domingo, 10 de marzo de 2024

Rafael Noble, un grande de la receptoría

 


Por: Esteban Romero

Rafael Noble, un grande de la receptoría

«No importa que tan lento vayas, lo importante es nunca detenerse». Confucio
Rafael Noble fue uno de los grandes receptores del béisbol cubano de todos los tiempos. Descendiente de familia jamaicana, nació el 15 de marzo de 1919 en el Central Hatillo, actual provincia de Santiago de Cuba, y murió el 9 de mayo de 1998 en Brooklyn. Bateaba y lanzaba a la derecha, medía 178.5 cm.
Cuando niño le llamaban Son (hijo), apodo que se le quedó, pero que buena parte de los cubanos lo deformaron en San. Su nombre completo era Rafael Miguel Noble Magee. En EEUU le llamaron de siempre Ray Noble, ya que Rafael era nombre muy largo de pronunciar.
Noble comenzó a jugar pelota con los Mineros en la entonces provincia de Oriente, y por sus facultades fue casi de inmediato reclutado por el equipo Habana de la liga profesional cubana, con el cual debutó en 1942. Entonces fue solamente tres veces al bate, y me cuenta mi difunto padre, que en esas tres veces al bate, Noble siempre se ponchó. Su regreso a la liga profesional tuvo lugar en 1946-47 con el Cienfuegos, equipo con el que jugó de siempre hasta la última temporada de 1960-61 cuando de nuevo regresó con el Habana y compartió la posición con el entonces joven receptor Roberto “Musulungo” Gutiérrez Herrera. En 1945 Noble jugaba en la Liga Nacional Negro con la tropa de Alex Pompez, los llamados New York Cubans, pero ocupó posición regular en el equipo en 1948, que fuera su última en ese circuito. Se reconoce que en 1947 contribuyó con su bateo, en los juegos en que participó, a la victoria de su equipo en la Liga Nacional Negro sobre los Buckeyes de Cleveland, equipo que perdió con los Cubans el play off 4-1. A mediados de 1949 fue reclutado por los Gigantes de Nueva York y jugó a tiempo completo con los Gigantes de Jersey City de la Liga Internacional (AAA) en 1949, donde jugó junto a otras estrellas de las Ligas Negro como Piper Davis y Artie Wilson. En 1950 pasó a jugar en la liga de la Costa del Pacífico (AAA) con los Robles de Oakland, donde disparó 15 jonrones y promedió para .316 ofensivamente.


Noble fue siempre un pelotero ecuánime en el terreno, pero el color de su piel era un problema. Por eso estando con los Robles hubo una tremenda riña cuando el lanzador Bill Boemler de las Focas de San Francisco le arrimó peligrosamente la pelota a Noble y al afroamericano Piper Davis. Los bancos se vaciaron y vino la bronca, al final Noble salió con la nariz rota de esa reyerta.
En 1951, a la edad de 32 años, se convirtió en segundo catcher de los Gigantes de Nueva York, donde el receptor regular era Wes Westrum. En ese año los Gigantes tuvieron además de Noble, a Monte Irvin, Hank Thompson y Artie Wilson como peloteros provenientes de las Ligas Negro. Otro pelotero de ese circuito, Piper Davis, hizo su esfuerzo, pero tuvo que ceder su puesto a un joven pelotero, también de las Ligas Negro, llamado Willie Mays, no era para menos. En esa temporada Westrum se lesionó y esto dio lugar a que Noble jugara en 55 desafíos, donde disparó 6 dobles y 5 jonrones, pero escaso promedio ofensivo, por debajo de .240. Tuvo su única incursión en serie mundial, la que los Gigantes perdieron a manos de los Yankees 4-2. El cubano allí se fue en blanco en 5 veces al bate. Al siguiente año jugó muy poco con los Gigantes, pero regresó al Oakland, donde bateó para promedio de .298. En 1953 los Gigantes lo mandaron a la Asociación Americana (AAA) para jugar con los Molineros de Minneapolis, el mismo conjunto que perdiera la pequeña serie mundial contra los Cubans en 1959. Noble se destacó con los Molineros, y los Gigantes le llevaron nuevamente al equipo grande participando en 46 juegos y bateando para pobre .206. Ese fue la última experiencia del santiaguero en las Mayores, de ahí se puede decir que se hizo un pelotero típico de la Liga Internacional. En 1954 y 55, fue el receptor regular de los Cubans, luego jugó con el Columbus Jets y los Bisontes de Buffalo, para terminar por tres temporadas en la Asociación Americana con los Búfalos de Houston, donde su promedio fue de .274 con 130 jonrones y 585 impulsadas. Con el Buffalo llegó a disparar 21 y 20 jonrones en las dos temporadas que jugó con ese equipo.


En la liga profesional cubana, donde le vimos jugar casi a diario con los Elefantes, Noble se destacó por ser un catcher de buen mascoteo, un brazo potente, no se le podía estar robando, y hombre de poder. No obstante, solo en 1953- 54 Noble consiguió doble digito de jonrones (10), para quedar como líder empatado con Earl Rapp del Almendares. En el resto de las temporadas nunca más logró llegar a 10, pero por su perseverancia en el juego, temporada tras temporada, es el pelotero de la liga profesional con más jonrones en ese circuito, con un total 71 jonrones. También aparece entre los primeros en veces al bate, hits y dobles conectados.
Noble participó en 3 series del Caribe, la primera fue con el Cienfuegos en Panamá 1956, donde quedó como líder de los bateadores y MVP de ese torneo. Luego lo hizo como refuerzo del Marianao que asistió a Puerto Rico 1958, entonces sustituyó al veterano receptor Clyde McCullough, quien no viajó a Puerto Rico, y finalmente como segundo catcher del Cienfuegos, el regular de la posición fue Dutch Dotterer, en Panamá 1960. Todos esos conjuntos resultaron campeones de esas series. Noble siempre llevó el número 25 en su espalda.
Un detalle de Noble es que participó en el primer juego que se televisara en Cuba. Eso sucedió el 31 de octubre de 1950, el juego era entre Cienfuegos y Habana. El Habana alineó con Manuel Chino Hidalgo, Pedro Formental, Steve Bilko, Bert Haas, Eddie Mierkowicz, el placeteño Gilberto Valdivia y el lanzador Julio Jiquí Moreno. Entretanto, los elefantes tuvieron en el terreno a Bob Addis, Rafael Noble, Alejandro Crespo, Charles Grant y Napoleón Reyes entre otros jugadores. La trasmisión fue ofrecida por Unión Radio Televisión.


Recuerdo a Noble como una persona muy tranquila en el juego, realmente no le vi protestar o discutir con algún árbitro, extraño ese incidente contra el San Francisco y se lo atribuyo al racismo entonces prevalente. Cuando era un fiñe, no tendría más de 6 años, me llevaron al Coloso del Cerro, el segundo juego dominical era entre Almendares y Cienfuegos. Que pateadura les dieron los alacranes a los elefantes, triste muy triste salió de ese juego este servidor, pero llegó la lluvia salvadora antes del quinto inning, y el juego se fue a bolina y la victoria almendarista también. Lo mejor fue cuando mi padre me llevó a los pasillos que daban a las taquillas de los peloteros, fue entonces que vi, primero a Humberto “Chico” Fernández, el torpedero de los elefantes y luego a Rafael Noble. Ambos muy sonrientes y vestidos impecablemente, con saco combinado con polo (pullover de cuello). A mi poca edad me daba cuenta que había clase en esos peloteros, clase en el terreno y fuera del terreno.
En los años que le vi jugar, cuando se paraba en home parecía que el bate era una barilla fina en sus manos, era un hombre corpulento. Él no era de moverse mucho en la caja de bateo, se anclaba y luego sacaba el bate con buena rapidez y fuerza. Muchos batazos largos quedaban en sencillos, ya que no era corredor veloz.
Noble se mantuvo en juego hasta que cumplió 42 años. A su retiro compró una tienda de licores en Brooklyn, con lo cual se mantuvo hasta que murió a la edad de 79 años en el mismo Brooklyn después de tener serias complicaciones de diabetes. Creo haber leído en alguna fuente que ahora no encuentro, que Noble murió con un pie de menos producto de su condición diabética.


Miguel Ángel González se entiende ha sido uno de los mejores receptores defensivos en la historia del béisbol cubano. El reglano jugó 17 temporadas en las Mayores, pero Noble clasifica como uno de los receptores profesionales cubanos más completo defensiva y ofensivamente. No obstante, esta conclusión es objeto de polémica debido a que Cuba ha tenido excelentes jugadores de esa posición. cómo lo fueron Gervasio “Strike” González, probablemente el de más fuerza en el brazo, Antonio García, Regino García, José María Fernández, Fermín Guerra, Joaquín Azcue y el ya mencionado Miguel Ángel González.
Por: Esteban Romero

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