lunes, 17 de febrero de 2025

CARTA DESDE EL MÁS ALLÁ: LA DE JUAN ADAM PARA NICOLÁS SALOMÓN

 


De juanvene en 17 febrero, 2025

JUAN VENÉ EN LA PELOTA…

Mi apreciado Nicolás:

Te escribe desde este Más Acá, que ustedes llaman Más Allá, Juan Adam. Fuí tan amante del beisbol, que por él morí. Y de eso, de mi viaje hasta acá, hará 85 años muy pronto, exactamente dentro de un mes, el 17 de marzo.

Ahora, ¿qué quiero decir con eso de “por él morí”?. Te cuento, amigo Nicolás:

Nuestros amigos cubanos, separados de Yucatán solo por un charquito, nos contagiaron su amor por el beisbol. Tu eres yucateco y gente del beisbol. Por eso te cuento.

Desde fines del Siglo XX, es el primer deporte, en toda la península, es decir, no solo en Yucatán, sino también en Quintana Roo y en Campeche.

Aquella tarde del 17, estábamos en el parque de Itzimná, y ya habíamos oído las campanadas de las tres de la tarde, porque frente al campo de juego había una Iglesia. El umpire principal, era José López Abad, quien hizo lo que tenía que hacer: cantar play ball. Era el primer campeonato peninsular en el Sureste de nuestro país.

Jugábamos, Plataformeros de Progreso, Unión de Ladrilleros y Volante de Mérida, Estrellas de Umán y Terraceros y Campeche del vecino Estado.

La tarde del drama, lanzaba Alcibíades Palma por Terraceros, y por Ladrilleros, José Caridad (Fosforito) Poey, de muy buena recta y listo a aprovechar cualquier descuido.

Era el cuarto inning cuando fui a consumir mi segundo turno del juego. En aquella época, cuando uno entraba a batear, salía del cuadro marcado por cal, solamente cuando surgían reales motivos.

Yo tenía la costumbre de inclinarme sobre home y darle un golpecito a la goma con el bate. Eso lo sabía Poey, y estaba por sorprenderme. Apenas hice mi movimiento, tiró su recta, muy veloz, tremenda. No creo que quisiera pegarme el pelotazo, sino que no tuviera tiempo de tirarle al strike.

La pelota me golpeó en lado izquierdo de la cabeza, me destrozó el parietal. Todos querían ayudarme, y me llevaron a un hospital de primeros auxilios, donde los médico no pudieron hacer nada para salvarme.

Eso fue lo malo del juego. Lo bueno fue que ganamos 8-7.

He sido, amigo, Nicolás, el único pelotero muerto de un bolazo, en México. Hubo otro en el softbol. Y en Grandes Ligas, solo se registra el caso del shortstop de los Indios, Ray Chapman, víctima de un rectazo a la cabeza por el pitcher de los Yankees, Carl Mays, en agosto de 1920.

Entonces, no usábamos cacos protectores.

Un abrazo, Nicolás, de tu amigo, Juan.

jbeisbol5@aol.com

@juanvene5

5.

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