martes, 9 de febrero de 2021

EL EMERGENTE. ¿Cuánto gana Elvis Andrus al pasar de Texas a Oakland?



 EL EMERGENTE

Por Ignacio Serrano

Elvis Andrus vestirá de verde en las Grandes Ligas por primera vez en su carrera. Luego de 12 temporadas defendiendo los colores de los Rangers de Texas, su única organización hasta ahora en las Mayores, se reportará al Spring Training como miembro de los Atléticos de Oakland. El cambio propició grandes titulares, la semana pasada. La despedida que le hicieron los vigilantes, sobre todo en con aquel hilo en Twitter, fue emocionante.

La mudanza, a priori, parece buena. El jugador nacido en Caracas y criado en Maracay acaba de perder la titularidad en su casa anterior. Al terminar la campaña pasada, el alto mando de los texanos anunció que ni él ni su compatriota Rougned Odor mantendrían su lugar en el campo. Les tocaría adaptarse al rol de utilitys.


Visto desde ese punto de vista parece claro que Andrus ha ganado mucho con la transacción, incluso antes de reportarse a la que será su nueva divisa. La página oficial de los occidentales todavía asegura en letras destacadas: "Los A's encontraron a su shortstop". Luego de perder como agente libre a Marcus Semien, andaban sin un claro dueño de las paradas cortas. Ir del Medio Oeste a la costa del Pacífico es bueno, sobre todo cuando se trata de mantener ese estatus principal que parecía en riesgo para él.

Pero ojo, eso no significa que el toletero derecho estará exento de desafíos en su nuevo hogar. Llega a una novena enfocada como pocas en el nuevo análisis y en las exigencias que ahora se hacen a los peloteros. Y es allí donde el recién llegado deberá empinarse.

Lo más obvio bajo la lupa será su defensa. Andrus tiene buenos antecedentes de por vida. Bien sea que se busque el UZR en Fangraphs o su Factor de Alcance en Baseball Reference, es un jugador por arriba del promedio.

Eso cambió en 2020, sin embargo. En ambos renglones tuvo registros negativos y también lo tuvo en el Índice Defensivo de SABR, que sirvió para definir los guantes de oro en esta pasada zafra. Incluso, en baremos donde no estuvo por debajo de la media de sus colegas, como el Total Zone, que se construye a partir de alcance, registró un valor apenas por arriba de cero.


¿Qué significa esto? Lo primero es el contraste que su nuevo conjunto y sus seguidores de inmediato harán cuando le vean buscar rodados. Semien fue uno de los paracortos más eficientes y con más alcance en los años recientes. Habrá comparaciones.

Es lógico que Andrus no sea el mismo de 2009, cuando le arrebató el short nada menos que a Michael Young, un consentido en Arlington. Hace poco cumplió 32 años de edad. Ni siquiera Luis Aparicio u Ozzie Smith fueron eternos, aunque se tenga el físico, la capacidad atlética y la agilidad natural del magallanero.

La merma pudiera tener que ver con una lesión que sufrió en la espalda, no obstante. La molestia le obligó a perder medio torneo en 2020. Sin llegar a los primeros tres o cuatro lugares de la MLB, su defensiva había estado sólidamente por arriba de la media en 2018 y 2019, según cualquier baremo que se revise. Si recupera ese alcance, llenará una de las dos exigencias básicas que le harán en Oakland, aunque incluso si no llega a ser candidato al Guante de Oro.

¿Y cuál es el segundo desafío? Parece obvio señalar que su ofensiva. Lo que no es tan obvio, y que para los Atléticos es casi una obsesión, es la obligación de mantenerse entre las bases, no importa si es con hits o con boletos. 



Es inevitable volver a recordar a Semien, porque fue uno de los torpederos con más poder en el último lustro, aunque se despidió de la bahía con un severo slump. Andrus igualmente viene de una cosecha pobre (.194/.252/.330, afectado por los dolores en la zona dorsal). Está obligado a rendir al menos en el nivel que indican sus mejores estándares.

Tendrá que hacerlo en un parque hostil para los bateadores, con amplias zonas de foul. Pero él puede sacar provecho de eso dependiendo de la cantidad de líneas que largue y siempre que acumule bases por bolas con frecuencia. 

Aquí hay dos detalles que posiblemente estuvieron sobre la mesa de sus nuevos patronos: a pesar de sus discretísimos numeritos de 2020, aunque la fractura del codo en 2018 interrumpió la brillante progresión que comenzó para él un par de años antes, ha sido en las campañas más cercanas cuando le ha dado más duro a la pelota y su promedio de embasado ha sido ligeramente superior al de su antecesor.

Sí, según Statcast, en los últimos dos torneos, el porcentaje de batazos que Andrus ha dado a 95 millas por hora o más ha sido el más elevado para él desde que en 2015 comenzó este tipo de mediciones con los radares instalados en los estadios de la Gran Carpa.

Así que parece gozar de más fuerza ahora, lo que se explica por sus sesiones más repetidas en el gimnasio. Bien. Eso puede darle rédito. Pero necesita poner un buen average, que le permita también sacar provecho a su tendencia a tener un OBP 50-60 puntos por arriba de su bateo. 


En Oakland parecen sinceros cuando dicen creer que el verde le sentará bien. Y esperan que, tanto con el bate, como con el guante, viva al menos dos buenas cosechas en el Coliseum.

Lo dijo el propio David Forst, el gerente general de los Atléticos: "Se trataba de llenar un hueco en el shortstop y lo hicimos con un pelotero que tiene el calibre de All-Star".

Aquí decimos amén.



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