TARIK SKUBAL, ¿EL NUEVO GREG MADDUX?
¡Hay grandes lanzadore! Y luego están los que redefinen el significado de dominar un juego.....
Desde el año pasado, Tarik Skubal ha irrumpido en la élite con actuaciones que combinan potencia, precisión y una consistencia que asusta. Su dominio ha despertado comparaciones inevitables con uno de los más grandes estrategas que ha visto el beisbol: Greg Maddux. Pero, ¿realmente estamos ante su sucesor o se trata de un fenómeno de naturaleza distinta?
Similitudes:
Ambos comparten una virtud que separa a los buenos de los inmortales: La capacidad de controlar el juego. Maddux fue el epítome del pitcheo inteligente....No necesitaba velocidad extrema para poner a los bateadores de rodillas. Su comando quirúrgico y su habilidad para leer swings le permitieron acumular más de 300 victorias y un ERA histórico.
Skubal, aunque con un estilo más agresivo, ha demostrado un control extraordinario para su perfil de power pitcher. En tramos recientes ha firmado proporciones de ponches y bases por bolas dignas de asombro, algo que recuerda a la eficiencia quirúrgica de Maddux, aunque con un enfoque distinto.
Otra coincidencia es la capacidad para lanzar "Madduxes", esas joyas de pitcheo que consisten en un juego completo y blanqueada con menos de 100 lanzamientos. Maddux las convirtió en parte de su identidad, acumulando 13 a lo largo de su carrera. Skubal, en 2025, consiguió uno que ya es parte de la historia moderna: 94 lanzamientos y 13 ponches, un récord que combina la vieja escuela de economía con la brutalidad del ponche moderno.
Diferencias:
La principal divergencia está en el estilo de dominio. Maddux representaba la astucia: velocidad moderada, movimientos tardíos y cambios de velocidad perfectamente disimulados. Era un ajedrecista en el montículo, anticipando cada jugada con una lectura impecable del rival. Skubal, en cambio, es un martillo neumático: Su recta supera las 100 millas por hora, su slider es un látigo que roza las 96 y su cambio de velocidad mantiene el mismo arm action que su recta, haciendo casi imposible diferenciarlo.
También difieren en su camino al estrellato. Maddux fue una promesa reconocida desde el inicio, elegido en segunda ronda del draft y moldeado desde las ligas menores para convertirse en un pitcher de Salón de la Fama. Skubal, por otro lado, fue seleccionado en la novena ronda, casi un desconocido, y tuvo que abrirse paso desde el anonimato hasta convertirse en Cy Young y ganador de la Triple Corona de pitcheo.
Por último, la naturaleza de su intimidación es opuesta. Maddux desarmaba mentalmente a sus rivales; hacía que se cuestionaran cada swing, cada decisión. Skubal los aplasta físicamente, imponiendo respeto desde el primer lanzamiento. Uno jugaba con la mente, el otro con el instinto de supervivencia del bateador.
Conclusión
Skubal y Maddux son maestros del mismo arte, pero en escuelas completamente distintas. Comparten la obsesión por el control y la eficiencia, pero sus herramientas y estilos de ejecución son radicalmente opuestos. Maddux construyó su leyenda con la mente más brillante que ha pisado un montículo; Skubal lo hace con uno de los brazos más dominantes de la era moderna.
No se trata de encontrar un reemplazo a Greg Maddux —eso sería imposible—, sino de reconocer que Tarik Skubal está escribiendo su propia historia, una que podría colocarlo algún día junto a los más grandes.
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