Will Leitch/MLB.com
Este año fue … bueno, ustedes ya lo saben, quizás lo único bueno que podemos decir acerca del 2020 es que está a punto de terminar. Por esa razón, ha llegado la hora de hacer un repaso de todo lo que sucedió –bueno y malo- en esta pasada campaña.
Hoy toca echarles un vistazo a siete jugadores que estaban en el punto más bajo de sus carreras cuando arrancó el 2020… y utilizaron este año extremadamente difícil para dar un giro de 180 grados. (Los jugadores aparecen en orden alfabético por sus apellidos).
Daniel Bard, LD, Rockies
Bard fue nombrado Regreso del Año de la Liga Nacional por Major League Baseball, galardón que el derecho se ganó a pulso. Al inicio del 2020, Bard se encontraba en el mismo lugar en el que estaba al comenzar el 2019 y el 2018: Retirado. Bard debutó con los Medias Rojas en el 2009 y rápidamente se convirtió en pieza clave del bullpen del club. Tuvo su mejor temporada en el 2010, con efectividad de 1.93 y 76 ponches en 74.2 entradas. Pero Bard empezó a tener problemas sobre la loma a finales del 2011, el inicio de una serie de tropiezos que incluyó lesiones, problemas de ansiedad y un intento de empezar a lanzar por debajo del brazo. Tiró en dos juegos en las Mayores por Boston en el 2013 y luego ningún otro en las siguientes seis temporadas, durante las cuales pasó por cinco organizaciones. No fue sino hasta que Bard se retiró y se unió a los D-backs en un rol de mentor que se dio cuenta de que había recuperado la habilidad y el deseo de lanzar otra vez en las Mayores. Firmó un contrato de ligas menores con los Rockies en febrero y procedió a lograr récord de 4-2 con seis salvados, promedio de carreras limpias de 3.65 y 27 ponches en 24.2 entradas a los 35 años. El 2020 no tuvo muchas historias positivas para contar, pero la de Bard sin duda fue una de las mejores.
Dylan Bundy, LD, Angelinos
A lo largo de la carrera de Bundy con los Orioles, los aficionados de Baltimore tenían miedo de que su selección en la primera ronda del Draft amateur del 2011 se convirtiera en su próximo Jake Arrieta, un lanzador que nunca encontraría su ritmo como un Oriol, sino que tendría éxito con otro equipo. De este modo nos entristece informarles que … eso es exactamente lo que sucedió. Bundy tuvo el mejor año de su carrera como Angelino -- fue el único serpentinero fiable que los Angelinos tuvieron – y estableció marcas personales en varias categorías, por un buen margen. Incluso finalizó de noveno en las votaciones para el Premio Cy Young de la Liga Americana. Tiene 28 años y se encuentra en la cúspide de su carrera. Ahora se ha convertido en el lanzador que todos soñaron sería. Lo siento, fanáticos de los Orioles.
Carlos Carrasco, LD, Indios
Fue en julio del 2019 cuando el venezolano anunció que fue diagnosticado con un tipo de leucemia, enfermedad que lo mantuvo alejado del diamante por dos meses. El derecho regresó para lanzar desde el bullpen en septiembre del año pasado. Para un sobreviviente de cáncer, el hecho de no sólo haber regresado en 2020 en medio de una pandemia – cuando nadie lo hubiese culpado ni tantito por decidir no jugar – sino también haber tenido el mejor año de su carrera es verdaderamente increíble. Carrasco abrió 12 juegos por Cleveland esta pasada temporada y acumuló marca de 3-4, efectividad de 2.91 y 82 ponches en 68 entradas. En total, la temporada de Carrasco produjo un bWAR de 1.6. Su EFE+ fue el mejor de su carrera, incluso por encima del que tuvo cuando termino de cuarto en las votaciones para el Premio Cy Young en el 2017. Y fue pieza clave en una rotación de los Indios que fue vital para su éxito como equipo. La única razón por la que no fue nombrado Regreso de Año fue probablemente porque … acababa de ganar dicho reconocimiento en 2019.
Edwin Díaz, LD, Mets
Ningún jugador reflejó de una manera más clara el dolor de ser un fanático de los Mets que Díaz, quien, previo a la campaña del 2019, fue traído (a un precio considerable) para ser el taponero absoluto y en cambio … quedó a deber con una horrorosa efectividad de 5.59. Sin embargo, el puertorriqueño recuperó la excelencia en el 2020, mejorando de paso los números que tuvo en su brillante campaña del 2018 cuando salvó 57 juegos y terminó de octavo en la votación para el Premio Cy Young. Y no olvidemos que Díaz apenas tiene 26 años de edad.
Salvador Pérez, C, Reales
Fue durante los entrenamientos primaverales del 2019 cuando Pérez, seis veces convocado al Juego de Estrellas, se lesionó del codo durante un entrenamiento. El venezolano no sólo no jugó en toda la temporada del 2019 después de someterse a una cirugía Tommy John, sino que también se perdió el inicio del Campamento de Verano – después de dar positivo por COVID-19 – y otras tres semanas durante la temporada debido a problemas en la vista. A pesar de todo eso, el careta de 30 años se las arregló para tener topes personales en promedio de bateo (.333), slugging (.633) y OPS (.986), además de dar 11 jonrones y empujar 32 carreras en 37 juegos. Pérez también ganó su tercer Bate de Plata a principios de esta temporada muerta. Los Reales lucen como una escuadra interesante de cara al 2021 y Salvador, si logra regresar al 100% y exhibe una ofensiva similar, podría sigilosamente convertirse en un candidato a JMV.
José Ramírez, 3B, Indios
Hablando de candidatos al JMV, ¿qué les parece el segundo lugar en las votaciones para dicho trofeo? Ramírez terminó teniendo una campaña por encima del promedio en el plato en el 2019, pero lo hizo de la manera más extraña posible. En la primera mitad, pareció como si el talento del dominicano se hubiese esfumado antes de que el tercera base explotara con el madero en la segunda mitad. Existían razones para pensar que la magia de J-Ram con el bate había regresado. Bueno ... así fue. Ramírez exhibió su mejor versión a la ofensiva en el 2020 y ahora es el más valioso de todos los jugadores: Una superestrella de 28 años de edad bajo control contractual por tres años más, alguien que sigue mejorando con el tiempo. Olvidemos lo que pasó en esa primera mitad del 2019, ¿vale?
Antonio Senzatela, LD, Rockies
Senzatela tuvo un 2019 para el olvido, con efectividad de 6.71 en 124.2 innings, algo bien difícil de lograr. (Cuando estás lanzando tan mal, lo más probable es que te saquen de la rotación). Pero el 2020 fue el mejor año de la carrera del venezolano, con una sorprendente efectividad de 2.10 en el Coors Field, que siempre representa un desafío para los sepentineros. Su tasa de ponches de alguna manera disminuyó, lo que podría representar una señal de advertencia para el futuro, pero por ahora: El venezolano, y los propios Rockies, están contentos de tenerlo de regreso.
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