Por Nathalie Alonso
El astro puertorriqueño Roberto Clemente hizo su debut de Grandes Ligas con los Piratas el 17 de abril de 1955, como tercer bate y jardinero derecho en el primer juego de una doble jornada ante los Dodgers. En su primer turno al bate, Clemente dio un batazo por el suelo a las paradas cortas y terminó con un sencillo dentro del cuadro, dándole a la concurrencia del Forbes Field un vistazo a la determinación y la intensidad que definirían su carrera.
Durante las siguientes 18 temporadas, Clemente pasó de ser un jugador sólido a una superestrella con los Piratas. Conocido por su habilidad para batear hacia los canales y por su tendencia a hacerles swing a los pitcheos fuera de la zona de strike, Clemente tuvo línea de .317/.359/.475, a la vez que alcanzó los 3,000 hits y se ponchó apenas 1,230 veces. Corría las bases de una manera desenfrenada y se salía con la suya gracias a su velocidad, la cual le permitió sumar 166 triples en las Mayores.
El juego de Clemente en el bosque derecho, donde ganó 12 Guantes de Oro consecutivos a partir de 1961, también era espectacular. Gracias a un brazo potente y preciso, el “Cometa de Carolina” encabezó el Viejo Circuito en asistencias desde los jardines cinco veces y ocupa el segundo lugar desde 1904 en asistencias de por vida como jardinero derecho con 255.
Dos veces campeón de la Serie Mundial, Clemente fue convocado a 15 Juegos de Estrellas, a la vez que se adjudicó cuatro títulos de bateo en la Liga Nacional y un premio al Jugador Más Valioso. Se encuentra en el 37mo lugar de por vida con bWAR de 94.8. En la flor de su carrera, fue uno de los jugadores más completos que ha visto la Grandes Ligas. Sin embargo, quizás su mayor aporte al béisbol haya sido la manera en que alzó su voz para abogar por las minorías, especialmente los latinos, que hasta el día de hoy lo veneran.
Tras fallecer en un accidente aéreo el 31 de diciembre de 1972 a sus 38 años mientras intentaba llevarle ayuda humanitaria a damnificados de un terremoto en Nicaragua, Clemente fue exaltado al Salón de la Fama mediante una elección especial convocada en 1973. Fue el primer jugador latino en recibir dicho honor.
En ocasión del 65to aniversario del debut de Clemente, repasamos algunos de sus momentos más destacados en el terreno de juego.
25 de julio, 1956: Grand slam de oro dentro del parque
En la historia de Grandes Ligas, solamente ha habido un grand slam de oro dentro del parque y le pertenece a Clemente. Su histórico recorrido por las bases les dio a los Piratas un triunfo por 9-8 sobre los Cachorros. (Dato curioso: El primer cuadrangular de Clemente en Grandes Ligas, el 18 de abril de 1955, también fue dentro del parque.)
15 de mayo, 1957: Jornada de tres jonrones y siete impulsadas
En lo que probablemente fue la mejor actuación individual de su carrera en un partido, Clemente se fue de 5-4 con tres cuadrangulares y siete remolcadas contra los Rojos en el Crosley Field de Cincinnati. Los primeros dos jonrones fueron batazos de dos carreras, uno en el primer inning y otro en el quinto. Clemente agregó un bambinazo solitario en la novena entrada, pero los Piratas terminaron perdiendo por 8-7 en 10 capítulos.
8 de septiembre, 1958: Tres triples en un juego
El récord de triples en un encuentro en la era moderna es tres. Desde 1904, 41 jugadores han logrado la hazaña en 42 ocasiones. Clemente se convirtió en uno de ellos en un triunfo de los Piratas por 4-1 sobre Cincinnati en el Forbes Field, en el que conectó un triple en el cuarto inning, uno en el quinto y otro más en el octavo.
11 de julio, 1961: Batazo de oro en el Juego de Estrellas
En su tercer Juego de Estrellas y su primero como titular, Clemente aportó un sencillo de oro en la décima entrada que le dio a la Liga Nacional un triunfo por 5-4. El bateador emergente Hank Aaron comenzó la parte baja del episodio con un sencillo contra Hoyt Wilhelm y avanzó a segunda gracias a un pasbol. Aaron luego anotó con un doble de Willie Mays al jardín izquierdo. El siguiente bateador, Frank Robinson, recibió un bolazo. Todo eso le preparó la mesa a Clemente, quien empujó a Mays con un sencillo al bosque derecho.
1966: Jugador Más Valioso
Clemente fue reconocido como el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 1966, año en el que tuvo línea de .317/.360/.536 con 202 hits, 29 cuadrangulares y 119 remolcadas. Fue la primera vez en su carrera que empujó 100 carreras o más en una temporada. Sin embargo, se puede argumentar que Clemente tuvo una mejor campaña un año después, en 1967, cuando terminó en el tercer lugar en el voto para JMV de la Nacional tras dejar línea de .357/.400/.554 con 209 imparables, 23 bambinazos y 110 carreras impulsadas.
20 de septiembre, 1969: Gran atrapada para preservar un no-hitter
Da la impresión de que todo juego sin hit ni carrera cuenta con una jugada despampanante e improbable. Cuando Bob Moose tiró un no-hitter contra los Mets en el Shea Stadium, la jugada llamativa la aportó Clemente. En el sexto inning, el boricua saltó para atrapar la bola por encima del muro del bosque derecho y así robarle un imparable al antesalista de Nueva York, Wayne Garrett.
24 de julio, 1970: Noche de Roberto Clemente en el Three Rivers Stadium
Ocho días después de inaugurar el Three Rivers Stadium, los Piratas celebraron la Noche de Roberto Clemente en su nuevo hogar y recibieron a un contingente de fanáticos de Puerto Rico para la ocasión. Tras recibir un homenaje en el terreno de juego, Clemente conectó dos sencillos e hizo par de atrapadas espectaculares, antes de abandonar el partido después de seis entradas debido a una lesión de rodilla.
Serie Mundial de 1971: Actuación digna del JMV
A sus 37 años, Clemente tuvo línea de .414/.452/.759 en la Serie Mundial de 1971, en la que sus Piratas derrotaron a los Orioles de Baltimore en siete juegos. Como lo hizo en su primera Serie Mundial en 1960, Clemente bateó de hit en cada uno de los siete partidos. En el cuarto inning del Juego 7, el boricua conectó un jonrón solitario que resultó ser clave en la victoria de Pittsburgh por 2-1.
Clemente fue reconocido como el Jugador Más Valioso de aquel Clásico de Otoño, convirtiéndose en el primer jugador hispanohablante que se adjudicaba dicho galardón. Después del Juego 7, al aceptar el JMV, Clemente les pidió la bendición a sus padres en Puerto Rico.
30 de septiembre de 1972: El hit número 3,000
En lo que resultó ser el último imparable de su carrera — un doble el jardín izquierdo en el Three Rivers Stadium de Pittsburgh ante Jon Matlack de los Mets — Clemente se integró al selecto club de los 3,000 hits. En ese momento, era apenas el 11er jugador que había alcanzado dicha cifra y el primer latino que lo lograba.
Nathalie Alonso es parte del equipo editorial de LasMayores.com, la página oficial de MLB en español. Puedes seguirla por Twitter en @NathalieMLB.
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