miércoles, 23 de febrero de 2022

La historia del Novato del Año más viejo



 Matt Monagan/MLB.com

Sam Jethroe tenía 33 años cuando ganó el premio en 1950

Para 1950, se suponía que los mejores años de Sam Jethroe ya habían quedado en el pasado. O, al menos, así debía haber sido, según los estándares del béisbol.

El nativo de Mississippi ya tenía 33 años, una edad en la que el típico jugador promedio de béisbol ya se ha retirado. Algunos de sus compañeros de equipo ya habían estado en la liga por siete, 10 o hasta 13 años.

Entonces, ¿cómo es posible que terminara ganando el premio Novato del Año?

Jackie Robinson rompió la barrera racial de las Grandes Ligas en 1947 y en esos primeros años los clubes fueron bastante lentos a la hora de incorporar jugadores negros a sus rosters. Sin embargo, Jethroe, mejor conocido como “The Jet”, venía de ser una estrella en las Ligas Negras, donde dominó a sus rivales.

Se unió a los Payasos de Indianápolis a los 21 años y luego patrulló los jardines para los Buckeyes de Cleveland por cinco temporadas. Bateó .385 en 1944, .329 en 1945, fue a cuatro Juegos de Estrellas y estuvo cerca del tope de su liga en carreras empujadas, anotadas y triples en numerosas ocasiones. Durante ese camino, formó parte de equipos legendarios.

Pero su velocidad era lo que realmente llamaba la atención de fanáticos y scouts: una vez hiló una cadena de 11 juegos robándose al menos una base, los infielders se paraban más cerca del home para poder ponerlo out en primera base y un manager le tenía tanto miedo a su velocidad que llegó a tomar medidas extremas. Así lo detalló Bill Nowlin de SABR:

Según escribió Bob Dolgan, el dirigente de Buffalo, Paul Richards, “le tenía tanto temor a la velocidad del primer bate Jethroe, que llegó a ordenar un boleto intencional al pitcher que bateaba delante suyo para poder bloquear a Jethroe en las bases”.

Don Newcombe aseguraba que era el hombre más rápido que había visto en su vida y sus compañeros de equipo decían que corría “más veloz que la palabra de Dios”.

En 1949, Jethroe corrió 60 yardas en 5.9 segundos, un récord mundial para ese momento. Herb Washington, “corredor designado” de los Atléticos en los años 70, tiene la marca de todos los tiempos con 5.8. Una vez, Jethroe llegó a vencer al medallista olímpico Barney Ewell en una carrera de exhibición.

Con su excepcional talento y reputación, Jethroe estuvo a punto de recibir una oportunidad en las Grandes Ligas antes de la que finalmente terminó consiguiendo. Fue invitado a una prueba en Fenway Park en 1945 con Jackie Robinson y Marvin Williams, un evento impulsado por el periodista deportivo Wendell Smith. Jethroe impresionó con su velocidad, pero los Medias Rojas desafortunadamente no quisieron añadir a la estrella de las Ligas Negras a su roster.

“Hicieron lo que dijeron que iban a hacer, pero quedé decepcionado con la reacción”, dijo Smith luego.

Y en 1947, Branch Rickey supuestamente entrevistó a Jethroe junto a Robinson para ver quién sería el primer jugador negro en romper la barrera racial. Al final, Rickey terminó escogiendo a Robinson, y Jethroe entendió las razones.

“Él tenía todo lo que quería el señor Rickey”, dijo Jethroe. “Era un muchacho que había ido a la universidad y tenía experiencia compartiendo con personas blancas. Y yo no”.

De cualquier forma, Jethroe firmó con los Reales de Montreal – la filial Triple-A de los Dodgers -- para las temporadas de 1948 y 1949. Allí volvió a mostrar todo su talento una vez más. Como primer bate, lideró a la Liga Internacional con 19 triples y 207 hits en su segunda campaña. Implantó un récord con 89 bases robadas y ligó para .326/.403/.520. Robinson había ayudado a los Reales a ganar el campeonato en 1946, pero Jethroe, que hizo lo mismo en 1948, se convirtió rápidamente en el “hombre que hizo que Montreal olvidara a Jackie Robinson”.

Con Duke Snider en el center field, los Dodgers no tenían espacio para subir a su nueva y veterana estrella, así que lo cambiaron a los Bravos de Boston por US$100,000. Los Bravos lo pusieron en el roster del equipo grande en 1950 y se convirtió en el primer jugador afroamericano del club y en el 12do de las Mayores. Aunque Jethroe se ganó el corazón de la fanaticada de Boston con su increíble velocidad, su defensiva dejó un poco que desear. Su brazo era débil y algunas veces tenía problema leyendo los elevados. Luego de dejar caer uno durante un juego nocturno, dijo bromeando que lo había perdido porque la pelota “se metió en la luna”.

Muchos jugadores negros fueron objeto de todo tipo de ataques durante sus primeras campañas con sus respectivos equipos, incluso por parte de sus propios fanáticos y compañeros. Según distintos reportes, Jethroe no fue víctima de esas cosas durante su estadía con los Bravos, o al menos no hablaba de ellos.

“Yo tuve suerte”, recordó Jethroe. “A donde fuese, siempre parecía tener a los fanáticos de mi lado. Me echaban bromas por mi defensiva, pero yo no tenía orejas de conejo. Los fanáticos podían decir lo que quisieran. Las únicas confrontaciones que tuve eran en el terreno”.

“Me encantaban los fanáticos de Boston”, confesó Jethroe casi 50 años después. “Solían ganar, ‘Go, go, go’, cada vez que me embasaba. Nunca tuve un problema en Boston”.

El nuevo patrullero de los Bravos sobresalió en su primera temporada. Anotó 100 carreras, lideró a la Liga Nacional con 35 bases robadas, conectó 18 jonrones y puso una línea ofensiva de .273/.338/.442. Incluso, lideró a todo el béisbol en asistencias para outfielders (aunque también en errores entre los jardineros). Fue nombrado Novato del Año de la Liga Nacional, seis puntos por encima del pitcher de los Filis, Bob Miller, 10 años más joven que él.

Jethroe tuvo una temporada todavía mejor en 1951, pero después, tras una cirugía en la temporada muerta para tratarse un problema intestinal, su producción cayó. Jugó un año más con los Bravos, dos encuentros con los Piratas en 1954 y dio vueltas por las menores hasta que dejó el béisbol profesional en 1958.

Luego de terminar su carrera como jugador, Jethroe abrió un exitoso bar en Erie, Pensilvania. Pero después de un terrible incendio, se encontró metido en problemas económicas y desafortunadamente no pudo recibir ayuda de la pensión de Major League Baseball (un jugador tenía que tener cuatro años de servicio, y Jethroe solo acumuló tres años y siete días). Un grupo de propietarios, liderados por Jerry Reinsdorf, decidieron crear un fondo para ayudar a Jethroe y otros jugadores de las Ligas Negras, que empezaron a recibir pagos anuales de entre US$7,500 y US$10,000.

“No puedo decirles lo mucho que aprecio lo que han hecho (los dueños)”, dijo Jethroe una vez.

Así que, sí, Sam Jethroe es el jugador de más edad en ganar el premio Novato del Año en la historia del béisbol, un año mayor que los que tenía Kazuhiro Sasaki cuando obtuvo el galardón jugando para los Marineros en el 2000. Y aunque no pudo ver acción en MLB sino hasta los últimos años de su carrera, gracias a todo lo que hizo en las Ligas Negras y el béisbol del Caribe, todo el mundo ya sabía que era uno de los mejores, y definitivamente el más rápido, cada vez que se paraba en un terreno de juego.

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