EXTRABASES DE ALFONSO SAER. Vidal López, leyenda del beisbol venezolano
EXTRABASES
Por Alfonso Saer
UNA admiración permanente hemos manifestado por Vidal López. Tal sentimiento nace de los numeritos con los cuales uno suele entretenerse al quitarle el polvo a crónicas amarillentas que recuerdan su potencial como pelotero. El pasado 20 del mes en curso se cumplieron 50 años de la muerte –apenas a los 54– de este mirandino de Rio Chico, a quien llamaban «El Muchachote de Barlovento». Según crónicas de Javier González, historiador dedicado con pasión y entereza a este deporte, Vidal lo hizo casi todo en el área del Caribe. Nadie en nuestro beisbol ha logrado batear y pitchear con calidades y cualidades diversas en ambas suertes…
CONTABA el inolvidable Carlitos González, en nota escrita para un folleto con biografías de grandes atletas venezolanos, que López comenzó a jugar en Caracas a los nueve años y se uniformó por vez primera a los quince con una escuadra denominada «Lucky Strike», marca de un cigarrillo muy vendido en aquellos tiempos. Poco después, en 1934, Gonzalo Gómez lo solicitó para que hiciera filas en el Concordia aragüeño, disuelto apenas murió su padre, el dictador Juan Vicente Gómez, en 1935. En esa tercera década del siglo pasado se jugaba mucho en el interior. Repasamos que López vibró en Barquisimeto con Ayarí, América y Japón, ganando la para entonces astronómica cifra de 700 bolívares mensuales…
EN la capital, Pablo Morales y Oscar Prieto lo firmaron para el Vargas. Con esa franela tiró dos partidos sin hit ni carreras en Primera División. Refiere Javier González sus dos títulos de bateo en los torneos 1945 y 47-48, en ambos casos con Magallanes. Posteriormente, y cuando solicitaban jugadores desde Puerto Rico, se fue a la isla. Con el Caguas era pitcher y cuarto bate.
VIDAL volvió al país con Morales y Prieto, para luego enlazarse con el Pastora marabino. Pasó posteriormente al Magallanes antes de ser solicitado para el afamado Cienfuegos cubano. Ganó diez, perdió cinco. Y «solo bateé para .290, mi peor average», recordó. Tras una breve pasantía en Caracas lo contrataron por 60 dólares a la semana en el Santurce de Borinquen. Se desató con .347, ocho jonrones, segundo empujador y diez triunfos en el morrito. De México exigían su presencia y en plena guerra mundial pudo viajar para enrolarse en el Monterrey. Tuvo una campaña de 17-1 en la lomita y despachó con el barquillo para .345…
LEE TAMBIÉN:
EXTRABASES DE ALFONSO SAER. El fracaso de Venezuela en la Serie del Caribe
ERA un ídolo entre los regiomontanos, pero en Venezuela haría migas con el Magallanes, erigiéndose en figura mítica de esa divisa desde los años cuarenta. Aunque también fue cuarto bate del Cervecería Caracas al iniciarse la década del cuarenta, en total con los Navegantes jugó diez zafras de la actual LVBP y muchos partidos en primera división. Pero sus mejores años habían transcurrido en la pelota del Caribe. Ah, triunfó también en Dominicana con el Licey. Se retiró en la 54-55 vistiendo la franela turca, ya mermado en condiciones, asentando un average global de .308. Para cerrar, un dato curioso. Vidal participó el 5 de junio de 1938 –apenas de veinte años– en el juego más largo que se registra en la pelota organizada de Venezuela. En el estadio del Lago, en Maracaibo, Pastora venció a su gran rival Gavilanes, 1-0. Domingo Barboza empujó en el tramo veinte la única del encuentro. Andrés Báez, llamado «Grillo B», pitcher del Pastora, anotó la de ganar. Báez tiró los veinte episodios al igual que el derrotado Lázaro Salazar. El recuerdo es para citar también que López, cuarto palo del Gavilanes, se fue de 8-0 con cinco ponches. Toda una rareza en uno de los grandes peloteros que ha tenido el país, fallecido hace 50 años. Gloria nacional. El último pitcher y cuarto bate. Nadie es capaz de dudar que hubiera sido habitual jugador de Grandes Ligas. La discriminación racial lo impidió.
MATUSALÉNICO, Phil Regan se propone estar hasta el último día de su vida en un terreno de Grandes Ligas. Casi a los 85 no baja la guardia y abrió operaciones en los entrenamientos de los Mets para ligas menores. «¿Viejo yo? responde el «Buitre» a quienes le preguntan sobre su inusitada fortaleza para seguir en plenos avatares beisboleros. Ya son 66 años en tales menesteres. Una guará…
HASTA hace pocos años los cambalaches en la LVBP eran noticia poco frecuente. Ahora todos los equipos buscan armarse a costillas de sus rivales mediante canjes que así lo pretenden. Los veteranos valen oro, los pitchers de mediano rendimiento suben su cotización y los novicios no garantizan la estancia en el circuito por sus limitaciones provenientes de MLB…
LEE TAMBIÉN:
EXTRABASES DE ALFONSO SAER. Con designado universal, los pitchers a lo suyo
LOS managers finalistas de la campaña pasada no van a reanudar servicios con Magallanes y Caribes. Es público y notorio que Wilfredo Romero ha roto abruptamente y no de buenas maneras con los Navegantes, mientras que Mike Álvarez, volviendo a funciones como coach de pitcheo, dará paso a otro piloto en la tribu, Omar López. La LVBP se ha convertido en una silla caliente para los estrategas, muchos de ellos defenestrados recientemente muy a pesar de buenas actuaciones, tal como ya ocurrió con Luis Ugueto y José Moreno, ambos con Lara. Se rumorea con fuerza que Romero va con una buena oferta económica a los Tigres, equipo en orfandad de timonel fijo desde hace varios años.
(Alfonso Saer)
Alfonso Saer tiene más de 50 años en los medios de comunicación venezolanos.
Es la voz más reconocible del Cardenales de Lara desde hace décadas, compañero de las más grandes figuras de la locución en el país: Delio Amado León, Rubén Mijares, Carlitos González, John Carrillo y Carlos Alberto Hidalgo, entre otros. También es uno de los periodistas de mayor trayectoria en el país, reportero de El Nacional y El Impulso, cuya página deportiva dirigió por años.
Su columna es la más veterana entre las que actualmente se escriben en Venezuela para la prensa deportiva local.
Síguelo también en Twitter: @alfonsosaer
No hay comentarios:
Publicar un comentario