1940. Luego estuvo un año jugando en Sancti Spíritus, y en 1942 hizo su debut con el Deportivo Matanzas de la Unión Atlética Amateur, donde se mantuvo hasta 1945. Inicialmente jugó el jardín central de su equipo y luego fue utilizado como lanzador, logrando record de 3-1 en su primera temporada. Su presencia fortaleció el cuerpo de pitcheo del Deportivo, que se encontraba en enconada lucha con el Círculo de Artesanos, donde lanzaba el gran Julio “Jiquí” Moreno. El manager Pipo de la Noval del Matanzas se daba el lujo de usar a tres grandes lanzadores cada tres innings. En aquella época se jugaba solo el domingo en la UAA. El Matanzas disponía de Limonar Martínez y Catayo González además de Consuegra, a los que se les llamó los tres mosqueteros, mientras el Círculo de Artesanos dependía de la labor casi por entero de Jiquí Moreno.
Cuenta la historia que en 1944 Miguel Ángel González, dueño del Habana en la liga profesional, le ofreció a Limonar Martínez y a Consuegra un sueldo de 125 pesos mensuales a cada uno por lanzar para su equipo. Ambos lanzadores se rieron y le dieron las gracias al reglano por su “amable” propuesta. En realidad eso y más obtenían entonces los peloteros amateurs como parte de los viáticos que recibían para poder jugar.
Fue en la temporada de 1945-46 que Consuegra, ya llamado “Potrerillo”, apodo dado por el narrador Manolo de la Reguera, comenzó a lanzar para el Marianao de la liga invernal cubana. En esa temporada ganó 2 y su PCL fue de 2.86.
Consuegra se sintió atraído por las ofertas del mexicano Jorge Pasquel. En México se estrenó con los Pericos de Puebla en 1946, jugando al lado del notable lanzador derecho Salvatore Maglie. En su primera temporada Consuegra tuvo record de 14-13. En el invierno tuvo record de 8-11 y PCL de 3-06 con el Marianao. En 1947 regresó con el Puebla y Merito Acosta presentó demanda contra él, afirmando que había hecho todo lo necesario para que Consuegra lanzara con los Havana Cubans de la Liga Internacional de la Florida. En qué terminó esta disputa, este autor lo desconoce. Lo cierto es que Consuegra lanzó para record de 10-10 y PCL de 3.36 en esa temporada.
En 1947-48 surgió la nueva liga profesional cubana, pero al mismo tiempo se mantenía la llamada Federación, que jugaba en la Tropical. En esa temporada Consuegra lanzó para Santiago y luego para Leones de la Federación. En 1948 volvió a lanzar con los Pericos y en el invierno regresó a Cuba con la idea de jugar en la liga profesional, la que no lo admitió. Eso le obligó a regresar a México para jugar en la liga peninsular de Yucatán, muy poco conocida. Allí jugó al lado de Roberto Ortiz en el conjunto de los Cardenales de Motul, con un impresionante PCL de 1.33 y con record de 8-2.
En 1949 jugó en Venezuela con los Gavilanes de Maracaibo y en ese período llegó la amnistía declarada por el comisionado de las Grandes Ligas, Happy Chandler, la cual permitía a todos los peloteros disidentes como Magglie, Consuegra y otros más poder jugar en el béisbol de este circuito. Previamente Consuegra jugó en un torneo interamericano de béisbol en Caracas, donde logró lanzar juego de cero hit cero carreras contra el equipo de Venezuela. Ese juegazo fue salvado por una atrapada espectacular del jardinero cubano Pedro Pagés en el noveno inning.
Con la amnistía, Consuegra terminó el verano de 1949 jugando para los Havana Cubans, sucursal de los Senadores de Washington. Por determinados problemas, algunos difíciles de entender para el que suscribe, diferencias entre Consuegra y el dueño de los Senadores, Clark Griffith, el lanzador cubano no pudo debutar entonces en las Mayores. En ese invierno llegó a ganar 13 juegos para el Marianao y en 1950 volvió con los Havana Cubans, para finalmente debutar con los Senadores en las Mayores en junio de 1950.
La temporada de 1952 fue la primera de éxito para Consuegra, cuando logró record de 6-0 y 5 salvados, de los dos juegos que inició y los 28 que relevó, con 3.05 de PCL. Consuegra no se caracterizaba por ser un ponchador, pero si un pitcher que no era fácil de batear. Su consagración en las Mayores, como él mismo afirmaba, llegó cuando comenzó a lanzar con los Medias Blancas de Chicago en 1953. “Paul Richards (manager del Chicago) me hizo pitcher”, esa era su afirmación. “Antes de lanzar con los Medias Blancas, yo no era más que un tirador de bola rápida y una curva, eso era todo. Con Richards aprendí a tirar la palm ball y la sinker, por lo que mezclaba esos lanzamientos con mi recta y curva, y tenía más confianza para ganar”. En 1953 Consuegra abrió 17 juegos de los 39 que lanzó y completó 3, con 2 lechadas.
En 1954 Consuegra se convirtió en el primer pitcher cubano que lograba el liderato de ganados y perdidos en las mayores. En esa temporada logró 16 victorias y 3 derrotas (.842), salvó 4 juegos, completó 3 juegos y propinó 2 lechadas, abrió 17 juegos de los 30 que lanzó. Además fue segundo en PCL, con 2.69, solo superado por Mike García de los Indios de Cleveland. En esa temporada fue llevado al juego de las Estrellas y el manager Casey Stengel lo utilizó para relevar a Mike García. Lamentablemente Consuegra fue bateado en ese juego. Sacó out a Alvin Dark, pero luego le sonaron cuatro imparables consecutivos coronados con doblete de Jackie Robinson que le hizo explotar.
En la temporada de 1955, nuevamente con el Chicago, tuvo record de 6-5, con 7 salvados y PCL de 2.64. En 1956 los Medias Blancas le canjearon a los Orioles, y en 1957 finalizó su labor en las Mayores lanzando para los Gigantes.
Consuegra llegó a Grandes Ligas con 30 años, y fue el lanzador que más tiempo se mantuvo de todos aquellos que debutaron en 1950, entre ellos Conrado Marrero, Jiquí Moreno y Limonar Martínez. En 8 temporadas ganó 51 juegos y perdió 39, con porcentaje de .614 en 8 temporadas, salvó 28 juegos y permitió 43 jonrones en los 248 juegos que participó, esto último muy resaltado por los especialistas de la materia.
Hubo bateadores que le mencionaron como difícil de batear, uno de ellos fue Mickey Mantle, y nada de anécdotas o leyenditas a veces inventadas a propósito. Mantle lo dijo que de los tres pitchers que más difícil le resultó batear, Consuegra era uno de ellos.
Yogi Berra fue otra de sus víctimas, y mire que dominar a Berra no era cosa nada fácil, pero Consuegra se crecía cuando le lanzaba a los Yankees. Veamos la información que nos da Bob Vanderberg (2005) del Chicago Tribune sobre algunos juegos lanzados por el cubano contra los mulos:
8 de Agosto de 1953, juego en el Yankee Stadium con una asistencia de 68,529 personas. Consuegra en duelo con el zurdo Whitey Ford hasta que en el noveno Johnny Mize de emergente le disparó sencillo y empujó la única carrera del juego;10 de setiembre de 1953, nuevamente en Nueva York, el zurdo Gene Woodling disparó jonrón en el segundo inning, nuevamente el cubano perdió 1-0 y Eddie Lopat ganó el juego; 13 de junio de 1954, otra vez Woodling, en Nueva York, con 60,070 personas asistiendo al encuentro, le dispara jonrón por el jardín izquierdo, los Medias Blancas y Consuegra pierden 2-1 este juego; 22 de julio de 1954, en la octava entrada Enos Slaughter le suena línea directa al cuerpo del cubano, tiene que abandonar el juego, que concluye en el décimo por jonrón de Mickey Mantle previamente silenciado por el cubano.
En la liga profesional cubana, Consuegra fue líder en juegos lanzados (31) y juegos perdidos con 11 en la temporada de 1946-47, mientras que en 1949-50 fue líder en innings lanzados (162.1) y juegos perdidos (12). Jugó para Marianao (1946-47, 1949-53), Cienfuegos (1952-53, 1955-58). Personalmente le recuerdo lanzando para los Elefantes en la temporada de 1955-56 cuando el Cienfuegos se llevó el título de la liga profesional y luego ganó la serie del Caribe.
En la liga profesional cubana, Consuegra fue líder en juegos lanzados (31) y juegos perdidos con 11 en la temporada de 1946-47, mientras que en 1949-50 fue líder en innings lanzados (162.1) y juegos perdidos (12). Jugó para Marianao (1946-47, 1949-53), Cienfuegos (1952-53, 1955-58). Personalmente le recuerdo lanzando para los Elefantes en la temporada de 1955-56 cuando el Cienfuegos se llevó el título de la liga profesional y luego ganó la serie del Caribe.
Su actividad concluyó lanzando en 1957 para el Vancouver de la liga de la Costa del Pacífico en 1957, cuando logró record de 7-0 y estupendo PCL de 1.99. Luego tiró en siete juegos para los Cubans en 1958 sin decisiones, y en 1961 terminó lanzando muy por debajo de su nivel para los Avispones de Charlotte de la Liga Sudatlántica.
Después de su retiro del béisbol, se estableció en Miami, trabajó en una línea aérea gracias a la ayuda proporcionada por el ex pelotero cubano, igualmente en Grandes Ligas, Francisco Campos. Luego trabajó como guardia de seguirdad, pero nunca en nada que ver con el béisbol debido a su pobre conocimiento del inglés.
Murió el 16 de noviembre de 2005 después de haber sufrido una fractura de cadera, a la edad de 85 años.
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